Denuncia José Blanco intento de asalto
Querida Carmen: Parece que la inseguridad temible
de esta ciudad debe llegarnos a todos algún día. El miércoles,
hacia las 12 del día, cuando sólo Genoveva, la empleada doméstica,
estaba en mi casa, un hombre corpulento, desaliñado y sucio, tocó
el timbre y preguntó por mí, dando mi nombre por el interfón
y diciendo que me traía un regalo. La muchacha de 19 años,
pequeña y muy delgada, oaxaqueña, con un deficientísimo
español, pero de aguda inteligencia, salió a recibir el regalo.
Traía una caja grande y empezó a interrogarla para asegurarse
de que estaba sola. Le pidió que lo dejara entrar al baño,
porque no podía hacerlo en la calle y tenía urgencia. La
muchacha sospechó y le dijo que no tenía autorización
de dejar pasar a nadie. Finalmente le pidió que firmara un papel
para entregarle el regalo. Ella firmó y debió abrir la reja
para recibir el regalo. Al hacerlo, el hombre entró con violencia
al cubo de la entrada de mi casa, que tiene una segunda puerta (ésta
de seguridad); la atrapó de un brazo, mientras, venturosamente,
se cruzó entre ellos mi perra, que es una San Bernardo, inmensa
pero mansa como ella sola; el tipo la pateó y en estos movimientos
-el tipo tenía un brazo ocupado con el "regalo"-, ella logró
zafarse, entrar volando hacia el jardín y azotar la segunda puerta,
todo en un instante, quedando en estado de shock. Aún después
de esta escena, el tipo le exigía que le abriera y le dijo, finalmente
que, por esta vez, la había salvado Dios.
El examen posterior que mi mujer y yo hicimos nos hizo
concluir que el tipo ha estado observando el movimiento de mi casa. Ahora
la zozobra nos acompaña a todas horas, porque debemos salir a trabajar
todos los días. Además, ahora, por mi trabajo en la ANUIES,
debo salir con frecuencia de la ciudad. Y siento a mi mujer, a Genoveva
y a mi casa terriblemente desprotegidas. Carmen, en los 25 años
que tengo de vivir donde vivo, nunca he visto a un solo policía.
¿Puede alguna autoridad de esta ciudad decirme cómo puedo
proteger a mi casa?
Te abrazo cordialmente
José Blanco
Exigen respeto a los derechos de infantes
Señora directora: Por medio de la presente
le pedimos la publicación de la siguiente carta en la sección
El Correo Ilustrado de su prestigiado diario, alusiva al homicidio del
menor Josué Ulises Banda Cruz, que pone de manifiesto la vulnerabilidad
de los derechos humanos de niños y jóvenes en México.
Creemos firmemente que el deceso no es un hecho aislado,
sino que, por un lado, es resultado de las pocas oportunidades de desarrollo
y la deficiente calidad de vida que coloca a esta población en situaciones
de riesgo, y por el otro, el clima de inseguridad y alarma social generado
por la mayoría de los medios de comunicación hace que la
lucha contra el delito se convierta en una forma para legitimar el incremento
del control policial, las propuestas sobre la reducción de la edad
penal y el endurecimiento de medidas.
Por lo anterior, exigimos:
1. Esclarecer el asesinato de Josué Ulises Banda
Cruz y la estricta aplicación de la ley a los responsables.
2. Detener el clima de represión, ya que desde
nuestra perspectiva la inseguridad no puede ser solucionada con medios
hostiles, sino con políticas públicas de prevención
que brinden mayor protección y oportunidades de desarrollo.
3. Reconocimiento y aplicación de los derechos
proclamados en la Convención de los Derechos del Niño (en
la cual se reconoce como niño a toda persona menor de 18 años),
ratificada por México.
"La prevención de la delincuencia juvenil es parte
esencial de la prevención del delito en la sociedad. Si se dedican
a actividades lícitas y socialmente útiles, los jóvenes
pueden, orientarse hacia la sociedad y considerar la vida con criterios
humanistas, desarrollando actitudes no criminógenas".
(Primer principio fundamental de las directrices de Naciones
Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil.)
Licenciado Francisco Castellanos García, director
general de la Fundación Mexicana de Reintegración Social
Reintegra, AC
Carta a mi padre, preso político
Señora directora: Le agradezco la publicación
de la siguiente carta en la sección El Correo Ilustrado del diario
que usted dirige.
A mi papá, que siempre será mi pa,
a sus 55 días de huelga de hambre:
Nunca fuiste como los demás papás, que tienen
la oportunidad de estar cerca de sus hijos. Tú no fuiste de esos.
Los instantes que pasate conmigo los viviste intensamente. Disfruté
mucho de esos días cuando nos mojábamos bajo los chorros
de agua que escurrían de las azoteas de las casas cuando llovía.
¿Recuerdas cuando pintábamos? Tú siempre preferiste
figuras humanas y paisajes; yo sólo flores.
Ahora extraño hasta tus regaños y las jaladas
de pata que me dabas para que me levantara y me fuera a la escuela. Con
decirte que si antes me enojaba verte todo el día frente a tu computadora
escuchando new age ahora soy yo la que se la pasa escuchando la
música de Enya.
Me angustio. Me dicen que tu salud ya no es la que recuerdo,
que estás muy demacrado, con más de 17 kilos menos, y que
pese al suero que te aplican en el área de terapia intensiva del
penal, tu organismo no reacciona, no acepta el agua y vomitas el jugo gástrico.
Tu voz por el teléfono ya no es la misma, cada vez es más
débil y toses a cada rato.
Sé que si hoy te me estás yendo, papá,
es porque quieres ver libres a todos tus hermanos y hermanas de lucha.
Y me duele en lo más profundo no poder acompañarte, abrazarte
y decirte cuánto te quiero. Has de saber que estoy contigo, con
mi mamá y con los cinco presos políticos del Cefereso de
Acapulco, quienes también te acompañan en esta lucha por
la libertad. Y que me indigna profundamente que en un país que se
supone que existe el respeto a los derechos humanos y las libertades de
expresión nos hayan cortado la llamada telefónica cuando
te pregunté: ¿tienes un mensaje para mandar a la prensa?
Sólo alcanzaste a decir: ''agradezco las muestras
de apoyo...''
¿Recuerdas cuando me preguntabas?
-Cuánto me quieres, mi niña.
-Como tú me quieres, papá,
así yo te quiero,
y si un día cualquiera
no verte pudiera
recuerda, papá,
que como quieres
a la última estrella,
así yo te quiero... y más.
Tu hija que siempre será tu hija
Leonor Aracely Arenas Agis