Piden al abogado de las causas más
perversas no olvidar la quema de boletas en comicios del 88
Fernández de Cevallos, ejemplo de la barbarie
tecnocrática: intelectuales
Quienes están ahora en el poder son analfabetos
literarios, señala Fernando del Paso
ANGEL VARGAS Y CARLOS PAUL
Integrantes de la comunidad intelectual dieron ayer su
punto de vista sobre las declaraciones que emitió la víspera
el senador panista Diego Fernández de Cevallos, en las que los califica
de "terroncitos de azúcar" y afirma que algunos "no tienen un modo
honesto de vida".
En encuesta realizada por La Jornada consideraron
que la "actitud antintelectual" del legislador exhibe la "brutalidad propia
de la barbarie tecnocrática", y cuestionaron su calidad moral: "¿Un
señor que aprobó la quema de las boletas de la controvertida
elección presidencial de 1988 y que es 'abogado de las causas más
perversas' será el más adecuado para arrojar a la cara de
los intelectuales la primera piedra o la primera 'punta de diamante'?"
Fernando
del Paso: "Esa comparación del azúcar me parece que es
muy dulce, pero la verdad es que los terrones se deshacen cuando los mojan,
y a mí no me han mojado todavía ni me mojarán las
palabras del senador Fernández de Cevallos. El dice que los intelectuales
sí podemos criticar a los políticos y ellos no pueden criticarnos,
y tiene toda la razón, porque los políticos no nos leen;
si lo hicieran, sí podrían criticarnos.
"Son analfabetos literarios quienes están ahora
en el poder; cuando menos en otras épocas a los presidentes y ministros
les pasaban resúmenes de libros o poemas, para que cuando se encontraran
a Octavio Paz, Carlos Fuentes o Fernando del Paso pudieran comentar algo.
Entonces, ¡claro que no nos pueden criticar, porque no nos leen,
porque no tienen la menor idea de lo que hacemos! En cambio, los escritores
sí tenemos idea de las muchas contradicciones y estupideces que
cometen los políticos.
"La gran mayoría"
"Por otra parte, no pongo en duda la honestidad del señor
Fernández de Cevallos, pero sí pongo en duda la honestidad
de todos los políticos mexicanos de todos los partidos; la historia
nos demuestra que la gran mayoría son deshonestos.
"No sé por qué se atreve este señorón
a calificarnos de deshonestos. Yo me he ganado el pan no de la literatura;
no he vivido jamás sino de muchos otros empleos, como publicista,
locutor, diplomático, vendedor de corbatas y camisas o bibliotecario,
y siempre he pagado mis impuestos.
"En los últimos seis años, antes de que
quitaran la exención de impuestos a los creadores, no he deducido
un solo centavo de mis gastos como escritor, ni en libros ni en papel ni
en enciclopedias, etcétera, estando consciente del privilegio que
estar exento de impuestos era un prerrogativa que se justifica porque al
escritor no se le paga su materia prima, que son el pensamiento y el tiempo,
y eso no entra en las consideraciones fiscales de ningún país
del mundo.
"El secretario de Hacienda, Francisco Gil, ha cometido
unas pifias espantosas. Dice que es importante aumentar impuestos a los
insumos editoriales, al fin y al cabo que en México no se lee. Eso
equivale a decir: ¿para qué darle de comer a un animal muy
desnutrido y que se está muriendo de hambre? A los escritores no
digamos que les van a dar lingotes de oro, ni siquiera cacahuates".
Elena
Poniatowska: "Que los intelectuales sean como 'terroncitos de azúcar',
como dijo Diego Fernández de Cevallos, no es algo cierto. No creo
que José María Luis Mora se haya deshecho jamás, ni
Belisario Domínguez ni Carlos Graef Fernández ni Guillermo
Haro. No se deshicieron tampoco don Jesús Silva Herzog ni Alfonso
Reyes... Si continúo con las menciones, la lista sería infinita,
desde luego mucho más larga que la de los políticos. Ninguno
de ellos, de esos intelectuales, fue un terroncito de azúcar, sino
más bien un chile verde.
"En cuanto a lo de la honestidad, digamos que los intelectuales
tienen un modo mucho más honesto de vida que Diego Fernández
de Cevallos. Que yo sepa, ningún intelectual es como él,
dueño de Punta Diamante, ni tampoco alguno de ellos habría
dado su anuencia para quemar boletas electorales, como sí lo hizo
Fernández de Cevallos. Creo que Octavio Paz ganó su premio
Nobel muy honestamente, después de trabajar toda su vida y ser,
entre otras cosas, parte del cuerpo diplomático mexicano. Nada me
da más gusto que Carlos Fuentes pueda vivir muy bien y hacerlo absolutamente
de sus libros, lo mismo que sucedió con Rosario Castellanos. Creo
que los políticos tienen mucha más cola que les pisen, desde
luego, que los intelectuales".
Carlos
Montemayor: "Me sorprende que Diego Fernández de Cevallos sugiera
que algunos intelectuales no tienen un modo honesto de vida, en un país
donde el rescate bancario, el rescate carretero y el rescate azucarero
demuestran que quienes no tienen una forma honesta de vivir son los empresarios,
banqueros y políticos, de los que seguramente él es muy amigo
y considera ejemplo impecable de 'gente decente'. No sé si un señor
que quema boletas electorales en unas elecciones sumamente controvertidas
sea el más adecuado para arrojar a la cara de los intelectuales
la primera piedra o la primera 'punta de diamante'".
