Vicente Fox debe mostrar decisión y dar
el primer paso para destrabarlo, señala
El conflicto en Chiapas, vivo y latente: Cárdenas
Otro mundo sí es posible, afirma González
Casanova
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
San Cristobal de Las Casas, Chis., 5 de julio. Al
participar en la inauguración del Encuentro Nacional por la Paz,
el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México
Pablo González Casanova propuso utilizar todo diálogo y negociación
para hacer cumplir los acuerdos de San Andrés y para exigir que
"no se dé un solo paso" en proyectos como el Plan Puebla-Panamá,
sin reconocer antes los derechos de los pueblos y comunidades a su tierras,
así como "apelar" al Poder Judicial Federal para que "se pronuncie
sobre el carácter anticonstitucional" de las reformas indígenas.
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a
su vez, llamó al presidente Vicente Fox a "mostrar decisión
y dar los primeros pasos para destrabar el conflicto, que sigue vivo y
latente".
Advirtió que a pesar de que el problema bélico
está en una fase de "aletargamiento", la nación no debe perder
de vista que en Chiapas "persiste una situación de conflicto social,
económico y político, y que los riesgos de subordinación
a los que están exponiendo al país las políticas y
proyectos oficiales vigentes aumentan día con día".
González
Casanova comenzó su mensaje con una serie de preguntas acerca de
qué hará la sociedad civil ahora que empieza una nueva guerra
global con muchos nombres; con la nueva guerra de conquista del mundo,
o para alcanzar la paz con justicia y dignidad, etcétera. La respuesta,
dijo, debe darse entre todos, y lo primero que hay que hacer es tener una
visión de que "otro mundo sí es posible."
Añadió que se debe pensar en la ética
como política y como resistencia, para no pensar en la moral como
moralina o "como una palabrita que nos llena de satisfacción en
el hogar mientras hacemos tropelías en la calle".
Ante más de mil personas reunidas en el teatro
Hermanos Domínguez de esta ciudad, el ex rector aseveró que
en Chiapas y en el mundo "está surgiendo un movimiento por la dignidad,
que es la base más sólida de una nueva moral política".
Sostuvo que en un mundo tan incierto lo primero es fortalecer
nuestra visión de la vida con dignidad, con fraternidad y con solidaridad,
que se den en las palabras y los hechos. Dijo que se deben precisar "nuestras
prácticas propias democráticas y de unión de fuerza",
así como "aprender a discutir las ideas y opiniones de los demás,
con respeto, sin gritos, sin interrupciones, sin intemperancias".
Subrayó que la lucha debe ser contra los
conformistas, los cínicos y serviles, los represores abiertos y
encubiertos, los transas, los acaparadores, los opresores y mandones, y
contra "los depredadores que están llevando al mundo a un callejón
sin salida con su nueva política de guerra global, neoliberal, de
clases y de civilizaciones, de credos y de razas; con una guerra que sólo
esconde la nueva solución a la crisis del capitalismo (...)".
Cárdenas, quien no estuvo en la mesa principal,
y leyó su mensaje en un espacio abierto ante personas y organizaciones
después de la inauguración, afirmó que este encuentro
es para "lanzar, con voces múltiples, un llamado a la conciencia
nacional", con el fin de que despierte y ponga en movimiento las voluntades
que constituyan el punto de arranque para resolver de fondo los conflictos
y problemas desencadenados a raíz del alzamiento zapatista.
Sostuvo que el gobierno de Fox, "sometido y obsecuente,
como los dos anteriores, a las políticas neoliberales, concibe y
pretende consolidar a Chiapas y al resto del sur-sureste de nuestro país
como la reserva proveedora de mano de obra barata, de una rica biodiversidad
y de otros valiosos y variados recursos naturales" para que sirvan a los
intereses de Estados Unidos.
Señaló que por ello desde los "círculos
oscuros del poder público" se ha "alentado y sostenido la agresividad
de los grupos paramilitares en contra de las comunidades; se ha protegido
el acaparamiento ilegal de tierras, y se ha buscado romper la cohesión
social de los pueblos indígenas en lo general y de sus comunidades
en lo particular", como se hizo con Carlos Salinas de Gortari, Ernesto
Zedillo, Roberto Albores y sus antecesores inmediatos.
Por eso, llamó a trabajar en la elaboración
de propuestas y en la definición de líneas de acción
unitarias que contribuyan al proceso de paz, a la justicia y a la equidad,
buscando el apoyo activo de la sociedad mexicana que aspire a una "convivencia
social solidaria y constructiva, a una nación soberana y generosa
con sus hijos".
En la búsqueda de una paz con justicia y dignidad,
y todo lo que ello implique, "los que aquí nos encontramos y aquellos
que están aquí representados debemos salir de San Cristóbal
de las Casas caminando juntos", concluyó.
Vemos a una sociedad civil que entiende perfectamente
que la paz no es un regalo, sino una conquista: Samuel Ruiz
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
San Cristobal de Las Casas, Chis., 5 de julio. Con
un llamado a que se reconozcan constitucionalmente los derechos de los
pueblos indios comenzó hoy aquí el Encuentro Nacional por
la Paz con Justicia y Dignidad, que congrega a más de mil personas,
entre ellas políticos, religiosos, académicos y artistas.
