Mintió la mayoría de quienes aseguraron
tener pruebas de un complot, expresan
Vigente, la tesis de confusión en el homicidio
de Posadas Ocampo, dicen 5 ex procuradores
Frustrante, que pesen más los dichos de asesinos
que el trabajo de funcionarios, aseveran
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
En la investigación del asesinato del cardenal
Juan Jesús Posadas Ocampo, reabierta por la Procuraduría
General de la República (PGR) en secreto desde el 12 de junio de
2001, "es frustrante que pesen más los dichos de delincuentes y
asesinos que el trabajo responsable y profesional de cientos de servidores
públicos", dijeron los ex titulares de la dependencia Jorge Carpizo,
Antonio Lozano Gracia, Humberto Benítez Treviño, Diego Valadés
y Jorge Madrazo.
En un comunicado de prensa, los cinco ex procuradores,
en su momento responsables de las investigaciones del asesinato del prelado,
expresan: "debido a la cantidad de rumores, especulaciones y de supuestas
nuevas líneas de investigación, el gobierno mexicano decidió,
en 1995, investigar ocho hipótesis partiendo de cero, y sólo
una se confirmó, la de la confusión, y así se volvió
a probar que la PGR estaba, desde 1993, en lo correcto".
Manifestaron que desde mayo de 1993 hasta noviembre de
2000 se desahogaron unas 500 declaraciones ministeriales, "múltiples
estudios periciales de la más diversa índole, muchos de ellos
de una calidad reconocida a nivel mundial, y siempre se concluyó
que el cardenal de Guadalajara había muerto como resultado de una
confusión durante un enfrentamiento entre dos organizaciones criminales
de narcotraficantes".
"Un éxito de la procuración de justicia"
Desde agosto de 1998, señala el comunicado, a partir
de supuestas "pruebas contundentes" que presentarían quienes "sostienen
que la muerte ocurrió por un complot", se decidió integrar
a la tercera investigación del caso Posadas a la Conferencia del
Episcopado Mexicano.
Aseguran los ex procuradores que "la mayoría" de
los supuestos testigos que tenían "pruebas contundentes" del complot
"mintió en sus declaraciones, muchos de ellos reprobaron la prueba
del polígrafo y en otros el trastorno mental fue detectado por peritos
diversos".
Abundan: "debe precisarse que a partir de 1998, durante
la existencia del Grupo Interinstitucional, los exámenes a los testigos
fueron realizados conjuntamente por peritos de la PGR y del gobierno de
Jalisco. Otros testigos, según se acredita en la averiguación
previa, recibieron dinero, bienes y prebendas para declarar sobre un supuesto
complot del que no existen datos ciertos que puedan significar una línea
de investigación seria. Jamás se pudo avanzar con sus dichos,
porque éstos se caían por su propio peso".
Los ex procuradores indican que "en las diversas etapas
en que fuimos responsables de la investigación, ésta se llevó
apegada a derecho, y de cara a la sociedad. Se hizo un esfuerzo que constituye
un éxito de la procuración de justicia en México porque,
desde una semana después del asesinato, ya se conocía la
verdad, misma que se ha comprobado en las otras dos investigaciones que
se han realizado. Cada uno de nosotros responde a las actuaciones realizadas
en su respectivo periodo".
Para concluir, exigen que "para alcanzar la credibilidad
de la sociedad", las conclusiones de las actuales investigaciones y sus
determinaciones estén "basadas únicamente en elementos probatorios
ciertos, con la finalidad de que México continúe siendo un
país de leyes".