La resistencia civil comenzó con el anuncio de la expropiación
de tierras
La construcción del aeropuerto alterno en Texcoco,
ocho meses de conflicto campesino y batalla jurídica
Las aves decidieron que pueden convivir con los aviones, justificación
de Pedro Cerisola
Protestas públicas ininterrumpidas, asambleas y un municipio en
rebeldía, resultados
En 1957, el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines firmó
el decreto mediante el cual por primera vez aceptaba que los campesinos
construyeran sus casas dentro de las áreas de cultivo de San Salvador
Atenco. A los ejidatarios les costó 20 años que introdujeran
servicios básicos.
El 22 de octubre de 2001 la Secretaría de Comunicaciones
y Transportes anuncia la decisión de construir el nuevo aeropuerto
en Texcoco, para lo cual se expropiarían 4 mil 500 hectáreas,
la mayoría ejidales, por las que se pagarían seis pesos por
metro cuadrado.
El
25 de octubre, ante senadores, el secretario de Comunicaciones y Transportes,
Pedro Cerisola, justifica la decisión por Texcoco con un argumento
singular: ''Las aves deciden y tienen opinión... y decidieron que
pueden convivir perfectamente con los aviones''.
Luego de protestas públicas ininterrumpidas, asambleas
municipales y campesinas, así como la continuación de preparativos
de resistencia, el 2 de noviembre de 2001 los ejidatarios de San Salvador
Atenco se aprestan a dar la batalla jurídica. Dos mil personas entregan
sus documentos al comisario ejidal y encargan su caso al abogado Ignacio
Burgoa Orihuela.
El 4 de noviembre del mismo año, los ejidatarios
afectados por la expropiación acusan al presidente de la República,
Vicente Fox Quesada de burlarse de ellos con su afirmación de que
los campesinos de Texcoco ''se sacaron la lotería'' con la decisión
del nuevo aeropuerto.
El 21 de noviembre los campesinos inconformes advirtieron
hasta dónde estaban dispuestos a llegar para no entregar sus tierras:
''Si el gobierno quiere muertos, estamos dispuestos a dar los muertitos''.
Nueve días después, el 30 de noviembre,
un juez concede la primera suspensión temporal contra el decreto
de expropiación de San Miguel Tocuila.
El 4 de diciembre los municipios de Texcoco y Acolman,
así como el Gobierno del Distrito Federal, presentan ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación sendas controversias constitucionales
en contra de la construcción de la nueva terminal aérea.
El 11 de diciembre, en una nueva estrategia de sus frecuentes
marchas de protesta al Distrito Federal, los ejidatarios se unen a un numeroso
contingente magisterial y realizan una de las mayores manifestaciones que
llega a la Cámara de Diputados.
La Navidad de ese año, los campesinos de Atenco
comenzaron la colocación de barricadas y ubicaron antorchas en los
costados de los accesos principales de al menos diez comunidades para impedir
la entrada de ''gente extraña'', fuerzas policiacas o maquinaria
a sus ejidos.
Un día antes de terminar 2001, los ejidatarios
declaran a San Salvador Atenco ''municipio en rebeldía''.
El 12 de enero de 2002 el procurador agrario (dependiente
de la Secretaría de la Reforma Agraria), Valdemar Martínez
Garza, renunció al cargo bajo el argumento de que no le permitieron
actuar con autonomía en la defensa de los campesinos.
El 19 de enero, la SCJN aceptó la controversia
constitucional presentada por el ayuntamiento de Acolman, y el 23 de febrero
toma la misma decisión en la demanda presentada por el ayuntamiento
de San Salvador Atenco.
El último día de febrero de este año,
unos 150 ejidatarios atenquenses irrumpieron en las instalaciones del Instituto
Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap),
donde presidían una ceremonia el titular de la Secretaría
de Agricultura, Javier Usabiaga, el gobernador mexiquense, Arturo Montiel
y el embajador de Japón en México, Takahico Horimura, y les
impidieron durante varios minutos la salida del lugar.
Ya para marzo de este año las protestas de los
campesinos, tanto en Toluca como en el Distrito Federal -machetes en ristre
y con la solidaridad de los más variados sectores-, se hacían
más radicales y concurridas. Una de ellas ocurrió el día
6, cuando se organizaron distintas movilizaciones simultáneas que
lo mismo cerraron por 26 horas calzada Chivatito (inmediaciones de Los
Pinos) que bloquearon por más de tres horas distintos puntos de
la carretera federal Texcoco-Lechería, además de que retuvieron
al director regional de Gobernación del estado de México,
Humberto Navarro.
En Tijuana, el 11 de junio, el procurador de Justicia
del estado de México, Alfonso Navarrete Prida, anuncia: ''Estamos
próximos a proceder contra ejidatarios de Atenco'' y adelanta que
se consignaría penalmente a los involucrados en ocho averiguaciones
previas.
El primero de junio los habitantes de San Salvador Atenco
anunciaron tener detenidos a seis ''presuntos topógrafos'' que realizaban
trabajos nocturnos de medición del predio expropiado para la construcción
del nuevo aeropuerto. Entre ellos estaba un ciudadano búlgaro, Krassimir
Kiriloviankov, y los ingenieros Gerardo Agustín Galguera y Juan
Carlos Jiménez. Pertenecían a una empresa que se identificó
como OHL.
Apenas el martes pasado, unos 600 campesinos pretendieron
ingresar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde
se enfrentaron con elementos de la Policía Federal Preventiva. Aunque
se reportó saldo blanco en el incidente, se emplearon balas de salva
por parte de los uniformados y cohetones y palomas por el lado de
los campesinos, quienes llegaron como siempre blandiendo sus machetes y
gritando las consignas que utilizan desde el primer día: ''¡Tierra
sí, aviones no!'' y ''¡Ni hoteles ni aviones, la tierra da
frijoles!''