Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 23 de junio de 2002
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Política
Piden al abogado de las causas más perversas no olvidar la quema de boletas en comicios del 88

Fernández de Cevallos, ejemplo de la barbarie tecnocrática: intelectuales

Quienes están ahora en el poder son analfabetos literarios, señala Fernando del Paso

ANGEL VARGAS Y CARLOS PAUL

Integrantes de la comunidad intelectual dieron ayer su punto de vista sobre las declaraciones que emitió la víspera el senador panista Diego Fernández de Cevallos, en las que los califica de "terroncitos de azúcar" y afirma que algunos "no tienen un modo honesto de vida".

En encuesta realizada por La Jornada consideraron que la "actitud antintelectual" del legislador exhibe la "brutalidad propia de la barbarie tecnocrática", y cuestionaron su calidad moral: "¿Un señor que aprobó la quema de las boletas de la controvertida elección presidencial de 1988 y que es 'abogado de las causas más perversas' será el más adecuado para arrojar a la cara de los intelectuales la primera piedra o la primera 'punta de diamante'?"

Fernando del Paso: "Esa comparación del azúcar me parece que es muy dulce, pero la verdad es que los terrones se deshacen cuando los mojan, y a mí no me han mojado todavía ni me mojarán las palabras del senador Fernández de Cevallos. El dice que los intelectuales sí podemos criticar a los políticos y ellos no pueden criticarnos, y tiene toda la razón, porque los políticos no nos leen; si lo hicieran, sí podrían criticarnos.

"Son analfabetos literarios quienes están ahora en el poder; cuando menos en otras épocas a los presidentes y ministros les pasaban resúmenes de libros o poemas, para que cuando se encontraran a Octavio Paz, Carlos Fuentes o Fernando del Paso pudieran comentar algo. Entonces, ¡claro que no nos pueden criticar, porque no nos leen, porque no tienen la menor idea de lo que hacemos! En cambio, los escritores sí tenemos idea de las muchas contradicciones y estupideces que cometen los políticos.

"La gran mayoría"

"Por otra parte, no pongo en duda la honestidad del señor Fernández de Cevallos, pero sí pongo en duda la honestidad de todos los políticos mexicanos de todos los partidos; la historia nos demuestra que la gran mayoría son deshonestos.

"No sé por qué se atreve este señorón a calificarnos de deshonestos. Yo me he ganado el pan no de la literatura; no he vivido jamás sino de muchos otros empleos, como publicista, locutor, diplomático, vendedor de corbatas y camisas o bibliotecario, y siempre he pagado mis impuestos.

"En los últimos seis años, antes de que quitaran la exención de impuestos a los creadores, no he deducido un solo centavo de mis gastos como escritor, ni en libros ni en papel ni en enciclopedias, etcétera, estando consciente del privilegio que estar exento de impuestos era un prerrogativa que se justifica porque al escritor no se le paga su materia prima, que son el pensamiento y el tiempo, y eso no entra en las consideraciones fiscales de ningún país del mundo.

"El secretario de Hacienda, Francisco Gil, ha cometido unas pifias espantosas. Dice que es importante aumentar impuestos a los insumos editoriales, al fin y al cabo que en México no se lee. Eso equivale a decir: ¿para qué darle de comer a un animal muy desnutrido y que se está muriendo de hambre? A los escritores no digamos que les van a dar lingotes de oro, ni siquiera cacahuates".

Elena Poniatowska: "Que los intelectuales sean como 'terroncitos de azúcar', como dijo Diego Fernández de Cevallos, no es algo cierto. No creo que José María Luis Mora se haya deshecho jamás, ni Belisario Domínguez ni Carlos Graef Fernández ni Guillermo Haro. No se deshicieron tampoco don Jesús Silva Herzog ni Alfonso Reyes... Si continúo con las menciones, la lista sería infinita, desde luego mucho más larga que la de los políticos. Ninguno de ellos, de esos intelectuales, fue un terroncito de azúcar, sino más bien un chile verde.

"En cuanto a lo de la honestidad, digamos que los intelectuales tienen un modo mucho más honesto de vida que Diego Fernández de Cevallos. Que yo sepa, ningún intelectual es como él, dueño de Punta Diamante, ni tampoco alguno de ellos habría dado su anuencia para quemar boletas electorales, como sí lo hizo Fernández de Cevallos. Creo que Octavio Paz ganó su premio Nobel muy honestamente, después de trabajar toda su vida y ser, entre otras cosas, parte del cuerpo diplomático mexicano. Nada me da más gusto que Carlos Fuentes pueda vivir muy bien y hacerlo absolutamente de sus libros, lo mismo que sucedió con Rosario Castellanos. Creo que los políticos tienen mucha más cola que les pisen, desde luego, que los intelectuales".

Carlos Montemayor: "Me sorprende que Diego Fernández de Cevallos sugiera que algunos intelectuales no tienen un modo honesto de vida, en un país donde el rescate bancario, el rescate carretero y el rescate azucarero demuestran que quienes no tienen una forma honesta de vivir son los empresarios, banqueros y políticos, de los que seguramente él es muy amigo y considera ejemplo impecable de 'gente decente'. No sé si un señor que quema boletas electorales en unas elecciones sumamente controvertidas sea el más adecuado para arrojar a la cara de los intelectuales la primera piedra o la primera 'punta de diamante'".

