Cuatro de julio en EU bajo sicosis
Alerta ante el temor de atentados en el día de la independencia
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 3 de julio. Este 4 de julio, día de la independencia de Estados Unidos, amanecerá bajo amenaza. Podría ser un festejo nacional más o ser el fin del mundo; podría estar pintado de azul, rojo y blanco, o de negro; con todo, el código de alerta ahora está fijado en amarillo.
La semana pasada llegó un papelito por correo. Una enmienda a la póliza de seguro del coche aclara que un nuevo tipo de daño al automóvil no estaría ''cubierto'' por la aseguradora ni tampoco ciertos daños físicos a las personas, mismas que no serían compensadas.
''Lesiones al cuerpo o daño a la propiedad que resulten de exposición o explosión nuclear, incluyendo incendios resultantes, radiación o contaminación, no estarán cubiertos", advierte la empresa aseguradora de automóviles GEICO en una misiva enviada a sus clientes en Washington, DC. Lesiones o daños a la propiedad que resulten de "ataques bioquímicos o exposición a agentes bioquímicos no estarán cubiertos", añade.
Así es la vida en la capital cuando se acerca la celebración del cumpleaños del país, mientras se anuncia que todo Estados Unidos está bajo amenaza.
La FBI ha enviado otra serie de alertas a las autoridades de seguridad pública solicitando vigilancia adicional el jueves. Alertó que monumentos nacionales como la Estatua de la Libertad en Nueva York; el monte Rushmore, en Dakota del Sur (en el que están talladas en la roca las caras de algunos de los próceres de la independencia) y el Arco de San Luis en Missouri podrían ser atacados, así como plantas nucleares y otras instalaciones a lo ancho y largo de la nación.
De esta manera, la nueva Oficina de Seguridad de la Patria ha elevado el nivel de la amenaza del código amarillo a "amarillo elevado", en su complicado esquema de códigos de color. Sin embargo, las autoridades federales insisten en que no cuentan con ninguna información específica en torno a ataques "terroristas" potenciales.
Washington y Nueva York se mantienen como las dos urbes más amenazadas. Con todo, esas ciudades realizarán sus celebraciones el jueves, pero bajo intensas medidas de seguridad.
En la capital del país se realizará el festejo en el gran parque o mall, en el centro de la ciudad, pero entre las precauciones se instaló una cerca de 16 kilómetros alrededor del lugar y se realizan preparativos para revisar a cerca de 500 mil personas que se espera participarán en el festejo, que incluirá un concierto y un espectáculo de fuegos artificiales.
La policía también ha activado cámaras digitales instaladas en varias zonas de la capital y estableció una sala de control de emergencias para rastrear a cualquier tipo sospechoso. Pese a ello, no todos se sienten muy seguros aquí y varios residentes entrevistados dicen que este año decidieron abandonar Washington durante el gran festejo patriótico, "por si acaso".
También como parte de las medidas de seguridad de mediano plazo, las autoridades están adquiriendo 125 mil máscaras antigás para la protección de legisladores y turistas.
En Nueva York, unos 4 mil policías ųmil 600 de ellos sin uniformeų se sumarán a cientos de soldados de la Guardia Nacional y a aviones cazas que sobrevolarán la ciudad para defenderla contra algún atentado "terrorista" durante el día de la independencia, informaron las autoridades.
Los neoyorquinos podrían ser sujetos a revisión, tanto de su persona como de sus autos y pertenencias, en varios puntos de la ciudad, y todos los puentes, túneles y terminales serán resguardados por tropas de la Guardia Nacional. Habrá mayor vigilancia de estructuras como la Estatua de la Libertad, la sede de la Organización de Naciones Unidas y el Empire State Building, entre otras. Los ríos y las costas también estarán más vigilados que nunca. Algunos policías y bomberos contarán con detectores portátiles de radiación nuclear.
Pero en Nueva York, igual que en Washington, hay residentes que no se sienten más seguros con todos estos preparativos; al contrario, muchos se sienten más inseguros que nunca. Tal vez ellos y la empresa aseguradora tengan por qué preocuparse. Jane's Información Group ųquizá la empresa de análisis de seguridad y asuntos militares más reconocida del mundoų reportó hoy que aun con la promulgación de las nuevas leyes de seguridad pública y el incremento de las medidas de vigilancia, Estados Unidos no estará mucho más seguro ante un ataque terrorista el 4 de julio que lo que estuvo el 11 de septiembre del año pasado.
Mientras tanto, el Wall Street Journal informó que 10 meses después del 11 de septiembre, aún no existe un plan nacional coordinado para proteger las 103 plantas nucleares en el país frente a un ataque "terrorista", a pesar de que documentos supuestamente capturados a Al Qaeda en Afganistán indican que esa agrupación estaba considerando atacar precisamente estas instalaciones.
La Comisión de Regulación Nuclear reporta que 50 por ciento de estas instalaciones estaba reprobando sus exámenes de seguridad antes del 11 de septiembre y que cree que un avión comercial lleno de combustible, como los del atentado contra las Torres Gemelas, podría estrellarse contra estas plantas y lograr soltar material nuclear al ambiente. Hasta ahora, el Pentágono ha rehusado instalar armas antiaéreas cerca de estas plantas, indicó el rotativo.
Para alimentar estas angustias, el Washington Post reportó esta semana que la FBI todavía interrogaba a varios "sospechosos", todos residentes en o cerca de Washington, quienes podrían ser responsables de los ataques con ántrax del año pasado. Pero todos ellos son blancos y ciudadanos estadunidenses, por lo que no pueden ser puestos en "detención preventiva" como lo que ocurrió con más de mil personas de origen árabe.
Pero con tantas alertas y advertencias, las autoridades estadunidenses ahora se preocupan por un nuevo fenómeno sociopolítico: "fatiga de alertas". O sea, cuando el público ya no registra ni pone atención a las alertas oficiales después de emitirse una tras otra durante los últimos 10 meses.
Hoy, las autoridades de salud en Washington declararon un "código rojo" por la calidad del aire, combinado con un día de intenso calor. Como comentó un periodista ahí, tal vez el gobierno estadunidense no está prestando suficiente atención a todos sus códigos de color. Si el de contaminación y calor está en rojo, y el de alerta contra el terrorismo en "amarillo elevado", obviamente el calentamiento del planeta es una amenaza mucho más intensa que un ataque terrorista, pero todos los fondos y las políticas se enfocan en el terror y no en el fin del planeta.
Amarillo, rojo, azul y blanco, nadie sabe de qué color amanecerá mañana.