Fueron analizadas en Casa Lamm las teorías
lingüísticas del estadunidense
Presentaron intelectuales y periodistas el libro Noam
Chomsky en La Jornada
El lingüista califica al gobierno de su país
de Estado terrorista, dijo Saxe-Fernández
ROBERTO GARDUÑO
Jueves 4 de julio, conmemoración de la independencia
de Estados Unidos, sicosis en aquel país, versiones de un atentado
en Los Angeles. En México, día de reconocimiento al lingüista
Noam Chomsky por su repercusión en el universo de las ideas, su
acción comprometida en favor de la libertad humana y su abierto
rechazo a la política terrorista del gobierno de Washington que,
inmanente, conlleva el riesgo de desastre internacional.
La salida al público del libro Noam Chomsky
en La Jornada se acompañó del análisis de Carlos
Montemayor, Luis Hernández Navarro, Adolfo Gilly y John Saxe-Fernández
sobre el trabajo del lingüista nacido en la ciudad de Filadelfia,
cuya tarea tiene que ver con el cogollo de la creatividad del hombre.
El volumen, que comprende una selección de artículos
con ideas, críticas y contenidos de avanzada sobre su país
(Estados Unidos), América Latina, Kosovo y Medio Oriente, se presentó
en Casa Lamm, donde los cuatro comentaristas destacaron la relevancia del
pensamiento chomskiano y su influencia en los movimientos defensores de
las libertades y la dignidad humanas.
El instante de la palabra
Al abrir la sesión, Carlos Montemayor introdujo
a la numerosa asistencia por la ruta esencial del prestigiado lingüista
y escritor estadunidense. El historiador mexicano se remontó a la
base del análisis lingüístico de Noam Chomsky:
"La
lengua no significa llegar a la palabra; llegar a la palabra implica haber
recorrido, ya, un gran camino de transformaciones; la palabra no es el
fin del camino, porque podemos leer cien palabras sin entender qué
es lo que se está diciendo, puesto que la palabra tiene función
dentro de la oración, y la oración, dentro de todo el conjunto
de oraciones de la cláusula y el discurso, a partir de su totalidad
de expresión y desarrollo conceptual, de tal forma que la palabra
es un instante, como el morfema amor."
En distintos niveles, estos valores dan las funciones
de lo que en el análisis lingüístico se llama estructura,
y que en la totalidad de posibles combinaciones se conoce como sistema
lingüístico. Por lo tanto, adujo Montemayor, se puede decir
que la totalidad de lo que los hombres escuchan o todo lo que dicen o leen
está siempre presente en la manifestación del habla.
"Dos mil años después, los lingüistas
descubren que ninguno de nosotros habla porque estemos repitiendo como
perico oraciones o locuciones (...) En esta gama de la evolución
de la idea del conocimiento, Chomsky tiene un papel fundamental. Con su
postulado metodológico de gramática generativa y de análisis
lingüístico, consolidado sobre todo en el curso que dio en
1955, y que se publicó en 1957 (...) hace un parteaguas en lo que
es el esfuerzo del análisis lingüístico."
El descubrimiento analítico de Chomsky, argumentó
el historiador, consiste en decir que hay un proceso creativo de la lengua
de todos los hablantes, el cual no puede reducirse a la repetición
mecánica de las locuciones registradas o aprendidas; por tanto,
lo que en español llamamos sintaxis propicia una gramática
innata que permite al ser humano crear y ser libre frente a los sistemas
reiterativos de las locuciones que escucha.
"Esto le permite a Chomsky decir: 'mi análisis
lingüístico no es sólo un análisis lingüístico
o una teoría lingüística; es, sobre todo, un primer
análisis metodológicamente científico de una faceta
humana a la que podríamos llamar inteligencia humana. Por lo tanto,
plantea a la lingüística, a partir de las estructuras sintácticas,
como una fase de los estudios de la sicología y no solamente como
un análisis de la lengua. Esto tiene una repercusión filosófica
fundamental en un siglo (XX) en el que la física, las matemáticas,
la lógica matemática habían llegado a niveles asombrosos.
En la gramática de Chomsky, generativa, trasformacional, subyace
la libertad humana. El lenguaje es un procedimiento no sólo de libertad,
sino de creación de la libertad, de creación de la realidad,
de asimilación y acopio de la realidad. Las repercusiones en la
matemática, la lógica, la física y la lingüística
es incalculable a partir de la lingüística chomskiana."
Y en primer plano, el resultado del trabajo de Noam Chomsky
cuestiona y se opone a todo aquello que ponga en entredicho la libertad
del ser humano, insistió Montemayor. "Chomsky está también
detrás de todos los momentos en que el expansionismo globalizador
está frenando la libertad y la dignidad humanas en aras de la entronización
de una realidad espuria que no tiene que ver con ese cogollo (lo mejor,
lo escogido) de la creatividad humana sino de su adulación."
Más adelante, Luis Hernández Navarro destacó
el pensamiento ilustrado, racional, y la crítica al posmodernismo
filosófico de Chomsky, quien ocupa una posición destacada
ante los movimientos de renovación y ruptura de la izquierda:
"Chomsky ha optado por mantener un serio compromiso con
los valores intelectuales y los problemas científicos e intelectuales
que le conciernen y, al mismo tiempo, contribuir en asuntos extracientíficos,
tales como la lucha contra el racismo, la opresión y el imperialismo;
hacer, es, según él, una absoluta necesidad. Reivindica el
pensamiento racional y enfatiza las virtudes del pensamiento más
que la acumulación del poder. Su metodología recupera material
muy valioso de pensadores clásicos como Jefferson, Adam Smith o
San Agustín. Chomsky insiste en la necesidad de estar informado
y actuar. Su fuente es el pensamiento cartesiano (René Descartes);
se opone a darle relevancia a lo irracional, al fundamentalismo religioso,
a las teorías del complot para explicarlo todo y al fanatismo secular".
