El pensamiento conservador, trabajo colectivo
coordinado por la investigadora
Carece la derecha mexicana de un intelectual que la
guíe: Kanoussi
''Paz, miembro de un grupo internacional que preparó
lo que ahora vemos con Bush hijo''
El PRI, francamente atrasado; hizo más mal que
bien con su cultura antidemocrática, indica
CESAR GÜEMES
Una de las asignaturas pendientes en la reflexión
acerca del país es el análisis de cómo el pensamiento
liberal se convirtió en conservador y regresó al poder, luego
de décadas de no ejercerlo. A ello se abocó la investigadora
de origen griego Dora Kanoussi, además de Carlos Mallorquín,
Humberto Morales, William Fowler, Evodio Escalante, Rafael Torres Sánchez,
Xavier Robles y Luis Hernández Navarro, coordinador del área
de opinión de La Jornada. Producto del trabajo colectivo
es el volumen El pensamiento conservador en México (Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla-Sociedad Internacional Antonio Gramsci-Plaza
y Valdés).
La teoría toca tierra de inmediato con Dora Kanoussi:
''Vicente Fox es el precio que se tuvo que pagar por liberarse de un sistema
político y de partidos en contradicción con lo que México
es en cuanto a su desarrollo económico y como miembro de la comunidad
mundial. Pero además el precio va muy de acuerdo con la tendencia
y el espíritu del tiempo. Cuando se acabó la Unión
Soviética hubo varias reacciones: desde quienes se alegraron porque
se acababa el bipolarismo, hasta los que pensaban que era un proyecto que
no funcionó y había que replantearlo. La semilla cultivada
por la derecha desde el fin de la Segunda Guerra Mundial apenas está
floreciendo; la derechización es mundial. Por lo pronto, la tendencia
es sustituir la política por la administración, cambiar las
universidades por centros creadores de cuadros que sirvan para el funcionamiento
de las finanzas".
Herencia nefasta del PRI
-La
necesidad de reflexionar sobre el tema del pensamiento conservador estaba
ahí desde hace varias décadas. Sólo hasta ahora, a
partir de su iniciativa, se trata en un libro.
-Evidentemente no se ha dado la discusión en México
sobre una de las herencias más nefastas que le dejó el PRI
al país: la cultura conservadora, que por su lado implica la antidemocracia.
Fox viene a disfrutar de todo esto, por cierto. Siempre me ha interesado
el tema y desde hace ocho años hice un trabajo sobre el pensamiento
conservador. Desde entonces consideré que valía la pena estudiar
el triunfo del conservadurismo en la nación, hasta simbólicamente
podría analizarse el tema. Es muy importante traer el tema a la
mesa porque es la primera ocasión en largas décadas que los
conservadores como tales vuelven al poder. Los conservadores actuales se
dijeron liberales hasta hace muy poco, por una parte porque sonaba a libertad
y por otra porque para Estados Unidos sonaban casi a marxistas, pero en
realidad son los enemigos del proyecto de la Revolución Mexicana.
El conservadurismo mexicano vivió a escondidas en el PAN en contra
de esa posibilidad planteada por la revolución y que vino a heredar
el PRI. Claro, puntualicemos: la herencia incluye al viejo cardenismo,
que obtuvo conquistas importantísimas que una por una se están
desmantelando en el presente.
-Más allá de la economía, ¿considera
que del lado conservador hay personajes destacados, pensadores firmes?
-Pues no. Ahora se festeja como intelectual a Torres Bodet,
persona de derecha, y a muchos personajes que trabajaban para el poder.
En el caso de Octavio Paz, observo que logró tener una autonomía
tremenda, era casi un Estado por sí. Manejaba tan bien la cultura
mexicana que dejó en la orfandad a muchos. Ahora no hay nadie que
tenga la estatura intelectual como para guiar a la derecha, que le dé
línea a Fox, que dicho sea de paso no la necesita.
-Debe ser una forma muy solitaria de ejercer un puesto
político de responsabilidad nacional.
