Los ejidatarios intentaban protestar en acto de Montiel
Reprimen marcha campesina de Atenco; hay 33 lesionados
Trece funcionarios estatales y varios vehículos, retenidos
JAVIER SALINAS CESAREO Y RENE RAMON ALVARADO CORRESPONSALES
Acolman, Mex., 11 de julio. Al menos un millar
de policías de la Fuerza de Acción y Reacción Inmediata
(FARI) del estado de México arremetieron contra más de 100
labriegos de San Salvador Atenco cuando se dirigían a esta cabecera
municipal a protestar en un acto que encabezaba el gobernador mexiquense,
Arturo Montiel Rojas; los campesinos respondieron con machetes, piedras
y palos en un choque que dejó un saldo de al menos 30 ejidatarios
lesionados, varios de gravedad, 19 desaparecidos y tres agentes estatales
heridos.
Todo comenzó al filo de las 12:30 horas, cuando
los campesinos de San Salvador Atenco, en resistencia por la prevista construcción
del aeropuerto de la ciudad de México en la zona de Texcoco, se
congregaron en la plaza principal para partir en caravana hacia el municipio
de Teotihuacán y protestar en un acto que realizaría el gobernador
mexiquense. Un grupo de 40 labriegos, encabezados por Jesús Adán
Espinoza e Ignacio del Valle, líderes del movimiento, emprendió
en tres camionetas la ruta a Teotihuacán.
Al
llegar al poblado de Santa Catarina, sobre la vía Acolman-Pirámides,
casi un kilómetro antes de arribar a la cabecera de Acolman, los
campesinos se encontraron con un camión tipo torton rojo
que habían colocado los policías estatales para impedir que
la caravana pasara. Los labriegos empujaron el vehículo que obstruía
su paso y lo proyectaron a una canaleta del costado de la vialidad; lo
mismo hicieron con un camión de pasajeros atravesado.
El grupo de ejidatarios continuó su recorrido,
pero metros adelante una valla de casi 40 policías estatales del
FARI, con equipo antimotín y escudos, le hizo frente. Durante casi
una hora las agresiones sólo fueron verbales entre ambos bandos,
unos metros los separaban. Los labriegos dieron aviso a sus compañeros
que se encontraban en San Salvador Atenco, por lo que su contingente aumentó
a casi 120.
Ignacio del Valle, uno de los dirigentes, solicitó
a un comandante de la policía se les permitiera el paso, pero los
ánimos se caldearon cuando de entre las milpas ubicadas a un costado
de la carretera un grupo de casi 100 policías vestidos de civil
salió y encaró a los campesinos.
El choque
El enfrentamiento comenzó. Primero hubo golpes
entre los efectivos vestidos de civil y los campesinos, y estos últimos
lograron replegarlos. Pero inmediatamente cientos de granaderos se incorporaron
a la valla y comenzaron a arrojar gases lacrimógenos hacia los ejidatarios.
La policía hizo decenas de disparos mientras enfrentaba
y replegaba a los miembros del movimiento en resistencia contra la construcción
de la terminal aérea. Una nube de gas cubrió la zona.
El equipo antimotín avanzó, cubierto con
cascos y caretas y portando toletes y escudos. Del bloque de campesinos,
uno a uno iban cayendo a lo largo de casi un kilómetro de la carretera
Pirámides-Acolman, debido a que eran atacados también por
la retaguardia.
El campesino conocido como Zapata, uno de los miembros
más activos del movimiento, no pudo replegarse debido a que cojea
y fue golpeado por al menos 20 policías. Su cuerpo quedó
enmedio de un charco de sangre, y casi sin conocimiento continuaba siendo
agredido. "¿No que muy chingón?", gritaban los efectivos.
Al acercarse estos corresponsales, el ejidatario decía: "Me voy
a morir, tengo sed".
Por lo menos otros 20 campesinos fueron lesionados. Los
policías arremetieron también contra civiles que pasaban
por el lugar y usuarios del transporte que circulaban por la carretera.
Del bando de los uniformados varios resultaron lesionados por machete.
Al verse copados por la retaguardia, los campesinos huyeron
y se introdujeron en varios domicilios particulares, mientras otros lograron
abordar las tres camionetas que se encontraban en su poder, ya que dos
más fueron destrozadas por los agentes antimotines.
Los campesinos que lograron entrar en las viviendas fueron
sacados por la fuerza y detenidos. Mientras tanto, un helicóptero
de la policía estatal sobrevolaba la zona y un tripulante daba órdenes
con señas para que se siguiera a los campesinos que regresaban a
San Salvador Atenco.
Por la tarde noche, al menos 300 ejidatarios ingresaron
a la Subprocuraduría de Justicia con sede en Texcoco, donde detuvieron
a siete trabajadores de esa dependencia, entre ellos a su titular, José
Andrés Mendiola Valdés, en respuesta porque en las galeras
ya no se encontraba uno de sus líderes, Ignacio del Valle Miranda,
detenido por agentes de la Policía Judicial cuando recibía
atención médica en un hospital particular de Texcoco, tras
el enfrentamiento de la mañana en Acolman.
