Recula Bélgica para juzgar a Sharon
Un tribunal se declara incompetente para procesarlo por Sabra y Chatila; tarde o temprano caerá: abogados
AFP, DPA Y REUTERS
Bruselas, 26 de junio. La Cámara de Apelaciones de la capital belga rechazó hoy la demanda contra el primer ministro israelí, Ariel Sharon, por su papel en la matanza en los campos de refugiados de Sabra y Chatila, en 1982, con el argumento de que la justicia de Bélgica puede juzgar a autores de crímenes contra la humanidad cometidos en el extranjero, pero sólo si el acusado se encuentra en el territorio del reino.
Veintitrés sobrevivientes de la matanza presentaron hace un año la demanda en Bélgica, debido a que ahí las leyes prevén procesos contra violaciones al derecho internacional, independientemente de dónde se hayan cometido. Pese a que se han presentado numerosas querellas por crímenes de lesa humanidad ante los tribunales de Bruselas, hasta el momento Bélgica sólo ha juzgado y condenado a cuatro ruandeses, dos de ellos monjas católicas, por haber incitado una matanza de miembros de la etnia tutsi en 1994.
Un jurado integrado por tres magistrados emitió un fallo de 22 páginas cuya conclusión fue que "si una persona no se encuentra en nuestro territorio, no existe competencia para juzgarla y, por lo tanto, una querella contra ella es inadmisible".
El fallo parece contradecir la ley aprobada en 1993 que adjudica a las cortes belgas "jurisdicción universal" para juzgar a implicados en crímenes de guerra cometidos en cualquier parte del mundo. En otra parte, el texto señala que Sharon "no tiene nexo alguno con el territorio belga", al igual que el crimen del que se le acusa, lo cual era obvio desde un principio para las víctimas querellantes.
Si bien Sharon no comentó la decisión, el canciller israelí, Shimon Peres, elogió la medida al declarar que "una nación no puede juzgar a otra nación" y agregó: "Un país que afortunadamente no tiene que luchar contra el terrorismo y la guerra difícilmente podrá entender a un país que sí tiene que hacerlo".
Daniel Shek, funcionario del Ministerio del Exterior israelí, tampoco ocultó el beneplácito oficial por el fallo. "Un juicio que en un principio tenía más que ver con la política que con la ley, terminó felizmente más por la ley que por la política. Desde un principio tuvimos confianza en las cortes belgas y estoy feliz porque no nos decepcionaron".
Shek añadió que el que los tribunales de Bruselas decidieran desestimar la querella contra Sharon implica además que el gobernante israelí puede ir a Bélgica sin temor de un arresto, debido a que una orden de detención sólo puede ser emitida una vez que se ha aceptado una querella.
En 1982, milicias cristianas libanesas perpetraron una matanza que costó la vida al menos a 800 refugiados palestinos, si bien recuentos de organizaciones humanitarias hablan de más de 2 mil muertos. Sharon, quien entonces era ministro de Defensa israelí, dio la orden de atacar los campamentos con el argumento de que terroristas que vivían en ellos se estaban infiltrando a Israel y disparando cohetes Katiusha contra poblados del norte de su país.
Uno de los abogados de la parte acusadora, Chibli Mallat, conservó el optimismo al decir que el fallo en favor de Sharon implica que "el curso de la justicia ha sufrido un retraso temporal, porque castigar a Ariel Sharon sigue siendo una necesidad, pues está comprobada internacionalmente su responsabilidad en este crimen horrible".
El abogado agregó que la decisión es sumamente injusta y está basada en "una muy estrecha base procesal que viola el texto y el espíritu de la ley belga", de jurisdicción universal.
La acusación de los sobrevivientes de Sabra y Chatila incluía cargos contra Amos Yaron, director general del Ministerio de Defensa, quien entonces comandaba las tropas israelíes en el área de Beirut.
En 1983 Sharon presentó su renuncia anticipada al cargo de ministro de Defensa, luego de que una investigación israelí lo encontró indirectamente responsable de la matanza.
La decisión dada a conocer hoy ya se esperaba, después de que en septiembre pasado las autoridades belgas decidieron suspender la investigación que habían abierto contra Sharon tras la presentación de la querella de los sobrevivientes, luego de que los abogados del premier ganaron una apelación que obligaba a Bélgica a revisar la legalidad de la acusación contra su cliente.
Uno de los tres abogados de Sharon, Irit Kohn, director del Departamento de Justicia israelí, dijo que la defensa del primer ministro se centró en demostrar que las cortes belgas no tenían competencia para juzgar el caso.
La organización de defensa de derechos humanos, Amnistía Internacional, se declaró "consternada" por la decisión de la justicia belga, a la que calificó de "contradictoria con el derecho internacional", pues por un lado se habla de una competencia universal para juzgar crímenes de guerra, para después olvidarse del derecho internacional al adoptar una decisión restrictiva.
El también grupo pro derechos humanos Human Rights Watch señaló que "esta decisión es una gran decepción, no sólo para las víctimas de las matanzas de Sabra y Chatila, sino para las víctimas de atrocidades de todas partes que habían puesto su esperanza de justicia en los tribunales belgas".