Margo Glantz: "Es totalmente raro que una persona como el señor Fernández de Cevallos, que no tiene fama precisamente de ser honrado, hable de que los intelectuales a veces no tienen un modo honesto de vida. Debe recordarse que existe la impresión de que es abogado de narcotraficantes, como Amado Carrillo. No debe olvidarse tampoco lo de la quema de boletas de las elecciones de 1988 ni de cómo se hizo dueño de Punta Diamante. No es precisamente una gente que se gane la vida honestamente. Debería molestarse en tener presentes esos detalles antes de hacer ese tipo de declaraciones, si es que de alguna manera le preocupan mucho los intelectuales.

"La expresión de 'terroncitos de azúcar' es una manera aparentemente muy despreciativa, que revela una forma de machismo muy característica de él, que se siente como conquistador español".

Víctor Hugo Rascón Banda: "Los que no tienen un modo de vida honesto son los diputados y senadores que están de espaldas a la nación, como él, que están ganando un dinero que es del pueblo y que no están luchando por la sociedad, la cultura, la educación... ese es el modo deshonesto de vivir.

"Creo que hace mal en tratar de defender lo indefendible. Cuando le preguntaron sobre la argentinización de México, ahí sí se negó a defender al secretario de Hacienda, al decir que mejor él se defendiera solo, que no iba a interpretar sus palabras, pero ahora vemos que la actitud del PAN frente a la cultura, los escritores y el libro es congruente. Con esa imagen que tiene de los intelectuales, ahora me explico por qué votó la ley del impuesto sobre la renta contra los derechos de autor, por qué le retiró la exención de 50 por ciento a la industria editorial en diciembre del año pasado.

"Uno creía que el PAN, el presidente Vicente Fox y Fernández de Cevallos ya en el poder iban a cambiar un poco y a dejar de ser decimonónicos y medievales, pero no; siguen siendo conservadores a ultranza y enemigos de la cultura.

"No en vano en donde hay gubernaturas y ayuntamientos panistas siempre están en contra de la libertad de expresión y de los creadores. Por eso creo que hay una congruencia total en lo que dice. Fernández de Cevallos tiene una imagen miope, torpe, estúpida de lo que es el intelectual.

"Aunque la palabra intelectual está bastante desprestigiada, pues debería ser la de creador, es lamentable que el líder del Senado de la República tenga esa visión. Ahora me explico por qué la Sociedad General de Escritores de México no ha podido ganar su batalla de la exención a los derechos de autor. Si eso es lo que piensa el líder del Senado, imaginémonos lo que piensan las damas del PAN, los funcionarios de Fox y los achichincles del secretario de Hacienda.

"Es el momento de debatir y revertirle eso que está diciendo, y qué bueno que se exhiban Gil Díaz y Fernández de Cevallos, porque la sociedad tiene que ver quiénes son esos representantes de su partido, para que vea por quién vota el año que entra, cuando se renueve la Cámara.

"Recordemos que Fernández de Cevallos aprobó la quema de las boletas electorales de los comicios de 1988, y no sólo eso; hay que recordar que él fue abogado de las casas de bolsa que robaron a los inversionistas cuando el crack bursátil. Eso no tiene más de 15 años. El se dedicó a defender a todas las casas de bolsa para que perdieran su dinero los inversionistas, a quienes nunca les pidieron permiso para invertir en ciertas acciones. El ahí hizo su fortuna.

"Siempre ha sido el abogado de las causas más perversas, porque son las del capital. Jamás ha sido abogado de causas nobles, de universidades, de ciudadanos inocentes o campesinos. Ahora es abogado de Gil Díaz y creo que el pez por su boca muere, y con lo que dijo revela su ignorancia, su estulticia, su imbecilidad.

"Es hora de que los medios de comunicación lo pongan en su lugar. Qué bueno que se caigan sus máscaras y que todos aquellos que votaron por el PAN se den cuenta de lo que pasó con ese famoso voto útil, que más bien fue inútil porque nos llevó a una regresión en todo lo que se refiere a la cultura, la educación, el empleo, la economía.

"Los chihuahuenses tenían razón cuando acuñaron la frase: el cambio (en un automóvil) también es reversa. Y el famoso cambio prometido fue reversa".

"Cuidado con el lenguaje"

Hugo Gutiérrez Vega: "Debemos exigir al secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, y al senador Diego Fernández de Cevallos que tengan cuidado con el lenguaje que están usando, y que muy probablemente tiene sus raíces en sus inconscientes.

"Llamar a los intelectuales 'terroncitos de azúcar', asegurar que algunos de ellos 'no tienen un modo honesto de vivir', hablar de pornografía y cultura sin conocimiento de causa y sin establecer los matices indispensables para acercarse al tema con seriedad intelectual y no con la brutalidad propia de la barbarie tecnocrática es una irresponsabilidad grave, que espero sea nada más producto de la torpeza o de la ignorancia; de lo contrario, puede tener sus raíces en una actitud antintelectual que recuerda la tomada en el siglo pasado por los gobiernos autoritarios de distintos países y por los movimientos totalitarios.

"Espero que todo sea una burrada de cobrador de impuestos, pero el tono antintelectual me hace pensar que como decía Hamlet, algo se pudre en esta tonta y siniestra Dinamarca nuestra".

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