Reclaman en la cumbre de Barcelona que el G-8 pague los recursos que prometió
Clinton: dos tercios de las infecciones por sida podrían
evitarse si la prevención fuera efectiva
Ofrece Brasil trasladar gratis la tecnología de producción
de genéricos a países necesitados
ALEJANDRO BRITO ENVIADO
Barcelona, 11 de julio. En su cuarta jornada, la
14 Conferencia Internacional del Sida se ha convertido en un gran foro
político. En la plenaria de esta mañana de nuevo se escuchó
el reclamo que ha dominado en el evento: "¿Dónde están
los recursos prometidos por las naciones ricas?", espetó Graça
Machel, ex ministra de Educación de Mozambique, haciendo eco al
grupo radical Act Up París que, al grito de "¿Dónde
están los 10 mil millones de dólares?", necesarios para detener
la pandemia, arremeten contra pabellones y funcionarios de esas naciones
en la conferencia.
Hace
varios años que los ocho países más desarrollados
del mundo, el G-8, prometieron destinar 0.7 por ciento de su producto interno
bruto (PIB) para ayudar a las naciones pobres. Pero, de acuerdo con Machel,
para el año 2005 Estados Unidos habrá cumplido sólo
con 20 por ciento de lo prometido, mientras que la Unión Europea,
con excepción de los países nórdicos, con 50 por ciento.
"Hay una falta de moralidad incomprensible en el incumplimiento
de los compromisos asumidos por quienes tienen los recursos y no los sueltan",
expresó la ahora directora de la Organización Nacional de
Niños de Mozambique.
Como nunca, los sectores involucrados en este combate
han logrado arribar al consenso. Si en las conferencias anteriores el acento
estaba puesto en la ciencia, ahora está en la política, pues
allí se libra la lucha por los recursos, como señaló
Peter Piot, director del Programa de Sida de la ONU (Onusida), en la inauguración.
Esta cumbre del sida podría ser llamada la conferencia
del consenso. Incluso el director del Fondo Global para la Lucha contra
el Sida, la Malaria y la Tuberculosis, Richard Feacham, no ocultó
su satisfacción: "Estoy muy contento de estar aquí", dijo
con sorna, luego de que los gritos de los activistas acallaron el discurso
del secretario de Salud estadunidense, en el que se congratulaba de que
su país era el mayor contribuyente del fondo global, sin ser cierto.
Hasta el ex mandatario estadunidense Bill Clinton se acaba
de pronunciar, en una reunión de líderes mundiales celebrada
en esta sede, por rebajar los precios de los medicamentos en Africa y en
favor de la producción de genéricos. Ante el pleno, Clinton
subrayó que "los dos tercios de las infecciones por el virus podrían
evitarse si la prevención fuese efectiva".
"Por primera vez en la historia, el mundo tiene que hacerse
responsable de una crisis global", afirmó Clinton.
Más allá de las macabras cifras de muertes,
casos de VIH/sida, de infantes y huérfanos por la pandemia (20,
40, 13 millones, respectivamente), y de las catastróficas predicciones
(45 millones de nuevas infecciones), se vertieron una serie de convincentes
datos y cifras que apoyan la viabilidad (costo-efectividad, dicen los expertos)
de tratar el sida en los países pobres o en desarrollo.
Brasil, de nuevo, destacó no sólo por haber
logrado reducir a la mitad el costo de los tratamientos, gracias a la producción
genérica de los medicamentos, sino por el éxito obtenido
en su política preventiva (reducciones de las tasas de incidencia
en las poblaciones más expuestas).
Paulo R. Teixeira, director del programa de sida brasileño,
ofreció trasladar la tecnología de producción de medicamentos
genéricos a países necesitados sin costo alguno.
El secretario de Salud de México, Julio Frenk,
destacó esta mañana la incongruencia en la adquisición
de medicamentos en la región latinoamericana. "Brasil y Chile pagan
precios menores por los antirretrovirales que la mayoría de los
países de América Central", con mucho menor capacidad adquisitiva
que los primeros, explicó el funcionario mexicano, y propuso realizar
compras conjuntas de medicamentos para reducir precios.
Anunció que México aportaría una
cantidad simbólica al fondo global, aunque no especificó
el monto.
Un estudio presentado por el doctor Michel Saa, de la
Universidad de Alabama Birmingham, reveló la diferencia de costo,
de más de 20 mil dólares anuales, que existe entre tratar
a pacientes con estados avanzados de la enfermedad que a pacientes en buen
estado.
Se trata de un dato importante si se considera que en
países como México, a la mayoría de las personas con
VIH/sida se les detecta la presencia de la infección en etapas avanzadas
de la enfermedad. Lo que permite pensar el ahorro que se lograría
con la promoción de la detección oportuna del VIH.
El sida también es una feria, la feria del condón
y del gran despliegue de creatividad para promoverlo. Si uno se aparta
de los reflectores atraídos por las grandes figuras científicas
y políticas presentes en la conferencia, y de las abrumadoras e
impecables gráficas y cuadros estadísticos, descubrirá,
en los módulos de las organizaciones comunitarias, ubicados siempre
detrás de los lujosos y asépticos locales de las farmacéuticas,
un colorido tianguis lleno de humor y desenfado.
Un tianguis donde el trueque, el toma y daca, es la regla.
Mi cartel por tu pin. La variedad de postales, condones, lubricantes,
carteles y productos desarrollados por la mercadotecnia preventiva es de
verdad sorprendente. Los mensajes pueden ser directos, gozosamente desvergonzados
(como la postal alemana de una boca chorreada de semen con una leyenda
sobre el sexo oral), o pecar de cándidos y pudibundos como otros
listones.