Al conocerse de los hechos sangrientos, cientos de habitantes
y ejidatarios se congregaron en la explanada principal de San Salvador
Atenco, donde de inmediato bloquearon cuatro puntos de la carretera federal
Texcoco-Lechería.
A las 14:30 horas, alrededor de 3 mil 500 habitantes colocaron
piedras y llantas para impedir el paso a todo vehículo por la citada
arteria. De inmediato los enardecidos habitantes de los pueblos de Acuexcomac
y Atenco, municipio de San Salvador Atenco, y La Magdalena Panoaya y Tocuila
de Texcoco, se armaron con machetes, palos, piedras y decenas de bombas
molotov. Primero quemaron tres patrullas en la entrada del poblado de Acuexcomac,
con números 158 de la Policía Judicial mexiquense; la 2703
de la Policía Auxiliar del estado, y la 6927 de Seguridad Pública.
Mientras tanto, en la entrada principal de Atenco, sobre
la vía federal Texcoco-Lechería fueron incendiados otros
dos vehículos: la unidad 97436 de la Policía Bancaria Industrial
y un Volkswagen particular con matrícula LRZ 1208, este último
decomisado a un presunto agente de Gobernación mexiquense. Simultáneamente
retuvieron tres tractocamiones de la empresa refresquera Coca-Cola y una
unidad para traslado de reos.
Entre la confusión y la desesperación de
la gente por no saber si alguno de sus familiares estaba detenido, y cuáles
eran los nombres de los heridos, los inconformes retuvieron a las primeras
cinco personas: Marcelino Rocha, custodio de reclusorios; Apolinar Vargas,
policía judicial; Luciano Maldonado y Manuel Velázquez, de
la policía bancaria, y Rubén Martínez, "técnico
en medición de carreteras".
Eran las 18 horas cuando a bordo de cuatro camionetas,
un tractocamión de la empresa refresquera Coca-Cola, un autobús
y decenas de bicicletas los campesinos partieron rumbo a la Subprocuraduría
de Justicia con sede en Texcoco. Cuando intentaron ingresar, el agente
judicial David Gallardo González sacó su pistola, cortó
cartucho y encañonó a los ejidatarios. "¡Aquí
no entran, cabrones!", gritó, pero al ver que la gente no se espantaba
echó a correr; en su intento de huida fue detenido y recibió
varios golpes.
En protesta porque en el lugar no encontraron a uno de
sus dirigentes, los ejidatarios y habitantes de San Salvador Atenco retuvieron
al subprocurador de Justicia, José Andrés Mendiola Valdés;
al jefe de Averiguaciones Previas, Guillermo Fragoso Martínez; a
los agentes David Gallardo y Alberto Teutle Márquez, y a los secretarios
del Ministerio Público Alfredo Chávez Reyes, Leonel Medina
Sánchez y René Limón Monterrosas.
"¡Aguántese como los hombres, cabrón!"
El jefe de Averiguaciones Previas y ex alcalde de Ecatepec,
en su desesperación, soltó el llanto, pero en respuesta recibió:
"¡Aguántese como los hombres, cabrón, que nuestra gente
sí esta herida y a usted no lo estamos agrediendo!"
Luego de lograr su cometido, los manifestantes regresaron
a la zona de los bloqueos sin que ninguna autoridad policiaca interviniera,
pese a que durante todo el recorrido se escucharon sirenas.
En el auditorio municipal de San Salvador Atenco, los
siete empleados de la Procuraduría General de Justicia del Estado
de México adscritos a la subprocuraduría de Justicia de Texcoco
fueron presentados ante los medios de comunicación. Antes, Felipe
Alvarez, ejidatario de Nexquipayac, aseguró que sus compañeros
tienen derecho a manifestarse y sin embargo fueron recibidos a balazos.
"Nosotros exigimos que liberen a nuestros compañeros
a cambio de los empleados de Alfonso Navarrete Prida -procurador del estado-.
Serán los primeros muertos en caso de que el gobierno intente utilizar
la fuerza pública para liberarlos."
Por su parte, el subprocurador de Justicia solicitó
a Navarrete Prida que llame al diálogo a los campesinos, pues expresó
que teme por su vida. Los campesinos amenazaron con quemar vivas a las
13 personas retenidas si en las próximas horas el gobierno del estado
no da respuesta a sus demandas.
Por la noche ya se conocía la lista de los ejidatarios
que participaron en el enfrentamiento en Acolman y están desaparecidos:
Fernando Martínez, Erick Molina, Enrique Espinosa, Juan Martínez
Mendoza, Odilón del Valle, Víctor Márquez, Manuel
Núñez, Ignacio Yánez, José Medrano, Pascual
Martínez, Gil Morales Pérez, Isaías Mata, Raquel Rojas,
Enrique Chávez Rojas, Isabel Avilés Ramírez, Jesús
Espinoza Rojas, Abraham Zapata, Domingo Pájaro y Felipe Martínez.
Hasta el cierre de esta edición se mantenía
un ambiente de alarma y tensión, y persistía la amenaza de
que fueran incendiados los tres tractocamiones de una empresa refresquera,
los cuales fueron retenidos durante el bloqueo que se inició poco
después de las 14 horas y que aún se mantenía. Al
filo de las 10 de la noche los ejidatarios comenzaron a cavar zanjas en
las entradas al pueblo.