Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 3 de julio de 2002
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Sociedad y Justicia

Cada día 6 mil jóvenes se infectan del virus, que amenaza con eliminar una generación en Africa

Lanzan llamado urgente a países ricos para detener avance acelerado del sida

La migración, un factor de alto riesgo en México, señala informe de Naciones Unidas

REUTERS, AFP Y DPA

Nueva York, 2 de julio. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) cobrará la vida de 70 millones de personas en los próximos 20 años, a menos que las naciones ricas se unan para detener la enfermedad, advirtió el martes la agencia que coordina los programas contra el virus de la Organización de las Naciones Unidas (Onusida), en un informe que revela que la epidemia aún está en sus fases tempranas.

Además existe el peligro de que, ya bien instalada, "se propague de forma rápida y extensa, en ausencia de respuestas eficaces", en América Latina y el Caribe, donde cerca de 2 millones de personas viven con el virus de inmunodeficienca humana (VIH) y 200 mil de ellas se contagiaron en 2001, indica el informe, publicado antes de la 14 conferencia internacional sobre sida, que comenzará la próxima semana en Barcelona.

"Las 100 mil defunciones por sida que se estima se produjeron en 2001 ha incrementado aún más el número de niños huérfanos a causa de la epidemia. En América Latina viven 330 mil pequeños desamparados (130 mil en Brasil), y en el Caribe 250 mil.

A finales de 2001, cerca de 170 mil personas recibían tratamiento antirretroviral en América Latina, 105 mil de ellas en Brasil, país que produce sus propios medicamentos genéricos.

El Caribe es la segunda región más afectada del mundo, y el sida se ha convertido ya en la principal causa de mortalidad entre la población. "Doce países de esta región (incluidos República Dominicana, Haití y algunos países de América Central) tienen una prevalencia estimada de VIH igual o superior a uno por ciento. En estas zonas la epidemia está firmemente arraigada en la población general y se transmite principalmente a través del coito heterosexual", indica el informe.

La pandemia "es actualmente la principal causa de mortalidad en algunos países de la cuenca del Caribe, cuyas tasas de prevalencia en adultos sólo va a la zaga de las existentes en Africa subsahariana", agrega, el texto, citando a Haití, con una tasa en adultos superior a 6 por ciento, o Bahamas, con una tasa de 4 por ciento.

Este último país, al igual que Guyana, registra dos veces y media más decesos en las personas de entre 15 y 34 años a causa del sida. En la República Dominicana la proporción de adultos infectados permanece relativamente estable (2.5 por ciento), según datos recientes.

En América Central la epidemia se agrava y se concentra principalmente en los sectores de la población socialmente marginada.

En México, la prevalencia del VIH entre los adultos todavía es inferior a uno por ciento, pero las tasas de infección son mucho más altas en determinados grupos sociales (hasta 6 por ciento entre los consumidores de drogas intravenosas y 15 por ciento entre los hombres que tienen relaciones homosexuales). Por lo demás, la epidemia se propaga esencialmente mediante estos dos últimos modos de transmisión.

La movilidad de la población, provocada por la desocupación y la pobreza, desempeña un papel importante en la propagación de la epidemia, señala el informe, que cita el ejemplo de México. "El comienzo de la epidemia del VIH en las zonas rurales mexicanas puede rastrearse en el retorno de mano de obra agrícola que trabajó en Estados Unidos", indica.

Las tasas de prevalencia nacionales del VIH, relativamente bajas en la mayoría de los países de América del Sur y Central, no deben ocultar que existe una epidemia sólidamente implantada en grupos específicos de población, como los toxicómanos y los homosexuales.

La toxicomanía es un factor importante de transmisión del sida en Argentina, Chile y Uruguay, subraya el texto.

"Todavía no hemos alcanzado el punto máximo de la epidemia de sida", frustrando así las esperanzas de los expertos que consideraban que la pandemia podría nivelarse para luego disminuir, señaló en entrevista el director ejecutivo de Onusida, Peter Piot. "Es una epidemia sin precedentes en la historia de la humanidad", la "enfermedad de la globalización", agregó.

El sida amenaza con eliminar una generación completa en Africa y desestabilizar a todo el continente. "De un problema médico puro, el sida se ha convertido en un asunto de desarrollo económico y social, e incluso de seguridad", advirtió Piot, y añadió que la enfermedad está acabando con la fuerza laboral de Africa, retrasando el desarrollo económico y agravando la hambruna.

"El mundo no puede dejar que todo el continente (africano) se desestabilice como consecuencia del sida. Esto tendrá implicaciones para todos los continentes", dijo Piot, quien mencionó que el sida tiene tres diferencias con otras enfermedades que la hacen particularmente difícil de contener. "Tiene un largo periodo de incubación", explicó. "Uno puede contar con una buena salud durante 10 o 20 años, pero estar en condiciones de infectar a otros".

El funcionario comparó el sida con la epidemia de la llamda "gripe española", que causó 20 millones de muertos tras la Segunda Guerra Mundial. Quienes contrajeron la enfermedad contagiaron a otras personas en pocos días, antes de morir.

En segundo lugar, "el sida está afectando a jóvenes adultos, gente que normalmente no se enferma, pero que están contrayendo el virus porque son sexualmente activos", afirmó.

El gran número de muertes de jóvenes adultos tiene un efecto expansivo en la sociedad, sin paralelismo con otras enfermedades epidémicas, agregó. Arruinó familias, dejó una gran cantidad de huérfanos y acabó con las vidas económicamente más activas.

El tercer factor exclusivo del sida es el estigma y la vergüenza que bloquean a la directiva política.

La escasa transparencia en algunos países también implica que no se dispone de datos confiables sobre tasas de infección. El más reciente informe internacional no contiene información sobre 20 países, la mitad de ellos naciones árabes: Siria, Arabia Saudita, los seis emiratos del Golfo Pérsico, Túnez y Djibuti.

Onusida señala que 6 mil jóvenes se infectan diariamente, cuando el costo anual para proteger a una persona joven es de sólo ocho dólares.

El informe solicitó a los países ricos que aporten más dinero para combatir la epidemia.

El mundo debe invertir de 7 mil a 10 mil millones de dólares anuales en 2005 para detener la epidemia. "No se está pidiendo algo del otro mundo", señaló Piot. "Cualquier patrón que se use para aumentar la seguridad, es poco".

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