Pero vas a estar muy triste..., investigación
de Anna María Fernández Poncela
Construcciones de género en la música
popular
"En el romance español la mujer es infiel; en
el bolero, traidora, y en la canción ranchera, ingrata"
ARTURO JIMENEZ
El universo que se genera a partir de clásicos
como "nomás tres tiros le dio" o "padre no me arrepiento ni me da
miedo la oscuridad", es el que aborda la investigación Pero vas
a estar muy triste, y así te vas a quedar. Sin embargo, este
libro tampoco deja de lado reflexiones surgidas de nuevas vanguardias al
estilo de "¡me estás oyendo, inútil!", considerada
por algunos puntual respuesta de género y por otros repetición
hembrista de la visión machista predominante.
Escrito por Anna María Fernández Poncela,
antropóloga barcelonesa radicada en México, en este volumen
editado por el INAH y el CNCA se analizan las "construcciones de género"
presentes en la diversidad musical denominada de manera llana "canción
popular tradicional mexicana". La etapa estudiada por la autora va de finales
del siglo XIX al último tramo del XX.
Reto
verdadero para cualquier vertiente académica y tema escabroso en
la búsqueda de ponderación y profundidad reales, desde 1995
Fernández Poncela enfrentó el desafío de indagar en
las letras de romances, corridos, sones, boleros o piezas rancheras.
Según ella, la cultura popular es una veta rica
y fascinante. De ahí la publicación de libros suyos como
Protagonismo femenino en cuentos y leyendas de México y Centroamérica.
O la investigación de próximo lanzamiento Roles y estereotipos
de género en el refranero popular, con el subtítulo Charlatanas,
mentirosas, malvadas y peligrosas, proveedores, maltratadores y cornudos.
Pero vas a estar muy triste, y así te vas a
quedar, presentado el jueves, es un libro que comienza con un texto
sobre "lo popular" escrito por Ricardo Pérez Montfort, sigue con
una presentación de la autora y continúa con tres capítulos:
Introducción: Los estudios culturales, tradición
y modernidad, cultura y comunicación; La canción popular
mexicana: origen y funcionalidad; y Conclusiones: la configuración
de la identidad de género en el marco de la identidad nacional.
Al final se ofrece una amplia bibliografía.
Nomás por no bailar
De entrada Anna María Fernández Poncela
marca una diferencia entre el discurso de las letras de las canciones y
la vida cotidiana real, pero señala que de alguna manera ambos universos
se retroalimentan. Aclara además que su libro se centra en el análisis
de la "dureza" de dicho discurso hacia las mujeres y no tanto en la "introyección"
del mismo por parte de las personas de ambos sexos.
Aunque la autora no considera que las letras de esas canciones
sean reflejo fiel de la realidad o del origen de ciertos comportamientos,
acepta que sí pueden llegar a "justificar" a determinadas personas
a nivel particular o colectivo.
"En el romance español la mujer es infiel y se
le mata por ello, en el bolero es traidora, y en la canción ranchera,
ingrata", resume Fernández Poncela, y precisa: "Quizá hay
palabras que en cada estilo se repiten o subrayan más o menos, pero
de alguna manera es una imagen similar de la mujer".
Sin embargo, dice que hay mayor dureza en la canción
popular mexicana que en su contraparte española. Para ello menciona
los ejemplos de corridos como Juanita Alvarado o Rosita Alvírez,
en donde por el solo hecho de no aceptar la mujer salir a bailar con el
hombre o de no mirarlo éste la puede matar.
Con el ejemplo de Elena Valdelamar, dice que las canciones
compuestas por
mujeres son más suaves que las escritas por hombres.
"La idea de fondo sigue siendo el desamor pero casi nunca se desea la muerte
del hombre o que sufra y se arrastre pidiendo de nuevo el amor para negárselo.
La visión de ellas es mucho más magnánima".
También destaca el caso de Agustín Lara,
en el que la mujer aparece como "lo máximo" aunque no se le deja
de considerar un "objeto sexual". Dice además que en las composiciones
"regionales" se da cierta picaresca y la mujer no es objeto de maltrato
pero tampoco se le despoja de ese papel pasivo.
Considera que quienes gustan de estas letras justifican
hasta cierto punto dicho discurso. "Creo que tiene que ver con una identidad
nacional, porque en la construcción popular mexicana también
está el conflicto del ser mexicano, parte del cual es cómo
ser hombre y cómo ser mujer".
Desde las mujeres, agrega, se percibe una parte positiva
y otra negativa: "El amor existe y hay hombres que te quieren tanto que
hasta llegan a matarte. Es como un espacio íntimo de vivencia personal".
Quizá por ello es que esas letras gustan a las mujeres, dice.
Y para los hombres es una presión igual, porque
si una mujer les es infiel "tienen" que matarla o despreciarla en público.
"También el estereotipo de hombre es muy cruel e insatisfactorio
para ellos".