Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 4 de junio de 2002
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Política

ASTILLERO

Julio Hernández López

LOS DOS ALEGRES FRANCISCOS aparecieron ayer en el balcón de Bucareli para anunciar que son grandísimos amigos y que no hay mejor manera de demostrarse afecto entre ellos que acusándose de mentirosos o dementes. ƑDiferencias? Sí, una: a Gil Díaz le dicen Paco y a Barrio Terrazas le llaman Pancho. Pero nada más. De allí en delante no hay sino armonía, unidad, concordia, buena onda, sonrisas y apretones de manos. ƑY la fábula de los lingotes de oro, los cacahuates y el magnánimo soberano que prefería para su pueblo ajusticiamientos petroleros en lugar de reformones fiscales? Cosas del pasado, chismes sin trascendencia, globos inflados por los periodistas de pulmones incansables que ayer, en cambio, pudieron ver en vivo y a todo color a los dos compadres Franciscos en compañía del santo de las reconciliaciones en aparador, Santiago Creel, con quien comieron, departieron y luego dieron clarísima muestra de que el Alzheimer no es un mal individual sino programa de gobierno.

CLARIDOSOS A MAS NO poder, los profesores no adosados a la montura de Elba Esther Gordillo estuvieron ayer en terrenos priístas para dejarle entusiastas muestras de repudio a la digna heredera de las enseñanzas de don Carlos (Hank, no sólo Jonguitud), aquel modesto maestro de pueblo que acabó convertido en uno de los hombres más ricos de la nación gracias al recurso simple de convertir poder político en ganancias personales. Los disidentes culpan a la susodicha Elba Esther de caciquismo, represión, corrupción y demás yerbas que se pueden sembrar y cosechar cuando los dominios personales pasan por el SNTE y el ISSSTE, en los que mantiene como dirigentes formales a meros subordinados: el sector popular priísta (donde ya ha decidido que su sucesor será el ex gobernador sonorense Manlio Fabio Beltrones) y el PRI en el que pelea diariamente para ocupar más espacios que su superior formal, Roberto Madrazo, desde la secretaría general, a la que, según le acusan, habría llegado gastando dineros de las cuotas magisteriales.

OTROS MANIFESTANTES enjundiosos fueron los campesinos de San Salvador Atenco, que ayer se permitieron el detallito de llevar a la mismísima Suprema Corte de Justicia de la Nación las pruebas que en un litigio se podrían presentar en contra de ellos para procesarlos por la comisión de delitos varios. Ponga el apasionado lector a un lado los elevados sentimientos justicieros que lo muevan a apoyar las acciones de los famosos campiranos macheteros y pregúntese si éste puede ser un país donde existe el estado de derecho, cuando seis personas (entre ellas un extranjero), miembros de la empresa llamada Sistemas Avanzados y Proyectos, son secuestradas durante 68 horas y luego entregados a las puertas del máximo tribunal impartidor de justicia de la nación ante un magistrado, Juan Carlos Cruz, convertido así en simple oficial de barandilla que dio fe de que los objetos de carne y hueso retenidos ilegalmente durante casi tres días habían sido devueltos a una autoridad.

OTROS HECHOS DE VIOLENCIA campesina se han producido en Oaxaca, donde 26 personas pertenecientes a una comunidad fueron asesinadas por miembros de otra, en una historia de terror que mezcla el narcotráfico, la explotación maderera, la miseria y un elemento que está detonando conflictos (no necesariamente expresados mediante violencia física) en varios lugares: la insensibilidad del gobierno federal para manejar el aparato de representación que cada una de sus oficinas centrales tiene en cada estado.

ESE PUNTO, EL DE LAS delegaciones federales, ha marcado notablemente la distancia entre los discursos voluntaristas del cambio ofrecido por el presidente Vicente Fox y la realidad política que no ha podido domar y a la que, por el contrario, ha excitado a niveles peligrosos. A casi dos años de que los mexicanos creyeron haber conseguido en las urnas un cambio esencial, el Presidente y sus secretarios no han podido ni siquiera sustituir a todos sus representantes en los estados, tarea ésta para la cual, en estricto sentido, no se necesita sino la firma de un oficio y la aplicación de otro, el político. Muchos personajes conocidos en las entidades federativas como pillos y prepotentes siguen disfrutando tanto de los nombramientos que el foxismo les mantiene como del tiempo suficiente para seguir haciendo negocios y tapar lo mejor posible sus atracos anteriores.

BUENO, ALGO SE VA haciendo, diría algún foxista esperanzado. Y sí, es cierto, algo se ha hecho pero, en muchísimos casos, con criterios políticos similares a los ejercidos en los peores tiempos del PRI, colocando a grillos panistas en sustitución de grillos priístas, sin apreciar o promover cualidades técnicas o carreras apegadas a la materia de sus designaciones, sino, por el contrario, peleando entre grupos panistas y foxistas para ver cuál corriente coloca al amigo, al socio, al prosélito en tal cargo. En Oaxaca, como en todas las demás entidades, ejemplos varios hay de esos recomendados sin experiencia política ni social. Uno de ellos, el de la Semarnat, que Víctor Litchinger mantiene sin lustre ni proyecto, llegó a una de las entidades con mayores problemas de violencia y de miseria y, según denunció el gobernador José Murat, dio permisos de explotación forestal sin tomar en cuenta las historias de enfrentamientos entre comunidades que fueron reavivados con esas decisiones burocráticas federales que, sin embargo, la propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha negado, aunque de manera tan general, tan poco precisa, que pareciera más una respuesta de cajón que el señalamiento contundente que el asunto exige. Con 26 muertes y el riesgo de que los conflictos continúen agravándose, el caso Oaxaca podría ser una llamada de alerta para el gobierno federal que no ha sido capaz de sustituir el aparato priísta de representación en los estados pero que, cuando lo ha podido hacer, se ha dejado llevar por los intereses facciosos, los compromisos económicos y el cuatachismo sin freno.

ESTA COLUMNA HABRA DE bajar la cortina, por este día, con la reproducción de las sabias palabras de Luis Ernesto Derbez, secretario de Economía: "El peso no se va a devaluar, porque el gobierno no interviene el mercado (...) lo que estamos permitiendo es que el mercado tome su precio de equilibrio, y así debe ser". Así es que, ya sabe el leído cliente de este changarro informativo, si un día de estos aparece el dólar a 10 u 11 pesos, no será una devaluación, sino un movimiento del mercado para equilibrarse... šSalud, y recuerde que no todo es futbol, y que en estos días están pasando cosas más importantes que una cuauhtemiña!

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