En su mensaje de declaratoria inaugural, el obispo emérito
Samuel Ruiz García afirmó que la sociedad civil se reúne
hoy "no para reflexionar ni hacer acusaciones, indicaciones o sugerencias,
sino para tomar decisiones y llevarlas a cabo; es decir, ser constructores
de paz".
El indígena chol Víctor Guzmán, de
la organización Xinich, expresó a su vez que el encuentro
"es para encontrar caminos hacia la paz y renovar nuestros esfuerzos para
continuar con mayor compromiso y fuerza con los pueblos que dieron su vida
por esta patria que se niega a reconocernos".
La
ceremonia inaugural comenzó a las 16 horas, en el teatro Hermanos
Domínguez de esta ciudad, con la presentación de la banda
municipal de Tlayacapan, Morelos, y luego del coro de Acteal, ante un lleno
casi total del foro, que tiene capacidad para mil 100 personas, cuando
los organizadores esperaban sólo a 600.
En seguida, cuatro personas subieron al presidium: el
obispo Ruiz García, el ex rector de la UNAM Pablo González
Casanova, la dirigente indígena Lesvia Hernández Castellanos
y Víctor Guzmán. Abajo, en las primeras filas, estaban Cuauhtémoc
Cárdenas Solórzano, el sacerdote Miguel Concha, Juan Bañuelos,
Oscar González, Ana Colchero, Carlos Imaz, Oscar Oliva, Gilberto
López y Rivas, Rodolfo Stavenhagen, Gonzalo Ituarte, Miguel Alvarez
y Luis González Souza, entre otros. Algunos de ellos fueron asesores
del EZLN en las mesas de San Andrés; otros, miembros de la autodisuelta
Comisión Nacional de Intermediación, lo que de algún
modo hizo recordar aquellos diálogos.
Y en las filas posteriores se encontraban dirigentes indígenas
con sus trajes típicos -hombres y mujeres-, sacerdotes, religiosas,
representantes de organismos no gubernamentales, defensores de derechos
humanos y hasta funcionarios estatales.
Víctor Guzmán, encargado de dar el mensaje
de bienvenida, dijo que "algunos pensábamos que con nuestra llegada
a la máxima tribuna del país (en abril de 2001) ya había
terminado nuestra lucha; creíamos que después de ese histórico
mensaje nuestros derechos serían reconocidos, pero nuestra voz no
fue escuchada por los poderes de la Unión".
Aseveró que la reunión inaugurada esta tarde
"es para que encontremos caminos y nuestros pueblos sean reconocidos a
plenitud en nuestro país; para que puedan ejercer libremente sus
derechos y contribuir al desarrollo de la nación; para que vivamos
con libertad, intervengamos y participemos en los tres poderes de la Unión."
Sostuvo que después del "engaño en el Congreso
de la Unión, hoy quieren engañarnos con eso de que en la
Suprema Corte de Justicia de la Nación se va a resolver el problema,
pero es una mentira; ahí no está la solución del reconocimiento
de los pueblos indios; estamos convencidos de que está en manos
de la sociedad civil, como lo demostramos al abrir la puerta de la más
alta tribuna del país."
El dirigente chol subrayó que "a pesar de que en
las comunidades chiapanecas la militarización continúa, de
que los paramilitares se mantienen intactos, de que los programas asistenciales
de los tres niveles de gobierno continúan en la lógica de
la contrainsurgencia, y de que hoy más que nunca estamos en el olvido,
decimos 'aquí estamos, estamos vivos'."
Ante el auditorio lleno en su mayoría de indígenas
pidió no equivocarse, pues "los acuerdos de San Andrés no
son el punto de llegada, sino de partida para construir la paz, y con su
cumplimiento comienza el proceso de paz".
En su turno, Ruiz García indicó que actualmente
se ve un "un quiebre histórico, un avance insospechado, una etapa
totalmente nueva y diferente, que no es sino el resultado de las etapas
anteriores". En todo el continente, abundó, se manifiesta la palabra
del indio que no fue absorbido por agresiones y dominaciones anteriores.
Actualmente, prosiguió, "vemos a una sociedad civil
que no espera las decisiones de otros, que entiende perfectamente que la
paz no es un reglalo, sino una conquista, y que la diversidad no es diferencia
ni ocasión para distanciamientos, sino oportunidad de enriquecimiento,
donde se descubre que no es la fuerza de los encontrados y poderosos lo
que produce los cambios en la historia, sino la fuerza unificada de los
más humildes y sencillos, que es la fuerza de la transformación
de la sociedad".
Y no faltó el mensaje de las mujeres, cuya representante
en el presidium, Lesvia Hernández, pidió que de este encuentro
salgan acuerdos y propuestas para sacar adelante el proceso de paz, y que
se cumplan los acuerdos de San Andrés.
De acuerdo con los organizadores, la expectativa de 600
participantes fue superada con mucho, ya que asisten alrededor de mil personas.
Este sábado los asistentes comenzarán a
analizar y discutir en tres mesas de trabajo los siguientes temas: conflicto
armado, consecuencias y procesos de paz; democracia y derechos de los pueblos
indígenas, y economía solidaria, medio ambiente y desarrollo
sustentable alternativo.