Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 13 de julio de 2002
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Mundo
Es una afrenta a la integridad territorial española, dice Aznar, y moviliza tropas

Ocupación marroquí del islote Perejil desata crisis entre Madrid y Rabat

Se instaló allí "un puesto de observación" para reforzar la lucha antiterrorista, según Marruecos

El enclave tiene alrededor de mil 500 metros cuadrados y estaba abandonado desde hace 50 años

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 12 de julio. El islote Perejil, enclave de alrededor de mil 500 metros cuadrados situado entre las costas marroquíes y la ciudad es-pañola de Ceuta, se convirtió des-de ayer en el origen de una nueva crisis diplomática entre Marruecos y España.

Un destacamento militar marroquí, formado por unos 20 soldados que llevaban casas de campaña y víveres, ocuparon el islote abandonado desde hace más de 50 años, y en la cima izaron dos banderas del reino marroquí.

No se hizo esperar el malestar del gobierno del presidente José María Aznar, que de inmediato denunció esta ocupación como una afrenta a la integridad territorial española.

El ministro español de la presidencia y secretario portavoz, Ma-riano Rajoy, calificó la ocupación como "acto inamistoso" e "in-compatible" con el tratado de cooperación bilateral que Madrid y Rabat firmaron en 1991.

El gesto del ejército marroquí provocó además la inmediata mo-vilización de las fuerzas de seguridad españolas.

Fuentes de la cancillería marroquí aseguraron que sus fuerzas de seguridad habían instalado "un puesto de observación" en el islote para reforzar la lucha contra el terrorismo y la inmigración ilegal, "en particular en el estratégico estrecho de Gibraltar".

Un alto funcionario del Ministerio del Exterior en Rabat dijo que el islote, que en Marruecos se co-noce como isla Leila, se encuentra dentro de las aguas territoriales marroquíes, y por lo tanto el país africano tiene "derechos soberanos sobre ella".

El sábado pasado las autoridades de Marruecos denunciaron que barcos españoles de vigilancia habían penetrado en sus aguas.

Se trató de cinco buques de guerra que rodearon el peñón de Alhucemas, mientras sobrevolaba la zona un helicóptero, también del ejército español.

Soberanía y revancha

El gobierno marroquí pidió entonces explicaciones de la situación anterior al embajador de España en Rabat, Fernando Arias Salgado, quien señaló que el despliegue militar se debía a "ejercicios de fin de cursos" de los guardacostas de la Escuela Naval de Marín.

Fuentes de la cancillería española atribuyeron la toma de hoy del islote como una "revancha" por el anterior incidente.

No hay absolutamente nada en el islote Perejil, un pedazo de tierra en medio del estrecho de Gi-braltar que no supera en tamaño a un campo de futbol y en el que sólo crece perejil silvestre.

La isla fue incorporada a la ciudad de Ceuta durante la presencia portuguesa hasta 1581, y mantuvo su estatuto cuando España, instalada a su vez en Ceuta, ocupó por primera vez el islote de forma duradera en 1808.

El tratado franco-español de 1912, que fijó los límites geográficos del protectorado español de Marruecos, no menciona la isla, pero España se mantuvo en ella durante el protectorado.

En los años 80, cuando se firmó el estatuto de autonomía de Ceuta, Madrid aceptó, a instancias de Ra-bat, no mencionar al islote en el documento, de modo que actualmente no pertenece a ninguna en-tidad administrativa española de manera formal.

Nuevamente el estatus territorial del islote Perejil no está incluido en el estatuto que corresponde a Ceuta ratificado en 1990, lo que en teoría le convierte en tierra de nadie, aunque el gobierno español considera que le corresponde la soberanía, a pesar de que ese territorio se encuentra en las aguas del país vecino, pues se encuentra a escasos 200 metros de las costas marroquíes.

La relaciones entre Marruecos y España han empeorado en los últimos años, lo que ha provocado, incluso, que hace un año Rabat decidiera llamar a consultas a su embajador en Madrid, con lo que comenzó la peor crisis diplomática de los últimos años entre estas dos naciones.

El origen de dicha crisis está, en primer lugar, en la ruptura de las negociaciones para alcanzar un acuerdo pesquero entre Marruecos y la Unión Europea (UE), ocurrida en noviembre de 1999.

Pero además están las tensiones provocadas por la migración del Magreb a España, y en este tema, más que cooperación y diálogo, ha habido cruce de acusaciones y presiones por parte de Aznar para que se sancione desde las instituciones europeas al país magrebí.

Incluso una de las iniciativas que defendió el mandatario español durante su presidencia temporal de la UE fue la de castigar con la supresión de los fondos de ayuda al desarrollo a los países de Africa y América Latina que no controlen sus fronteras, y por lo tanto no "cooperen" con la comunidad eu-ropea en los esfuerzos para controlar la inmigración ilegal.

Los gobiernos europeos aceptaron endurecer los controles migratorios pero rechazaron adoptar sanciones contra los países desde los que proviene la migración.

Aun así, la actitud de Aznar provocó crispación en el gobierno de Marruecos, que sintió que la medida propuesta por el jefe del gobierno español se dirigía específicamente contra este reino del norte de Africa.

Doce horas después de la ocupación del islote Perejil, Rajoy enfatizó la "indignación" de la administración y preguntó a sus homólogos marroquíes "¿hasta dónde quieren llevar sus relaciones con España con este acto inamistoso?", por lo que exigió la retirada inmediata del minúsculo destacamento de Rabat, y advirtió que de no hacerlo podría quedar sin efecto el tratado de cooperación bilateral firmado entre las dos naciones en 1991.

Rajoy añadió que el gobierno español había ordenado el reforzamiento militar en zonas limítrofes con Marruecos y recordó, a modo de amenaza, que "Marruecos es el primer receptor de la ayuda española para el desarrollo y millón y medio de ciudadanos marroquíes atraviesan todos los años la península ibérica para regresar a su país".

Preocupación europea

Esta postura oficial sobre la ocupación del islote fue apoyada por prácticamente todas las formaciones políticas españolas, que consideraron "inadmisible" y "sin justificación" la citada ocupación te-rritorial por tropas marroquíes.

Por su parte, el comisario de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Chris Patten, afirmó que todos los gobiernos de ese continente comparten "gran preocupación" por la ocupación del islote.

En cualquier caso, el gobierno de Rabat afirmó que no piensa retirar el destacamento al considerar que esa porción de tierra pertenece al reino de Marruecos, por su proximidad al país.

Por lo pronto, en los primeros intentos por resolver la situación por la vía diplomática el canciller marroquí, Mohamed Benaissa, y la ministra del Exterior española, Ana de Palacio, quien asumió esta semana el cargo, sostuvieron una conversación telefónica, en la que sólo trascendió que la nueva crisis diplomática entre las naciones ve-cinas continuará los próximos días y que en el islote Perejil se-guirá ondeando las banderas rojas del país magrebí.

La ocupación del islote coincide con la celebración de la boda del rey Mohamed VI de Marruecos, quien contrario a la costumbre de la monarquía internacional no invitó al enlace a la familia real española ni a ninguna otra similar de Europa.

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