Aznar condena que la protesta haya coincidido
con el aniversario del fin de la dictadura
Multitudinaria marcha contra la ley de partidos
Miles de vascos recorrieron Bilbao en repudio a la legislación
para ilegalizar a Batasuna
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 15 de junio. Decenas de miles de personas
se congregaron hoy en Bilbao para marchar en silencio contra la ley de
partidos políticos que pretende proscribir a Batasuna, coalición
de la izquierda separatista vasca considerada el brazo político
de ETA.
Bajo
el lema "Todos los proyectos, todas las ideas, todas las personas. ¡No
a la ilegalización!", se manifestaron decenas de organizaciones
sociales, políticas, sindicales y educativas que, aunque "discrepan"
sobre la situación del histórico conflicto, consideran que
la legislación cercenará derechos básicos, como los
de libre asociación, de expresión y de representación.
El presidente del gobierno español, José
María Aznar, principal promotor de esta ley creada ad hoc
para disolver la coalición y refrendada por la oposición
socialista, participó hoy en un acto político de su Partido
Popular en Euskadi, en el que advirtió a los manifestantes que "a
pesar de sus insultos y odios no van a conseguir movernos".
Criticó también que los dirigentes vascos
se manifestaran "precisamente hoy, el día del 25 aniversario de
los primeros comicios en el Estado español después de la
caída de la dictadura de Francisco Franco".
La marcha recorrió en silencio las calles de Bilbao
después de que una plataforma creada por asociaciones diversas implicadas
en el conflicto vasco se movilizaron para llamar a rechazar la normativa.
A la movilización, que transcurrió sin incidentes,
acudieron líderes como el presidente del Partido Nacionalista Vasco
(PNV), Xabier Arzalluz, consejeros del gobierno vasco, parlamentarios y
líderes juveniles de otras formaciones, miembros de la Mesa Nacional
de Batasuna, como Jon Idígoras, Arnaldo Otegi, Joseba Permanch y
José Antonio Gorroitikoetxea, alias Josu Ternera, así
como el líder sindical Rafael Díez.
La protesta finalizó en la plaza del ayuntamiento
de la ciudad, donde antes de leerse el comunicado se emitió un mensaje
grabado de Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, quien
afirmó que "la única forma de superar el grave conflicto
que vive el País Vasco es por medio del diálogo y no me-diante
la violencia o la ilegalización de las ideas, que no lleva a ninguna
solución".
Durante la marcha se leyó un manifiesto de las
organizaciones convocantes a la marcha, que insistió en que a pesar
de que estos grupos discrepan sobre la situación del conflicto,
sus alternativas, el contexto político y las actividades de las
organizaciones afectadas por procesos de ilegalización, están
de acuerdo en que "la defensa de las libertades y derechos fundamentales
debe ser coherente y garantizarse, independientemente de la simpatía
o el juicio político que pueda merecer el titular de esos derechos
y libertades".
El
manifiesto añade que "la ley de partidos es un ataque directo a
principios básicos de funcionamiento democrático, como son
la libertad de opción política y libertad de expresión
electoral, porque si se ilegaliza a Batasuna se anularían formas
de expresión política legítimas y con arraigo" en
Euskadi.
Después de la marcha, el líder de Batasuna,
Arnaldo Otegi, señaló que "la alta participación en
la manifestación demuestra que quienes se encuentran aislados social
y políticamente son los populares, además de de-mostrar que
es posible trabajar juntos".
Añadió que la marcha tenía un mensaje
claro: "no a la ilegalización y al fascismo, pues hoy y el 20 (día
de la huelga general) este pueblo le va a decir a Aznar que tiene fiesta,
que haga lo que haga va a conquistar el futuro con una llave que se llama
aplicación del derecho internacional del pueblo vasco, el derecho
a la libre determinación".
Xabier Arzalluz líder histórico del moderado
PNV, en el gobierno regional, señaló que habían participado
en la protesta porque su partido "siempre ha sido defensor de los elementos
básicos de la democracia".
La presidenta de Eusko Alkartasuna, Be-goña Errazti,
dijo que "hay que decir no a la violencia, pero también a ilegalizar
a partidos y a producir confrontación, por eso tuvimos desde el
principio clarísimo que teníamos que estar con los que queríamos
buscar soluciones y los que opinamos que aceptar la violencia por un lado
o prohibir partidos o ideas, no ayuda, sino todo lo contrario".
En representación del movimiento pacifista Elkarri
habló su coordinador, Jonan Fernández, quien insistió
en que "para la búsqueda de la paz y la convivencia no es buena
la mentalidad de la exclusión, porque el proceso de soluciones tiene
que hacerse con todos, también con Batasuna".
Horas antes de la protesta, Aznar acudió en Vitoria
a un acto con unos 50 delegados de su partido en el País Vasco,
donde dijo que su presencia en Euskadi no era "casual, sino que responde
a la voluntad de estar presente donde la democracia está amenazada".
Su
discurso se centró en la situación política de la
región y se lamentó que mientras él y su partido "festejan"
los 25 años de democracia, "otros van por ahí justificando
a los que exaltan, a los que apoyan o a los que ejercen el terrorismo.
Y no tienen ningún rubor en organizar hoy, precisamente, una manifestación
del brazo nada menos que de Batasuna. Porque van del brazo de esa Batasuna
de la que algunos dijeron hace poco tiempo, claro que eran fechas electorales,
que no querían saber nada para intentar conseguir algunos votos
más".
El mandatario sostuvo que la polémica ley es "un
instrumento que impide el apoyo y soporte político a una organización
terrorista", por lo que se mostró perplejo de que ahora se le acuse
de "ilegalizar las ideas".
Aznar defendió asimismo el actual marco "constitucional
y estatutario" y alertó que los nacionalistas "quieren dividir a
la sociedad vasca y quebrar sus instituciones. Y lo que es peor es que
creen que no hay nada de malo en ello; piensan incluso que es bueno quebrar
y dividir a Euskadi. Pero nosotros trabajamos mirando hacia adelante, al
mismo tiempo que otros están en una especie de alucinación
permanente de odio, resentimiento e insulto, pero no nos van a mover".