Medio millón de aficionados formaron 15 kilómetros de doble valla
La verdeamarelha desquició a los brasileños al llegar a Río de Janeiro
La frase é penta se leyó en el cielo, escrita por cazas con humo blanco Día de asueto nacional
AFP, DPA Y REUTERS
Brasilia, 2 de julio. Apenas apareció en la puerta de descenso del avión el capitán Cafú, elevando al cielo la Copa FIFA que suma el pentacampeonato de Brasil, la multitud estalló en júbilo. A su lado, el estratega Luiz Felipe Scolari no dejaba de sonreír.
Medio millón de brasileños aficionados al futbol se apostaron en el aeropuerto local y en los 15 kilómetros rumbo el palacio de gobierno, donde el presidente Fernando Henrique Cardoso esperaba a la selección nacional para asistir a la bienvenida, que se había iniciado desde que los jugadores bajaron del avión, decorado en su exterior con las imágenes de los viajeros.
"Esta es la manifestación popular más grande de todos los tiempos en Brasilia", aseguró emocionado el comandante de policía militarizada del Distrito Federal, Francisco Mainardi.
Los futbolistas decidieron no subir al carro de bomberos dispuesto para su corto viaje por la ciudad, y se montaron en el vehículo de sonido, donde la cantante local Ivete Sangalo los deleitó con sus interpretaciones.
Antes de descender la aeronave fue escoltada por cazas de las fuerzas brasileñas, que escribieron en el cielo con humo blanco "é penta" (es penta), en clara referencia al quinto campeonato mundial ganado por la verdeamarelha el domingo en Yokohama.
El triunfo es de especial importancia, ya que por primera vez se enfrentaron en una final a los alemanes y los vencieron con dos aciertos de Ronaldo, otra figura ahora idolatrada en el país.
Como ciudadanos comunes, los 23 integrantes del grupo debieron pasar por la aduana y encima de un tapete sanitario para evitar la dispersión de la fiebre aftosa, sufrida en Corea, y aunque traían consigo mucho más de lo que legalmente se permite importar, se advirtió que se aplicaría el reglamento respectivo.
Se estima que los brasileños asistentes a la recepción pudieron ver la llegada de la escuadra nacional, sobre todo por el día de asueto decretado por el ejecutivo federal.
El país se convirtió en un manicomio. Los diarios en general se contagiaron de la alegría y dedicaron sus titulares a exaltar a los 23 jugadores que dieron al país una nueva alegría.
Brasil ha cargado la Copa del Mundo en 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002.