Advierte Fidel Castro que el conflicto con Estados Unidos "aún puede empeorar"
Aprueba el Parlamento cubano declarar "irrevocable" el régimen socialista
O cesa el intervencionismo o se romperán convenios migratorios, señala el mandatario
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 26 de junio. Arropado por una reforma constitucional que declaró "irrevocable" el sistema socialista en Cuba, el presidente Fidel Castro advirtió hoy a Estados Unidos que el conflicto bilateral aún puede empeorar con la ruptura de los acuerdos migratorios y la supresión de la oficina diplomática de Washington en La Habana, dos de los escasos signos visibles de las volátiles relaciones que ambos gobiernos mantienen desde hace cuatro décadas.
La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP, Parlamento) aprobó hoy por unanimidad una enmienda, que en su parte sustancial adiciona el artículo 3 de la Constitución con este párrafo: "El socialismo y el sistema político y social revolucionario establecido en esta Constitución, probado por años de heroica resistencia frente a las agresiones de todo tipo y la guerra económica de los gobiernos de la potencia imperialista más poderosa que ha existido, y habiendo demostrado su capacidad de transformar el país y crear una sociedad enteramente nueva y justa, es irrevocable y Cuba no volverá jamás al capitalismo".
La reforma fue adoptada después de un discurso en el que Castro replicó a la política del presidente George W. Bush hacia la isla con una advertencia: "Será responsabilidad del gobierno de Estados Unidos si la insistencia en tales prácticas conduce a la anulación del acuerdo migratorio e incluso la retirada de la oficina de intereses en La Habana".
El mandatario evocó en esa forma lo que considera un activismo ilegal de parte de funcionarios de la Sección de Intereses de Estados Unidos aquí, que según las autoridades cubanas desemboca en respaldo a la oposición interna.
Castro fue del análisis general a posiciones más inmediatas y concretas, y llevó al plano del conflicto con Estados Unidos el rechazo a la oposición, a la que catalogó como subordinada a Washington. En otra dimensión, la reforma constitucional dejó en la ilegalidad el Proyecto Varela, una iniciativa disidente presentada en mayo pasado a la ANPP, con apoyo de 11 mil firmas, para someter a referéndum la opción de reformar el sistema político y económico en el país. Hasta hoy la asamblea no había dado trámite parlamentario a esa propuesta.
La consumación de la enmienda constitucional también cierra la puerta a eventuales reformas al sistema de partido único y economía estatal, evocadas por el ex presidente estadunidense Jimmy Carter durante su visita a la isla el mes pasado.
Que no se equivoquen
En su discurso, Castro consideró "un error" de Estados Unidos "si cuenta de antemano con la impunidad de ciudadanos que trabajen a sueldo de una potencia extranjera", una forma en la que el mandatario ubicó a los activistas de la oposición como agentes de Washington.
También reprochó las visitas de quienes "vengan disfrazados de cualquier forma para transportar fondos y conspirar abiertamente contra la revolución", así como que "los funcionarios de su Oficina de Intereses tengan derecho a recorrer el país a su antojo, organizando redes y conspiraciones, violando las normas que rigen la conducta de los diplomáticos, con el pretexto de verificar la situación de los emigrantes ilegales que son devueltos a Cuba".
"No estamos dispuestos a permitir violaciones a nuestra soberanía, ni humillantes desacatos a las normas que rigen las conductas de los diplomáticos. Tampoco es admisible el contrabando de mercancías a través de las valijas diplomáticas", añadió.
Castro planteó entonces sus términos: cesan esas acciones o se arriesga la ruptura de los convenios y la supresión de la Sección de Intereses. Sin embargo, el mandatario matizó: "Es algo que no de-seamos, ya que significaría un lamentable retroceso en las pocas cosas en que se han logrado avances en las relaciones entre ambos países. Pero estamos dispuestos a prescindir de cualquier cosa, incluso de la vida, menos de la dignidad y de la soberanía de nuestro país".
Con ese aviso el mandatario evocó un horizonte de escalamiento en el conflicto con Washington, que implicaría la ruptura de los convenios que regulan la emigración cubana legal y ordenada hacia Estados Unidos, suscritos en 1994 y 1995, después de la crisis de los balseros, cuando unos 34 mil cubanos salieron en estampida hacia territorio estadunidense en embarcaciones rústicas después de que La Habana eliminó la vigilancia costera para impedir salidas ilegales.
Los convenios comprometen a Cuba a mantener esa vigilancia y a Estados Unidos a otorgar por lo menos 20 mil visas anuales a emigrantes de la isla. También obligan a Washington a repatriar a los balseros que sean interceptados en alta mar en un viaje ilegal.
Las secciones de intereses, oficinas con rango inferior al de embajada, fueron abiertas respectivamente en Washington y La Habana en 1977 durante el gobierno de Carter, para prestar servicios consulares y atender asuntos migratorios. Cuba y Estados Unidos rompieron relaciones diplomáticas en enero de 1961.
La sesión extraordinaria de la ANPP consumió tres días, durante los cuales el gobierno declaró feriado laboral e invitó a la población a que siguiera la reunión en las transmisiones en vivo de las cadenas nacionales de radio y televisión. En este lapso hablaron casi 170 diputados e invitados, incluso sindicalistas y estudiantes extranjeros, niños y adolescentes. Unos agitados y gesticulantes, otros reflexivos, varios con vena humorística, alguno poético, muchos con testimonios personales, la mayoría leyendo, todos en favor de la enmienda constitucional, en contra de la política estadunidense hacia la isla y de respaldo al gobierno de Castro.
La víspera, el canciller Felipe Pérez Roque interpretó la reforma como una garantía de continuidad del sistema, más allá de la muerte de Castro y de su hermano Raúl, segundo en el mando en el país. El ministro de Relaciones Exteriores, de la joven generación de altos funcionarios, inyectó en la secuencia oratoria la tesis de que esa promoción de líderes, que ya está en posiciones de mando, se resiste a un colapso del sistema, al estilo de la Unión Soviética hace una década y un descarrilamiento político y social como el de los países de Europa oriental.
En la sesión del miércoles refrendó ese mensaje el vicepresidente Carlos Lage, personaje clave en la política económica y miembro también de las generaciones emergentes en el liderazgo cubano, quien reclamó unidad nacional, prevalencia del partido único y rechazo al capitalismo.
Según los informes oficiales, la reforma constitucional fue respaldada con nombre, firma y número de carnet de identidad por 8 millones 198 mil 237 cubanos con derecho a voto. A falta de un padrón electoral actualizado, las autoridades proyectaron la cifra de electores a 8 millones 250 mil, con lo cual el apoyo a la reforma sería de más de 99 por ciento.
La reforma también adiciona el artículo 11 constitucional, con este párrafo: "Las relaciones económicas, diplomáticas y políticas con cualquier otro Estado no podrán ser jamás negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera". Otras modificaciones al artículo 137 cancelan la posibilidad de una reforma total a la Constitución y exceptúa de cambios parciales al sistema político, económico y social.