Ayer, exitosa asistencia a la mesa redonda Los negros en la décima poética
Pío Leyva y la Cuban's Son All Stars elevaron la temperatura del Afrocaribeño
Pese a ser miércoles, los isleños hicieron bailar a más de dos mil personas en el Malecón
El Taller de Jaraneritos de San Andrés Tuxtla se presentó por primera vez ante un público masivo
PATRICIA PEÑALOZA ESPECIAL
Veracruz, Ver. Sofisticados e industriales edificios flotantes flanquean un imponente escenario donde la brisa marina se confunde con el sudor bailarín que provoca el son rompeolas de la Cuban's Son All Stars. El Malecón de Veracruz es en miércoles una fiesta, y el clímax emotivo de la primera noche musical del noveno Festival Internacional Afrocaribeño es encabezado por el nonagenario Pío Leyva, quien con sus alegres ademanes y cantos llenos de vida hace que el respetable pare un poco de bailar para admirarlo atónito.
Al combo cubano lo habían precedido el son tradicional jarocho del Taller de Jaraneritos de San Andrés Tuxtla, así como la fusión de salsa y merengue de la Orquesta Moscovita de la ciudad de Veracruz.
Leyva, viejito maravilloso, de boina y traje elegante, dice en su momento estelar añorar los años 30 en que escuchaba a Agustín Lara, y pone a todos a cantar mientras hace danzar a la orquesta derivada del proyecto Afro Cuba All Stars, de Juan de Marcos (que no es exactamente la misma), coordinada en esta versión por Félix Valoy, acompañado de la también cantante sonera Teresa García Catura. La actuación de Leyva fue de apenas tres números, ante la infructuosa aclamación del público por que regresara. A pesar de lo poco, dejó ver lo mucho, con sus 70 años de cantante profesional en agrupaciones como la de Mariano Mercerón, los Hermanos Palao y las orquestas de River Chay y de Benny Moré.
Con gran maestría rítmica y armónica, el son montuno, la guaracha y el cha cha chá de los Cuban's Son All Stars se dejaron entretejer con los pasos de baile de la audiencia; el bailongo fue encabezado en principio por personas de edad avanzada, para ser secundados por jóvenes que bailaban tímidamente sus incipientes pasitos, y de todos modos quedarse cortos ante la maestría adulta; sin embargo, de la torpeza pasaron al desparpajo, pues la cosa era moverse.
La música comenzó a las ocho de la noche. A pesar de que muchas sillas fueron colocadas al frente, la mitad de los asistentes (unos dos mil en total) prefirieron mantenerse fuera del área en la que se cobraban cinco pesos para admirar el espectáculo desde los jardines de la Torre de Pemex de manera gratuita. Los ánimos se fueron calentando poco a poco. Con los dos primeros actos, la gente permaneció prácticamente inmóvil, aunque no menos atenta. Ya con los cubanos, todo cambió. Aún así, y acaso por ser miércoles, la asistencia no fue desbordante.
Por su parte, el Taller de Jaraneritos de San Andrés Tuxtla se presentó por primera vez ante un público masivo. Con requinto, jaranas y quijada de burro, 14 niños de distintas edades le dieron al son del zapateado jarocho. La agrupación, dirigida por Julio Guerrero y José Luis Constantino, implica una labor relevante para preservar el son tradicional veracruzano en las nuevas generaciones.
Por su parte, la Orquesta Moscovita comenzó a darle calor caribeño a sus instrumentos y con ello hacer que la gente se pusiera de pie. Al compás de la salsa y el merengue, las caderas arrancaron con su contoneo. Mulatas y güeritos turistas bailan solos, pocos en pareja. La fiesta, dirigida por una popular conductora de TV local (bastante antipática, por cierto), terminó cerca de la media noche.
El elenco de Cuban's Son All Stars se volverá a presentar hoy viernes en el Centro Cultural Lagos de la ciudad de Xalapa. Para la tarde del jueves, las expectativas estuvieron puestas en las actuaciones de Eugenia León, la danzonera La Playa y la agrupación Los Cojolites, llevadas a cabo ayer mismo por la noche. Mañana sábado, la fusión afrochilangorroquera se dará con Maldita Vecindad y Salón Victoria.
Décima negra
Por la mañana del jueves, de exitosa asistencia resultó la mesa Los negros en la décima poética, en la que participaron los investigadores mexicanos Rafael Figueroa, Ricardo Pérez Monfort y Humberto Aguirre Tinoco. En ésta se exploró la manera en que la décima, como figura literaria, se ha introducido tanto en el son tradicional veracruzano como en la música de raíces africanas, esto es, en la guajira, el guaguancó, la rumba y el son montuno. También se expuso cómo la décima jarocha ha empleado como tema narrativo y descriptivo la negritud misma. Se subrayó que no se trata de encumbrar como superlativa la raíz negra en la vida veracruzana (más en cuanto a la cultura popular que en el factor racial), sino de hacer notar, reivindicar, un pasado que se mantuvo mucho tiempo escondido.
A modo de broma, y respecto de la raíz que los une con los caribeños, a pesar de no serlo Veracruz geográficamente, culminó el moderador y sonero Gilberto Gutiérrez: "no por nada los jarochos nos llevamos mejor con un puertorriqueño o un cubano que, por ejemplo, con un poblano".