Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 2 de julio de 2002
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Política
DOS AÑOS

PRI: el Presidente todavía actúa como candidato

El foxismo, prolongación de los gobiernos priístas, acusa Batres

CIRO PEREZ SILVA Y ANDREA BECERRIL

A dos años de las elecciones de 2000 y a 18 meses de la administración de Vicente Fox, el cambio prometido ha sido para diputados perredistas "una muestra de continuismo priísta", y para el tricolor "una palabra cosmética sostenida en el marketing, que no se ha plasmado en resultados tangibles que mejoren la situación de la ciudadanía que votó por esa oferta", lo cual "redunda en un desencanto de la sociedad".

Roberto Madrazo, dirigente nacional del PRI, afirmó que hay pocos resultados, aunque también visualiza "una buena oportunidad para construir los acuerdos que el país necesita. Lo que no puedes ya es poner en riesgo la situación de gobernabilidad del país por la falta de acuerdos".

Menos conciliador, Martí Batres Guadarrama, coordinador de los diputados federales del PRD, sostiene que el gobierno federal "quiere presentar como cambios aquellos temas de la política nacional que son, en realidad, continuidad de los gobiernos anteriores. Ni la reforma eléctrica, ni las telecomunicaciones, ni el Plan Puebla-Panamá son proyectos de cambio".

Precisa que la reforma fiscal es un proyecto elaborado por el priísta Francisco Gil, la laboral es un proceso que se venía preparando entre el entonces mandatario Carlos Salinas y la Coparmex, la eléctrica es parte de un plan del ex presidente Ernesto Zedillo y la de telecomunicaciones parte de priístas como Emilio Gamboa Patrón y Francisco Gil Díaz.

Asimismo, el Plan Puebla-Panamá parte de la elaboración de priístas como Florencio Salazar. Es decir, ninguno de estos puntos que se pretenden ahora son representación de cambio, advierte.

Madrazo señala que a dos años del triunfo panista hay preocupación porque se han perdido empleos, ha caído mucho el salario y el poder adquisitivo; además la inseguridad pública es un problema que además desalienta las inversiones y limita las posibilidades de crecimiento económico de México.

"Siento que cada vez es más necesario dar certidumbre a los mexicanos sobre el futuro del país, es algo que nos compete construir a todos. Tenemos que entrar partidos, sectores económicos, actores sociales para que le demos un rumbo adecuado al país y que podamos tener los resultados que beneficien principalmente a la población en su calidad de vida."

Confió en que se puedan alcanzar estos objetivos, "por el bien de México", e hizo votos por que no haya actos de "inmadurez o intolerancia" por parte del Ejecutivo, que empañen la posibilidad de llegar a los acuerdos que el país requiere. "Si no hay los acuerdos, la gobernabilidad se va debilitando, la falta de credibilidad en las instituciones, llámese gobierno, partidos políticos, está siendo menor. Esto a nadie le trae buenos resultados."

En un documento, el CEN priísta acusa a Fox de "seguir como candidato, sin llegar a ser Presidente"; de tener "una visión poco realista de la política mexicana"; de "no convocar a las fuerzas políticas a manifestarse en relación con los grandes temas que se busca incluir en la agenda nacional"; de "entrampar las propuestas del Ejecutivo con una actitud maximalista, que considera sus soluciones como las únicas posibles"; de una "inconstancia en declaraciones y personalismo en acciones públicas", y de "justificar estas y otras incapacidades de gobierno echando la culpa al desacuerdo de las oposiciones".

Por otra parte, Enrique Jackson Ramírez, coordinador de los senadores del PRI, opinó que a dos años de las elecciones de 2000, Fox derrochó su capital político y malgastó el apoyo popular que tenía.

Agregó que incluso sectores como el empresarial y la Iglesia le reclaman que no haya orden ni rumbo en su gobierno y que los resultados sean mediocres.

Sostuvo que la fracción priísta espera que el Presidente tome conciencia del desánimo y la frustración que hay en la mayoría de los mexicanos, debido a que "los cambios prometidos no se ven por ningún lado" y asuma su papel de jefe de Estado, de conductor de la nación. El Congreso, agregó, está dispuesto a colaborar con el Ejecutivo en la solución de los grandes problemas nacionales.

"Ante un gobierno incapaz tenemos que aplicarnos más todavía, para evitar que nos arrastre a todos" y con el propósito de que "el país pueda salir adelante", añadió.

Sin embargo, el vicepresidente de la mesa directiva del Senado, el panista César Jáuregui, consideró que el problema es que "al gobierno de la alternancia le tocó la mala fortuna de coincidir con una contracción económica internacional", además de que también "ha tenido que bailar con las más fea" al no contar con la mayoría en el Congreso y tener que enfrentarse a la actitud de algunos partidos que "se oponen de manera sistemática a todo".

Reconoció que a ello se agregan los "desaguisados en el gabinete", que tampoco ayudan mucho a Fox. Todos estos elementos, dijo, proyectan la imagen falsa de que el gobierno federal no ha sido capaz de negociar, aunque "es innegable que el cambio por el que votaron los mexicanos el 2 de julio se ha visto reflejado en un régimen de libertades más amplio".

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