Más de 4 mil horas de paros en lo que va del año
Siguen las huelgas en Italia contra la política laboral de Berlusconi
AFP, REUTERS Y DPA
Roma, 8 de julio. El principal sindicato de Italia, el CGLI, inició hoy una nueva serie de huelgas en todo el país en protesta por la decisión del primer ministro, Silvio Berlusconi, de excluirlo de las negociaciones sobre la reforma laboral.
El secretario general del CGIL, Sergio Cofferatti, anunció además que se aproxima un "otoño caliente" en materia de protestas.
Este lunes, el izquierdista CGLI logró detener el tráfico de ferries durante cuatro horas, pero para mañana los ferroviarios realizarán una huelga durante todo el día en tanto que el jueves el transporte de varias ciudades se verá afectado por las protestas.
El gobierno sólo quiere negociar con los sindicatos más pequeños, el CISL y el UIL, que la semana pasada aceptaron la flexibilización del derecho de despido. En contrapartida, el gobierno prometió la reducción de impuestos.
El CGLI, que cuenta con 5.4 millones de afiliados, se negó a firmar la propuesta, aunque exige seguir participando en las negociaciones.
Italia, país acostumbrado a las huelgas, ha vivido en lo que va del año un récord en el número de protestas laborales debido a los planes de flexibilizar el despido. Tan sólo en el campo del transporte, los paros suman hasta ahora más de 4 mil horas, cifra mayor que la registrada durante 2001, según el Ministerio de Infraestructura.
Por otro lado, el presidente fundador del partido radical italiano, Marco Pannella, interrumpió su huelga de hambre y sed que llevaba a cabo en protesta por la existencia en la Cámara de Diputados de 13 "escaños fantasmas" no ocupados desde el 26 de mayo de 2001 debido a la complejidad del sistema electoral del país.
Pannella, que cumplía hoy 85 días sin tomar alimentos y 30 de no ingerir líquidos, detuvo su huelga "en signo de confianza en las instituciones de Italia", luego de que las autoridades del Estado le pidieron terminar su ayuno ante los peligros para su salud.
También unos 300 jefes de la mafia se declararon en huelga de hambre para protestar por los planes de gobierno de mantener un severo control en las prisiones.