Margo
Glantz: "Es totalmente raro que una persona como el señor Fernández
de Cevallos, que no tiene fama precisamente de ser honrado, hable de que
los intelectuales a veces no tienen un modo honesto de vida. Debe recordarse
que existe la impresión de que es abogado de narcotraficantes, como
Amado Carrillo. No debe olvidarse tampoco lo de la quema de boletas de
las elecciones de 1988 ni de cómo se hizo dueño de Punta
Diamante. No es precisamente una gente que se gane la vida honestamente.
Debería molestarse en tener presentes esos detalles antes de hacer
ese tipo de declaraciones, si es que de alguna manera le preocupan mucho
los intelectuales.
"La expresión de 'terroncitos de azúcar'
es una manera aparentemente muy despreciativa, que revela una forma de
machismo muy característica de él, que se siente como conquistador
español".
Víctor
Hugo Rascón Banda: "Los que no tienen un modo de vida honesto
son los diputados y senadores que están de espaldas a la nación,
como él, que están ganando un dinero que es del pueblo y
que no están luchando por la sociedad, la cultura, la educación...
ese es el modo deshonesto de vivir.
"Creo que hace mal en tratar de defender lo indefendible.
Cuando le preguntaron sobre la argentinización de México,
ahí sí se negó a defender al secretario de Hacienda,
al decir que mejor él se defendiera solo, que no iba a interpretar
sus palabras, pero ahora vemos que la actitud del PAN frente a la cultura,
los escritores y el libro es congruente. Con esa imagen que tiene de los
intelectuales, ahora me explico por qué votó la ley del impuesto
sobre la renta contra los derechos de autor, por qué le retiró
la exención de 50 por ciento a la industria editorial en diciembre
del año pasado.
"Uno creía que el PAN, el presidente Vicente Fox
y Fernández de Cevallos ya en el poder iban a cambiar un poco y
a dejar de ser decimonónicos y medievales, pero no; siguen siendo
conservadores a ultranza y enemigos de la cultura.
"No en vano en donde hay gubernaturas y ayuntamientos
panistas siempre están en contra de la libertad de expresión
y de los creadores. Por eso creo que hay una congruencia total en lo que
dice. Fernández de Cevallos tiene una imagen miope, torpe, estúpida
de lo que es el intelectual.
"Aunque la palabra intelectual está bastante desprestigiada,
pues debería ser la de creador, es lamentable que el líder
del Senado de la República tenga esa visión. Ahora me explico
por qué la Sociedad General de Escritores de México no ha
podido ganar su batalla de la exención a los derechos de autor.
Si eso es lo que piensa el líder del Senado, imaginémonos
lo que piensan las damas del PAN, los funcionarios de Fox y los achichincles
del secretario de Hacienda.
"Es el momento de debatir y revertirle eso que está
diciendo, y qué bueno que se exhiban Gil Díaz y Fernández
de Cevallos, porque la sociedad tiene que ver quiénes son esos representantes
de su partido, para que vea por quién vota el año que entra,
cuando se renueve la Cámara.
"Recordemos que Fernández de Cevallos aprobó
la quema de las boletas electorales de los comicios de 1988, y no sólo
eso; hay que recordar que él fue abogado de las casas de bolsa que
robaron a los inversionistas cuando el crack bursátil. Eso
no tiene más de 15 años. El se dedicó a defender a
todas las casas de bolsa para que perdieran su dinero los inversionistas,
a quienes nunca les pidieron permiso para invertir en ciertas acciones.
El ahí hizo su fortuna.
"Siempre ha sido el abogado de las causas más perversas,
porque son las del capital. Jamás ha sido abogado de causas nobles,
de universidades, de ciudadanos inocentes o campesinos. Ahora es abogado
de Gil Díaz y creo que el pez por su boca muere, y con lo que dijo
revela su ignorancia, su estulticia, su imbecilidad.
"Es hora de que los medios de comunicación lo pongan
en su lugar. Qué bueno que se caigan sus máscaras y que todos
aquellos que votaron por el PAN se den cuenta de lo que pasó con
ese famoso voto útil, que más bien fue inútil porque
nos llevó a una regresión en todo lo que se refiere a la
cultura, la educación, el empleo, la economía.
"Los chihuahuenses tenían razón cuando acuñaron
la frase: el cambio (en un automóvil) también es reversa.
Y el famoso cambio prometido fue reversa".
"Cuidado con el lenguaje"
Hugo
Gutiérrez Vega: "Debemos exigir al secretario de Hacienda, Francisco
Gil Díaz, y al senador Diego Fernández de Cevallos que tengan
cuidado con el lenguaje que están usando, y que muy probablemente
tiene sus raíces en sus inconscientes.
"Llamar a los intelectuales 'terroncitos de azúcar',
asegurar que algunos de ellos 'no tienen un modo honesto de vivir', hablar
de pornografía y cultura sin conocimiento de causa y sin establecer
los matices indispensables para acercarse al tema con seriedad intelectual
y no con la brutalidad propia de la barbarie tecnocrática es una
irresponsabilidad grave, que espero sea nada más producto de la
torpeza o de la ignorancia; de lo contrario, puede tener sus raíces
en una actitud antintelectual que recuerda la tomada en el siglo pasado
por los gobiernos autoritarios de distintos países y por los movimientos
totalitarios.
"Espero que todo sea una burrada de cobrador de impuestos,
pero el tono antintelectual me hace pensar que como decía Hamlet,
algo se pudre en esta tonta y siniestra Dinamarca nuestra".