TUMBANDO CAÑA
El futuro del futbol está en Africa
Ernesto Márquez
AFRICA ES LA ESPERANZA. Cinco de sus selecciones
nacionales disputarán por estos días el campeonato del mundo
en Corea y Japón para reivindicar la revolución, para confirmar
lo que los técnicos europeos sospechaban desde hacía algún
tiempo: en esas tierras tan estigmatizadas por los clichés occidentales
crece la mayor reserva de futbolistas que se conozca.
DOS
EQUIPOS NORTEÑOS: Senegal y Tunez; otros dos del centro: Camerún
y Nigeria, más uno proveniente del sur profundo, Sudafrica, son
los representativos de ese continente considerado la tercera fuerza futbolística
sólo detrás de Europa y Sudamérica.
AFRICA ES UNA enorme cantera de talento, una gigantesca
fuerza que se ha generado en un mundo hostil que anima a sobrevivir antes
que a ganar. Son en su mayoría niños que juegan a toda hora
como una obsesión. Con el balón de plástico, con una
piedra, con un revoltijo de trapos sucios... ¡Qué más
da! muchos de los scouters (buscadores) extranjeros que desde hace
unos cuantos años viajan por la zona, se quedan asombrados ante
esa manera ingenua y espectacular de entender y vivir este deporte-espectáculo.
Son atletas de una técnica cuidada, de gestos graciosos y de una
insultante despreocupación por el triunfo. Lo importante para ellos
son los matices: una chilena, un túnel, un bailoteo de caderas,
un sombrero...
ASOMBRA COMO EN un paisaje ocre de tierra y polvo
pueda nacer una rosa. Pero a veces ocurre. En Africa no hay dinero, no
hay estadios, no hay entrenadores... las condiciones en general no son
buenas para alguien que se dedica al futbol; sin embargo, sus jugadores
han superado todo eso y son requeridos con urgencia para calentar y darle
saborcito al frío y esquemático futbol europeo.
La cantera negra
LA ULTIMA COPA de Africa sentenció la revolución.
Las gradas se llenaron de mercaderes en busca de materia prima, de jugadores
buenos, bonitos y baratos. Sebastian Barnes y Daniel Addo, dos estrellas
de Ghana, juegan desde hace cuatro años en el Bayer 04 Levenkusen,
de Alemania; los camerunenses Samuel Eto'o Fils y Patrick Suffo triunfan
en España, los tunecinos Hassan Gabsi y Khaked Badra en Italia.
Y así... La tendencia parece imparable. Sólo falta echar
una ojeada a las selecciones de Senegal, Nigeria y Sudafrica para comprender
la magnitud del fenómeno. Casi la mayoría de sus integrantes
militan en equipos de la liga europea.
Futbol, religión y brujería
EN AFRICA EL futbol es religión niños
y grandes rezan por sus ídolos, veneran sus nombres, llevan sus
imágenes grabadas en la camiseta.. Y, un cierto día, pueblos
enteros cierran los colegios y los lugares de trabajo después de
que alguien ha dejado caer el rumor de que Abede Pelé, All Ibrahim
o Daniel Addo pasarán en autobús cerca de allí. Ninguna
otra noticia sería tan impactante en un escenario de tierra rojiza,
de campos ondulados, de caseríos, donde huele a carbón vegetal,
y donde cientos de niños organizan la algarabía del siglo
al borde de la carretera, "El gran Pelé está aquí."
PERO EL FUTBOL es también superstición.
Corre un anécdota de que en el campeonato pasado, cuando Bora Milutinovic
era el técnico de la selección nacional de Nigeria, el gobierno
ordenó sacerdotes yuyus para todos los jugadores. A Bora aquello
le pareció excesivo, pero no protestó; "yo respeto las costumbres",
dijo cuando se le preguntó al respecto.
UN EPISODIO FANTASTICO sucedió en Costa
de Marfil. Ya avanzada la noche, un grupo de brujos irrumpió en
el hotel donde descansa el equipo nacional. Eran nueve pigmeos (el más
alto mide 1.50), misteriosos, sobrenaturales, dispuestos a aliar a los
dioses con su selección. Después de evocar a Nganmien (dios
del aire) a Asé (de la tierra) Erua (del sol) y Nzúe (del
agua), recibieron a los jugadores para transmitirles el poder de Kaolin,
el fruto del árbol mágico y diversas sustancias que jamás
se encontrarán en las boticas. Por último los nueve brujos
se dirigieron hacia el campo, y, sigilosamente, escondieron bajo el césped
todo tipo de amuletos. Ese año la selección de ese país
se alzó con el campeonato africano.
SE DICE QUE BOUBA DIOP, el del gol senegalés,
y su habilitador El-Hadji Pusseynou Diouf, trajeron su aché.
COMO SEA, AFRICA ha entrado en juego y utiliza
todos sus argumentos para destacar: ¿Alguien quiere perdérselo?