-Ahí es donde se nota la ausencia de Paz. Si viviera
o hubiese nacido 30 años después, dominaría el entorno.
Era lúcido, previó lo que venía; era mal teórico
pero buen ideólogo, tan bueno como escritor. Recuerdo trabajos en
los que comparaba al PRI con el PCUS, y sólo es posible un conocimiento
tan profundo cuando se estudia como él lo hacía. Además
era miembro de una internacional de derecha que todavía existe y
preparó lo que hoy vemos con Bush hijo. Con la guerra fría
se gestaron diversas publicaciones que reflejaban el pensamiento de sus
equivalentes en Inglaterra o Francia. Esos grupos hoy escriben, publican
y están muy bien organizados, como en Francia, donde sin problema
se llaman la nueva derecha desde hace 30 años.
-No es el caso de México.
-Desde luego que no. El papel del PRI fue también
de derecha visto desde la óptica del pensamiento progresista. Probablemente
ese partido hizo más mal que bien con la cultura antidemocrática.
Esta apertura que vivimos ahora empezó apenas con Cárdenas
hijo en el 88. Antes era imposible que se escribiera en los periódicos
con la libertad de hoy. La cultura del PRI era francamente atrasada, pese
a las conquistas que se dieron y ahora se desmantelan.
Los muchos PRD
-Mientras el conservadurismo carece de apoyo intelectual,
¿tendrá su proyecto un contrapeso ideológico, estructurado,
formal?
-No, ni en México ni en ningún lado. La
izquierda no se recupera del fracaso del único intento de realización
de otra idea de sociedad y de vida.
-¿Es pesimismo en la izquierda, cansancio legítimo?
-No sería un cansancio legítimo. Lo que
pasa, como siempre, es que el cambio afecta. Veamos a los partidos de izquierda
en los países europeos, todos tienen un equivalente al PRD. La diferencia
en ese sentido la marcó Estados Unidos, un país que nunca
necesitó de la intelectualidad porque los ciudadanos están
de tal forma domesticados que viven en la pasividad. La izquierda mundial
está en una crisis terrible, le urge renovarse. Si observamos a
las directivas, veremos que se anquilosaron, la estructura misma de los
partidos de izquierda ya no funciona. Para empezar, lo que llamábamos
sujeto revolucionario, la clase obrera que empleaba la hoz y el martillo,
ha cambiado. Hoy lo que priva es la mercancía. Si repasamos el capítulo
uno del primer libro de El capital nos damos cuenta de que así
como Marx lo señala funciona la sociedad contemporánea. Por
eso es un libro clásico. Ahora la mercancía está en
todos lados, circula incluso mediante canales informáticos. Ya no
podemos hablar de una clase cerrada como tal; aunque haya obreros que se
dediquen a la fabricación de autos, también se da un sistema
posfordista en el cual el papel del empleado es secundario. La estructura
económica ha cambiado sin que haya desaparecido la mercancía,
su esencia.
"La idea de los liberales en general y de Fox en particular
es el mercado. Desde hace décadas la razón de ser de las
sociedades liberales es el mercado. Todo lo que se relacione con colectividad,
racionalidad o planificación se ve como fantasía o imposición
contraria a la libertad entendida como la ven los conservadores. Por eso
Fox no necesita intelectuales. Dejarlos de lado, por su parte, es un insulto.
Tampoco le hacen falta las universidades y por eso se recorta el Sistema
Nacional de Investigadores. Esa es la tendencia mundial".
La conclusión de la estudiosa es rotunda: "La izquierda
requiere un cambio de generación. Los dirigentes de los mejores
tiempos siguen siendo los mismos, están viejos del pensamiento como
lo podemos ver en Francia o en Italia. Aquí en cambio tenemos a
Marcos, con todo lo que significa para el cambio. El fue el primero
en hablar desde la izquierda sobre el respeto a la diferencia, una idea
revolucionaria que va más allá tanto del liberalismo como
del marxismo. Marcos encontró un nuevo camino, habría
qué preguntarle a él cómo le hizo para llegar a esa
concepción tan avanzada".