Durante la función hubo problemas con el sonido en el Teatro de
la Ciudad
El restreno de Porgy and Bess, de Gershwin,
cumplió las expectativas
El elenco y los músicos de la Camerata de las Américas debieron
utilizar micrófonos
Coincidió el montaje de la ópera con el 65 aniversario luctuoso
del compositor estadunidense
ANGEL VARGAS
Salvo problemas técnicos con el equipo de sonido
durante parte de la función, en especial al principio, y que una
vez más pusieron en entredicho la calidad acústica del Teatro
de la Ciudad, el restreno en nuestro país de la ópera Porgy
and Bess, de George Gershwin, cumplió con las expectativas del
público que anteanoche pobló tres cuartas partes del histórico
inmueble.
Transcurrieron 45 años para que esta obra, considerada
la más importante de su género compuesta hasta la fecha en
Estados Unidos, pudiera ser vista nuevamente en el país, luego de
que en 1955 fue escenificada en el Palacio de Bellas Artes, dos décadas
después de su estreno mundial.
La
de la noche del jueves fue ocasión especial no sólo por la
reposición de la obra en estas tierras, sino porque este 11 de julio
se cumplió el 65 aniversario luctuoso de Gershwin, efeméride
que nadie pareció recordar o advertir.
Más allá de eso, reiteradas fueron las ovaciones
que de entre las mil 300 butacas del recinto se brindaron al desempeño
de los más de 20 cantantes y actores de la compañía
estadunidense Living Arts Inc. que participan en el montaje, bajo la dirección
escénica de Will Robinson y la musical de Stefan Kozinski, ambos
también originarios del vecino país del norte.
Retorno a la ''vida fácil''
De la velada quedarán impresos en la memoria dos
momentos sublimes: uno conmovedor y extasiante; otro, lúdico y exquisito,
en ese orden.
El primero, al comienzo de la obra, cuando la cantante
Stephanie Beadle, en su papel de Serena, dejó salir, cuan
enorme es su humanidad, su grossa voce en el spiritual con
el cual lamenta el asesinato de su esposo, un estibador de nombre Robbins,
a manos de Crown, una mezcla de obrero y marino; situación
que de hecho desencadena la historia trágica del amor entre el minusválido
Porgy y la non sancta Bess.
El segundo momento se debió al carisma y al grado
de desfachatez y cinismo que alcanza en su actuación como Sportin'
Life (el vendedor de cocaína) el actor y cantante Eric Summers,
ya para el final de las acciones, cuando logra convencer a Bess de retornar
a la ''mala vida", a ésa que algunos llaman ''vida fácil",
e irse con él a Nueva York.
Reparto de afroestadunidenses
Llena de emotividad, pero sobre todo de colorido, es la
propuesta que ofrece la compañía estadunidense, no sólo
porque la totalidad del reparto, a excepción de tres casos, es de
''color", entiéndase de cantantes y actores afroestadunidenses,
situación preconcebida por Gershwin para dotar a la obra el carácter
rítmico del jazz, el blues y los spirituals.
También por la escenografía, basada en cuatro
estructuras simétricas que hacen las veces de un conjunto de casas,
un muelle y una selva; el juego de luces, y el vestuario de época,
que evoca los años 30 o 40 del siglo pasado en alguna comunidad
de pescadores allende el río Bravo.
Una prolongada ovación al final de la obra, transcurridas
casi dos horas y media, reconoció el desempeño de todos los
participantes en el montaje, incluida la Camerata de las Américas,
de México, que se encargó de la parte musical, no sin enfrentar
también contratiempos con el sonido, no obstante de estar apoyada
con sonorización electrónica, al igual que los cantantes.
Pero a diferencia de estos últimos, no fueron pocos
los momentos en los que el trabajo de la agrupación pareció
empalmarse o traslaparse ante los problemas sonoros, sean debidos al equipo
técnico o a la acústica del recinto.
El punto de las supuestas deficiencias del inmueble en
el aspecto sonoro no es una situación nueva. Desde antes de la reinaguración
del teatro, a principios del pasado abril, ya se había suscitado
una polémica al respecto, que ha tenido uno de sus puntos más
críticos hasta la fecha en la suspensión hace algunas semanas
de la puesta en escena de Macbeth, dirigida por Jesusa Rodríguez,
que estaba programa para ese foro y debió ser trasladada a otro.
Producida con 3 millones 700 mil pesos, Porgy and Bess
todavía tendrá cinco funciones más en el Teatro de
la Ciudad (Allende 36, Centro Histórico): hoy a las 19 horas; mañana,
doble, a las 12 y 18 horas, y el lunes y el martes a las 20:30 horas.