Segunda ocasión en menos de un mes en que el detenido se les muere a los agentes
Ultiman policías a joven que ingería bebidas alcohólicas en la vía pública
Bajo investigación, 62 efectivos de Iztacalco Condena la CDHDF el hecho e inicia una queja
SUSANA GONZALEZ G.
Josué Ulises Banda Cruz, de 17 años de edad, fue encontrado muerto ayer en la madrugada en calles de la colonia Granjas México, delegación Iztacalco, una hora después de que fue detenido por policías preventivos que le dispararon en un brazo y lo subieron a una patrulla, luego de que trató de evitar ser aprehendido junto con otros tres jóvenes por ingerir bebidas alcohólicas en un automóvil particular estacionado en la vía pública.
Tras la necropsia, peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) determinaron que el cuerpo del joven presenta una lesión por arma de fuego en la parte posterior del brazo derecho, que "al parecer perforó el pulmón", señaló Mireya Gómez, fiscal en Iztacalco. El dictamen fue corroborado anoche por el Servicio Médico Forense, el cual concluyó que el cuerpo no presentaba ninguna otra lesión.
Con el asesinato de Josué Ulises es la segunda ocasión en menos de un mes en que elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) se ven involucrados en la muerte de un detenido. Apenas el 19 de mayo pasado, el mayor intendente del Ejército Mexicano, Gabriel Martínez Romero, pereció dentro de una panel de la policía capitalina luego de ser detenido por escandalizar con su arma de fuego en un hotel de la calzada de Tlalpan, por lo que fueron arraigados 24 policías del sector Asturias.
Para esclarecer el caso y deslindar responsabilidades, Marcelo Ebrard, titular de la SSP, ordenó el arresto de 62 policías de los sectores Pantitlán y Tlacotal, y pidió la intervención de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF). El cuartel quedó resguardado desde medio día por decenas de efectivos del Agrupamiento de Granaderos y de la Policía Montada.
Los uniformados de Iztacalco fueron llevados a la agencia 18 del Ministerio Público en calidad de "presentados" y se les aplicó la prueba de absorción atómica para determinar si dispararon en las últimas horas, pero hasta ayer por la tarde se desconocía el paradero de dos elementos. Además, son examinadas 62 armas de cargo y 39 patrullas fueron puestas a disposición del MP para que los peritos buscaran rastros de cabellos o de sangre, precisó Mireya Gómez.
Por su parte, la CDHDF condenó los hechos, inició una queja al respecto y llamó a la SSP a "tomar medidas urgentes para evitar que sus elementos incurran en violaciones que constituyen un doble agravio a la sociedad por provenir de los servidores públicos encargados de salvaguardar el orden y hacer respetar la ley".
Actos de autoridad como los que presuntamente cometieron los policías de Iztacalco "minan la confianza de la sociedad", ya que "no es aceptable, bajo ninguna circunstancia", que los elementos cometan abusos, sentenció el organismo capitalino.
A su vez, Raymundo Collins, subsecretario de Seguridad Pública, reconoció que es "muy lamentable" que vuelva a ocurrir la muerte de una persona detenida por la policía preventiva, pero subrayó que "más preocupante sería que no fuéramos los primeros en realizar las acciones necesarias para llegar al fondo y poner a los responsables en la cárcel".
"Por su propio pie se subió a la patrulla": familiares
Sin tener la mayoría de edad ni haber concluido la secundaria, pero con averiguaciones previas en su contra por los delitos de robo, daño en propiedad ajena y obstrucción a las vías de comunicación, Josué Ulises Banda Cruz era padre de una niña de cinco meses, procreada con Daniela Aguirre, de 19 años de edad, y esperaba entrar a trabajar a un verificentro.
La noche del lunes se reunió con sus amigos Nancy, Mónica y Luis, y dentro del automóvil de su madre, un Golf color verde, comenzaron a beber piñas coladas. Cuando la bebida se terminó decidieron ir a comprar más a una tienda de la colonia Ramos Millán, pero a partir de ahí fueron seguidos por una patrulla de la policía preventiva.
Josué Ulises les sugirió a sus amigos dirigirse al domicilio de su abuela materna, Jovita, localizado sobre la calle Sur 155, y los jóvenes acordaron bajarse corriendo hasta llegar a la casa. "Entonces les empezaron a disparar y mi hermano se esperó a que se metieran las dos mujeres, pero recibió un balazo. Regresó con los patrulleros, yo creo que para que le dieran atención médica, y se subió sólo, por su propio pie, a la patrulla", dijo Israel Banda.
La madre del adolescente, Hortencia Cruz, dijo que "cuando Josué sintió el disparo les dijo a los policías: 'šYa estuvo, ya estuvo! šYa me dieron! šLlévenme a un hospital!' Pero en menos de media hora ya habían tirado a mi hijo muerto en la calle de Añil".
De hecho, el primer reporte que difundió la SSP por medio del Centro de Información Policial fue que los tripulantes de la patrulla 3627, Gerardo Perea Hernández y Francisco López Díaz, localizaron a las 3:25 horas el cuerpo sin vida de un sujeto de aproximadamente 20 años de edad en la esquina de Añil y Brea, colonia Granjas México.
Incluso el reporte indica que "el cuerpo presentaba varios golpes", lo que coincide con las declaraciones de la madre, quien al identificar el cadáver de su hijo dijo que además del disparo tenía destrozada la oreja derecha y presentaba moretones en el cuello, por lo que llegó a decirse que murió por asfixia.
Sin embargo, la fiscal Mireya Gómez puntualizó que de acuerdo con los primeros peritajes, Pedro Estrada, coordinador de Servicios Periciales de la Procuraduría de Justicia capitalina dijo que el cuerpo presenta "únicamente una lesión por disparo de arma de fuego, una entrada sin orificio de salida". También dijo desconocer la versión de que personas vestidas de blanco habrían intervenido en la detención y balacera contra el joven.
Israel Banda reveló que su familia recibía amenazas directas por parte de un presunto agente judicial, quien "metralleta en mano" se paraba frente a su casa para gritarles groserías. Atribuyó lo anterior a que tres meses atrás, en un restaurante bar de la zona, ambos hermanos se pelearon con otros clientes, entre ellos una mujer que los amenazó con enviarles a su pareja, "que era judicial".
Presente en las primeras declaraciones de los testigos, Fabián Medina, vocero de la SSP, aseguró que "no existía ninguna imputación directa sobre ninguno de los elementos y tampoco se había identificado ninguna patrulla con ningún número específico".
Rechazó la fuga de alguno de los policías al explicar que por la mañana hubo ocho elementos que "como cualquier otro día terminaron su turno a las seis de la mañana y salieron francos, cuando la orden de que permanecieran en su cuartel llegó a las 7:15 de la mañana", pero que las autoridades ya los habían ubicado para llevarlos al cuartel.
Sin embargo, por la tarde faltaban dos elementos, como reconoció el subsecretario Collins; en tanto, Fabián Medina deslindó a Perea Hernández y López Díaz de haber participado en los hechos.
Por último, Gabriel Regino García, titular de la Dirección General de Asuntos Internos de la SSP, aseguró que aun cuando todavía no se determina la responsabilidad de los uniformados la dependencia brindará apoyo económico a la familia para los gastos funerarios. "Mientras exista la sospecha de que un agente de autoridad está implicado, el órgano de Estado debe responder", dijo.