Enfrentamiento en la ciudad peruana de Tacna entre manifestantes y policías

Agreden en Arequipa el autobús que transportaba a una comisión enviada por el presidente Toledo

Protestan miles de personas en Iquitos contra la política de privatizaciones del Ejecutivo

REUTERS, AFP Y DPA

Arequipa, 18 de junio. En medio de una lluvia de piedras fue recibido hoy aquí el autobús que transportaba a esta ciudad a los integrantes de una comisión de alto nivel enviada por el gobierno del presidente peruano, Alejandro Toledo, para desactivar las protestas contra la privatización de dos empresas de electricidad, al tiempo que en Tacna se registraban enfrentamientos entre manifestantes y la policía por segundo día consecutivo, y se extendían las movilizaciones en solidaridad con las manifestaciones en esta sureña ciudad.

Las protestas se extendieron a Iquitos, la ciudad más importante de la región amazónica, con 500 mil habitantes, donde varios miles de personas salieron a las calles a re-chazar la política de privatizaciones del gobierno, mientras que Cusco, antigua ca-pital del imperio inca, fue escenario de protestas de estudiantes y organizaciones sociales en solidaridad con Arequipa.

Esta es la mayor protesta que enfrenta el presidente Toledo, quien asumió en julio del año pasado y cuya gestión, según dos nuevas encuestas, es desaprobada por siete de cada 10 peruanos, quienes le reclaman no sólo cumplir sus promesas de dar em-pleo y reducir la pobreza, sino porque además una de sus promesas de campaña fue precisamente oponerse a la privatización de las compañías locales Egasa y Egesur.

Apenas hace cinco días ambas empresas fueron subastadas y finalmente adquiridas por la firma belga Tractebel, controlada por la francesa Suez, pero Tractebel es investigada por un presunto soborno de 10 millones de dólares al destituido presidente Al-berto Fujimori, de acuerdo con el procurador anticorrupción Luis Vargas Valdivia.

Por lo demás, Toledo también prometió combatir la corrupción, que fue una de las causas de la caída del régimen fujimorista.

Las protestas, que comenzaron en Arequipa el viernes, han dejado un muerto y un centenar de heridos. Tan sólo en Tacna más de cien personas han sido detenidas y otras 11 fueron enviadas a Seguridad del Estado por presuntos actos de vandalismo.

Sectores opositores denunciaron que al menos 10 dirigentes de las protestas se en-cuentran desaparecidos.

Mientras el gobierno peruano sostiene que a causa de las protestas ha habido pérdidas por unos 100 millones de dólares, el congresista arequipeño Manuel Olaechea García -del gobernante Perú Posible- exigió la renuncia del ministro del Interior, Fernando Rospigliosi, a quien acusó de malinformar e insultar cuando afirma que son "grupos violentos" los que rechazan la privatización de las empresas de electricidad cuando es el 95 por ciento de la población.

La comisión de alto nivel, designada por Toledo y encabezada por el arzobispo emérito de Arequipa, Fernando Vargas Ruiz, tuvo un mal comienzo a su arribo a la ciudad sureña porque fue apedreada por manifestantes, que salieron a las calles pese a prevalecer la suspensión de garantías y el toque de queda, decretado desde el domingo por el gobierno central.

Previamente el arzobispo dijo que el diálogo en Arequipa excluía el tema de la privatización de Egasa y Egesur, realizada el viernes en Lima, porque esa era una medida ya tomada en la que no podía haber marcha atrás ni estar sujeta a negociaciones.

Si bien el diálogo pudo reanudarse, antes debió acordarse la agenda que finalmente sí incluyó el controvertido asunto de la privatización de las dos empresas energéticas que alimentan el sur de Perú, y que las au-toridades arequipeñas pugnan porque sea anulada ya que, al respecto, tienen a su fa-vor un amparo judicial para atrasarla.

La comisión la integran Vargas Ruiz, el ex defensor del pueblo Jorge Santistevan y el reverendo Gastón Garatea, por ser ilustres arequipeños, así como el vicepresidente de la república Raúl Díez Canseco, el canciller Diego García Sayán, el ministro de Defensa Aurelio Loret de Mola, el ministro de Agricultura Alvaro Quijandría y el titular de Educación Nicolás Lynch.

Por parte de la provincia de Arequipa acudieron a la reunión 12 alcaldes, quienes han estado en huelga de hambre en estas protestas, además del edil local Juan Manuel Guillén, quien ha encabezado las protestas contra la política del gobierno.

Ante los enviados del presidente Toledo, el alcalde Guillén puntualizó que el objeto principal de la protesta regional es precisamente anular las privatizaciones.

Marcha atrás oficial

En ese contexto, Guillén y sus colegas distritales lograron que la comisión aceptara discutir la privatización, además del restablecimiento del orden público, el levantamiento del estado de emergencia, la reanudación de las relaciones entre el gobierno central y las autoridades provinciales y el respeto al estado de derecho y a la autonomía del Poder Judicial.

Mientras los gobiernos locales están dispuestos a disputar al gobierno central en los tribunales la privatización de las empresas energéticas, trascendió que la suspensión de las garantías individuales podría levantarse antes de 30 días, de alcanzarse acuerdos.

Manifestantes aguardaban afuera del lo-cal donde tenía lugar la junta, a pesar de la prohibición de reuniones públicas y el resguardo militar. Pero el resto de la población realiza con intervalos cacerolazos, que se mantendrán hasta que el gobierno levante la suspensión de garantías.

En Tacna, en el extremo sur, la ciudad se encontraba semiparalizada debido a un paro laboral convocado por organizaciones sindicales y sociales en rechazo al estado de emergencia en Arequipa y la eventual privatización de otras empresas.

Además, hubo choques entre manifestantes y la policía, que trataba de desbloquear las calles y la Carretera Panamericana.

Fernando Rospigliosi condenó la agresión al autobús que llevaba a los comisionados en Arequipa, que resultó con los vidrios rotos y obligó a los enviados a tirarse al piso.

Respecto de Tacna, acusó a "extremistas" de azuzar las protestas porque buscan el caos, y afirmó que "agitadores" pretendían bloquear el aeropuerto de la localidad y que cinco personas fueron detenidas.

Mientras, en Cusco miles de universitarios se manifestaron por primera vez en favor de los reclamos de Arequipa y contra las políticas de Toledo. Otro tanto ocurrió en Iquitos, con manifestaciones pacíficas.

En ambas ciudades se anunciaron nuevas manifestaciones para las próximas horas, en tanto que en Moquequa los gremios sindicales y organizaciones de base anunciaron un paro de 24 horas para este miércoles en solidaridad con Arequipa y Tacna.

Alan García, líder aprista y ex presidente, calificó los sucesos en el sur del país como "gravísimos", por lo que solicitó a Toledo la suspensión inmediata del estado de emergencia en el departamento de Arequipa y abogó por el diálogo, al considerar que esto desluce el carácter democrático con que co-menzó su gobierno hace casi un año.

Por su parte, un centenar de simpatizantes del fujimorismo aprovecharon la noche anterior para pegar en algunas calles céntricas de Lima carteles rememorando al destituido mandatario. "Con el chino estábamos mejor", rezaban los carteles. La policía hi-zo algunas detenciones momentáneas.

Estados Unidos llamó a sus ciudadanos a suspender o retrasar cualquier plan de viajar a Arequipa, ante los actuales sucesos.