Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 3 de junio de 2002
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Espectáculos
TUMBANDO CAÑA

El futuro del futbol está en Africa

Ernesto Márquez

AFRICA ES LA ESPERANZA. Cinco de sus selecciones nacionales disputarán por estos días el campeonato del mundo en Corea y Japón para reivindicar la revolución, para confirmar lo que los técnicos europeos sospechaban desde hacía algún tiempo: en esas tierras tan estigmatizadas por los clichés occidentales crece la mayor reserva de futbolistas que se conozca.

DOS EQUIPOS NORTEÑOS: Senegal y Tunez; otros dos del centro: Camerún y Nigeria, más uno proveniente del sur profundo, Sudafrica, son los representativos de ese continente considerado la tercera fuerza futbolística sólo detrás de Europa y Sudamérica.

AFRICA ES UNA enorme cantera de talento, una gigantesca fuerza que se ha generado en un mundo hostil que anima a sobrevivir antes que a ganar. Son en su mayoría niños que juegan a toda hora como una obsesión. Con el balón de plástico, con una piedra, con un revoltijo de trapos sucios... ¡Qué más da! muchos de los scouters (buscadores) extranjeros que desde hace unos cuantos años viajan por la zona, se quedan asombrados ante esa manera ingenua y espectacular de entender y vivir este deporte-espectáculo. Son atletas de una técnica cuidada, de gestos graciosos y de una insultante despreocupación por el triunfo. Lo importante para ellos son los matices: una chilena, un túnel, un bailoteo de caderas, un sombrero...

ASOMBRA COMO EN un paisaje ocre de tierra y polvo pueda nacer una rosa. Pero a veces ocurre. En Africa no hay dinero, no hay estadios, no hay entrenadores... las condiciones en general no son buenas para alguien que se dedica al futbol; sin embargo, sus jugadores han superado todo eso y son requeridos con urgencia para calentar y darle saborcito al frío y esquemático futbol europeo.

La cantera negra


LA ULTIMA COPA de Africa sentenció la revolución. Las gradas se llenaron de mercaderes en busca de materia prima, de jugadores buenos, bonitos y baratos. Sebastian Barnes y Daniel Addo, dos estrellas de Ghana, juegan desde hace cuatro años en el Bayer 04 Levenkusen, de Alemania; los camerunenses Samuel Eto'o Fils y Patrick Suffo triunfan en España, los tunecinos Hassan Gabsi y Khaked Badra en Italia. Y así... La tendencia parece imparable. Sólo falta echar una ojeada a las selecciones de Senegal, Nigeria y Sudafrica para comprender la magnitud del fenómeno. Casi la mayoría de sus integrantes militan en equipos de la liga europea.

Futbol, religión y brujería


EN AFRICA EL futbol es religión niños y grandes rezan por sus ídolos, veneran sus nombres, llevan sus imágenes grabadas en la camiseta.. Y, un cierto día, pueblos enteros cierran los colegios y los lugares de trabajo después de que alguien ha dejado caer el rumor de que Abede Pelé, All Ibrahim o Daniel Addo pasarán en autobús cerca de allí. Ninguna otra noticia sería tan impactante en un escenario de tierra rojiza, de campos ondulados, de caseríos, donde huele a carbón vegetal, y donde cientos de niños organizan la algarabía del siglo al borde de la carretera, "El gran Pelé está aquí."

PERO EL FUTBOL es también superstición. Corre un anécdota de que en el campeonato pasado, cuando Bora Milutinovic era el técnico de la selección nacional de Nigeria, el gobierno ordenó sacerdotes yuyus para todos los jugadores. A Bora aquello le pareció excesivo, pero no protestó; "yo respeto las costumbres", dijo cuando se le preguntó al respecto.

UN EPISODIO FANTASTICO sucedió en Costa de Marfil. Ya avanzada la noche, un grupo de brujos irrumpió en el hotel donde descansa el equipo nacional. Eran nueve pigmeos (el más alto mide 1.50), misteriosos, sobrenaturales, dispuestos a aliar a los dioses con su selección. Después de evocar a Nganmien (dios del aire) a Asé (de la tierra) Erua (del sol) y Nzúe (del agua), recibieron a los jugadores para transmitirles el poder de Kaolin, el fruto del árbol mágico y diversas sustancias que jamás se encontrarán en las boticas. Por último los nueve brujos se dirigieron hacia el campo, y, sigilosamente, escondieron bajo el césped todo tipo de amuletos. Ese año la selección de ese país se alzó con el campeonato africano.

SE DICE QUE BOUBA DIOP, el del gol senegalés, y su habilitador El-Hadji Pusseynou Diouf, trajeron su aché.

COMO SEA, AFRICA ha entrado en juego y utiliza todos sus argumentos para destacar: ¿Alguien quiere perdérselo?
 
 

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