Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 29 de abril de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Espectáculos

MELON

Luis Angel Silva

El Swing Club

ESTE SALON DE BAILE ubicado en la calle de Coahuila -el número se me olvidó-, fue testigo de parte relevante de la historia musical de nuestro México, en particular del desarrollo sonero en la llamada época de oro, pletórica de jícamo.

SEGUN CUENTAN LOS más viejos de la comarca, fue pista para patinar antes de presentar a las mejores orquestas de aquellos cuarenta: Luis Arcaraz, Juan García Esquivel, Ismael Díaz, Everett Hogland, Larry Son y otras. Esas agrupaciones eran el verdadero atractivo de ese lugar que jueves y domingo se veía lleno hasta las lámparas, adornado con la presencia de verdaderas bellezas, naturalitas, no como ahora hechas a la medida, y donde los caballeros tenían que vestir con traje y corbata.

ESTE SITIO DE GRATA memoria tenía ese no sé qué propio de los lugares que se erigen en obligados para estar in, como diría el gordo Barrios Gómez. Sin ser elegantísimo tenía la magia necesaria para ser el más caro: cuatro pesos los jueves y cinco los domingos.

EN AQUELLOS AÑOS funcionaba un lugar llamado Josephine, situado en la avenida Nuevo León, casi para llegar al Viaducto -apenas estaba en construcción-, donde laboraban unas "niñas de la noche" que estaban como "Querétaro las pirinolas" -parecían de concurso de belleza-, que jueves y domingos se daban cita en El Swing Club con sus gigolós, o viejos, que así se acostumbraba llamarlos.

A PARTIR DE 1950, el caballero Antillano, Arturo Núñez, tomó las riendas del club y la música cubana tuvo una sitio propio para gozar y bailar. Allí, no sólo Arturo Núñez, Chucho Rodríguez y otras orquestas llamadas "tropicales" hacían las delicias del público. Arturo empezó a presentar conjuntos extraordinarios, entre éstos se encontraba el reconocido como "de época": Los Diablos del Trópico. Así, este su asere pudo pisar esa tarima que estaba constantemente en ebullición.

LOS MEJORES SONEROS cubanos y nacionales podían ser admirados en El Swing Club, dos veces por semana, pero para mí eso significaba el aula. En ese lugar aprendí de verdaderos maestros los puntos finos del son, para ser sincero no todos. Estoy consciente de que me faltan algunos, no sé cuántos, pero sigo buscándolos con ansiedad de principiante.

EN AQUELLOS FELICES años existía entre los soneros una hermandad que ahora brilla por su ausencia. Sobre todo que sabíamos cuál era nuestro lugar, admirábamos a todo aquel que se superaba, no había exceso de envidia, y los logros se reconocían fuera quien fuera el que los conseguía.

EN EL SWING pude darme cuenta muy de cerca de la calidad de Lalo Montané sin desmerecer un ápice de la Voz de Oro de Cuba, Benny Moré. Ambos formaban parte de la orquesta de Arturo Núñez, primero como Dueto Antillano, más tarde, Dueto Fantasma, que dejó recuerdos mil entre los seguidores de la música cubana.

AHORA, MI ENKOBIO, le platicaré un poquito del Bombay -en estas fechas celebra su 50 aniversario-, el cual supongo que con reformas sigue en el mismo lugar. A todos los que han escrito sobre el Bombis (saludos, Rafael Ramírez Heredia) se les han olvidado los nombres de dos grupos soneros que formaron parte de la historia de tan longevo antro, Nacho de la Vega Bailarás y su sinfónica, que por muchos años laboró ahí, y más tarde Hermilo Salas y su Tropical Faja de Oro dieron lugar a que se formaran soneros que con el tiempo tuvieron sus propios conjuntos.

BRINDEMOS, PUES, POR una época chévere que a los de mi equipo y a este su nagüe nos llenan de gratos recuerdos. Salud, Iván Restrepo, con mis mejores deseos. Como diría Lechuga, "chúpale pichón".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año