Luis Hernández recordó que el desprecio
hacia los intelectuales por parte de políticos, empresarios e incluso,
de otros intelectuales, no es exclusivo de México. En Estados Unidos,
a Chomsky, a quien acompaña un compromiso de acción transformadora
y sencillez en el habla, se le desprecia, prejuicios de por medio:
"Sin ir más lejos, Tom Wolfe, uno de los creadores
del nuevo periodismo, sostiene, en una crítica a los pensadores
de izquierda de su país contenida en un artículo titulado
'En el país de los marxistas rococó', que los intelectuales
se comportan como si no necesitaran cargar sobre sus hombros el fastidioso
peso de las labores de informarse o de investigar, y que les basta con
expresar su indignación hacia los poderes fácticos. Los intelectuales
en Estados Unidos asumen como posición óptima ?refiere el
autor de Todo un hombre-- el menosprecio hacia el resto de la humanidad."
La postura del autor de La hoguera de las vanidades,
aduce Luis Hernández Navarro, se endurece porque Chomsky no sabía
absolutamente nada de la guerra de Vietnam. Pero el otro lado de la moneda
dice otra cosa:
"La opinión de Wolf resume en mucho los prejuicios
y la ignorancia que una parte de la comunidad académica, periodística
e intelectual de Estados Unidos tiene hacia otra parte de sus compañeros.
No en balde Chomsky ha sido excomulgado de los grandes medios de comunicación
masiva, así como de los círculos de iluminados."
Después, Adolfo Gilly consideró que la ética
política de Chomsky se sustenta en la idea del ser humano como ente
de razón, y de ahí se origina la ética de la conducta.
Esa postura no es la de un soñador ni la de un predicador en el
desierto, insistió el profesor universitario:
"Chomsky es robusta, terca y radicalmente americano, y
escribe desde un 'nosotros' en el cual se incluye también como corresponsable
de las guerras y crímenes de su gobierno. Denuncia la política
de intervención, guerra y dominación del Estado de su país,
y al mismo tiempo dice una y otra vez 'lo que nosotros hicimos aquí
o allá'. Pienso que ese 'nosotros', antes que una adhesión
al Estado, es un llamado a la conciencia y a la ética individual
de cada uno. Es una singular apelación moral a un pueblo que, en
su mayoría, hoy acompaña los hechos bélicos de su
gobierno, y que por eso mismo podrá ser sacudido en su conciencia
individual mañana, cuando los resultados de esta loca carrera estén
a la vista de todos, y, por supuesto, cuando la historia y la resistencia
externa den tiempo para que esta reacción interna actúe antes
de que sobrevenga la catástrofe bélica universal hacia la
cual nos dirigimos en estos momentos."
Gilly identificó tres hechos fundamentales en el
pensamiento ético de Noam Chomsky en relación con los atentados
del 11 de septiembre del año pasado en Nueva York:: la destrucción
terrorista de las torres gemelas, dice, es el primer acto de guerra real
desde el bombardeo de la flota inglesa a Washington en 1812 y la rápida
incursión de Pancho Villa en Columbus en 1916; expone las razones
políticas, geopolíticas y culturales subrayando la vulnerabilidad
defensiva de un régimen que hoy quiere imponer su dominación
sobre el mundo, y plantea la necesidad de encontrar una correcta definición
de terrorismo.
La historia subversiva de Chomsky
Para cerrar la presentación, John Saxe-Fernández
reconoció que los artículos y las entrevistas contenidos
en el libro editado por La Jornada tienen un valor político
instrumental:
"La historia, en la dimensión comparativa utilizada
por Chomsky, es subversiva. (...) es el distanciamiento del torrente emocional
que ocasiona la inmediatez de grandes procesos que, por su propia naturaleza,
son difíciles de percibir; la historia en ese sentido es fundamental
en el filo crítico de Chomsky."
Es necesario calibrar con datos la calificación
que hace Chomsky de Estados Unidos como un Estado terrorista, adujo Saxe-Fernández:
"Las evidencias son mucho más nítidas y poco dejan a la imaginación
(...) Después del 11 de septiembre la moralidad hitleriana no se
limita al Ejecutivo, y hoy por hoy es parte y partera de la cultura política,
y de la cultura convencional de la cúpula política estadunidense".
El investigador y ensayista consideró que a partir
del síndrome del Reichtag que se observa desde el 11 de septiembre,
con el aprovechamiento político, jurisdiccional y presupuestal de
la catástrofe en Washington y Nueva York, George Bush y su gabinete
van a persistir, y en este caso hay una alta probabilidad de un ataque
mayor contra Irak poco antes de las elecciones de noviembre en Estados
Unidos.
"La amoralidad, el cinismo y estrechez de miras del gobierno
estadunidense, de mayoría republicana, no pueden ser más
patentes, patéticos y peligrosos para la seguridad de la población
del mundo", indicó Saxe-Fernández.