En 2004, resultado de vacuna antisida
Si llega la Coca-Cola a Africa, también los tratamientos,
dicen en foro de España
ALEJANDRO BRITO ENVIADO
Barcelona, 12 de julio. Resumir en 15 minutos la cantidad
espectacular de conocimiento concentrado en cada uno de los módulos
o tracks en que se dividió la Conferencia Internacional de
Sida de Barcelona, y exponerla a un auditorio formado por miles de personas
no debe ser fácil.
En la última sesión de esta conferencia
monstruo, antes de la ceremonia de clausura, los seis expositores se esfuerzan
por presentar, de manera clara y apresurada, los principales hallazgos
y futuros retos mostrados en los cinco días de plenarias, conferencias
magistrales, simposios satélites y presentaciones donde se dieron
a conocer los 8 mil trabajos aceptados.
El palacio de Saint Jordi, una de las sedes olímpicas
de Barcelona, luce un lleno poco usual en las ceremonias de clausura. La
expectación por escuchar a Nelson Mandela y Bill Clinton es más
fuerte que ir de compras al Corte Inglés. Uno a uno, los expositores
se suceden en el recuento rápido de lo discutido. Y si en la ceremonia
de inauguración el acento se puso en la situación catastrófica
de la epidemia, en la clausura destacan más los datos positivos.
Pero ambas ceremonias tienen una gran carga de contenido político.
El
sida es una enfermedad que se politizó muy rápido, incluso
en el medio científico. La discusión candente sobre los 10
mil millones de dólares anuales que necesita el Fondo Global de
Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis opacó otros temas
importantes, como la necesidad de desarrollar una vacuna (para muchos,
la única salida real a una pandemia de esta magnitud) y el seguimiento
a los acuerdos de la sesión especial sobre sida de la Asamblea General
de las Naciones Unidas, realizada en junio del año pasado.
El de las vacunas es un tema que está en espera.
Aún es necesario aguardar por lo menos dos años para conocer
resultados contundentes de los ensayos más prometedores, como el
de la vacuna "VaxGen", que se está probando con miles de voluntarios
en Estados Unidos, Canadá, Holanda, Puerto Rico y Tailandia. El
doctor Don Francis, uno de los investigadores pioneros sobre el sida y
que dirige esta investigación, se mostró confiado en obtener
no una vacuna ciento por ciento segura, pero sí con un porcentaje
mínimo de protección para cambiar el curso de la pandemia.
Algunos asistentes lamentaron que este tema no convoque mayor atención
y no genere una movilización parecida a la del acceso a tratamientos,
y vaticinan que este podría ser el tema central de la siguiente
conferencia.
Conforme se sucede la presentación de los tracks,
el lenguaje se va aclarando para el público no especializado. Al
de ciencias básicas le sucede el de atención clínica,
en el que destaca la recomendación de retrasar el inicio de las
terapias antirretrovirales (hasta que el conteo de células Cd4 esté
entre 200 y 350 c/ml), al contrario de lo que se recomendaba hace unos
años (atacar pronto y duro). El expositor encargado de presentar
las conclusiones termina con la petición de que se reduzcan los
precios de los medicamentos.
En epidemiología y prevención, los dos siguientes
módulos hay buenas noticias: Brasil, Tailandia y Sudáfrica
han logrado reducir las tasas de incidencia del VIH en poblaciones vulnerables,
como usuarios de drogas y trabajadoras sexuales.
La expositora del track E (ciencias sociales),
Mary Crew, de Sudáfrica, denunció la política de donaciones
del presidente estadunidense George W. Bush. "La potencia mayor amenaza
con suspender todo apoyo a los trabajos educativos que no se dirijan a
las parejas heterosexuales y a la abstinencia sexual", lo que lograría
acabar con los avances obtenidos en muchos años de labor preventiva
y de impulso a la salud reproductiva.
También transmitió las denuncias de algunas
mujeres con VIH/sida: "La práctica biomédica se orienta hacia
la esterilización automática de las mujeres que resultan
seropositivas", dijo, y aquí recuerdo el comentario de María,
una trabajadora social, también portadora del virus, quien trabaja
en el hospital México de Guatemala.
"Los médicos se aprovechan del estado emocional
de la mujer a la que acaban de darle el diagnóstico positivo y la
inducen a la esterilización", me confirmó. Calculado o no,
en el momento en que la presentadora afirma que las voces de las personas
con VIH/sida no se hicieron escuchar en esta Conferencia, irrumpen en el
auditorio decenas de mujeres seropositivas ataviadas de naranja, protestando
por esa situación. Desde antes del acto inaugural, comenzaron las
manifestaciones con la Marcha por la Vida, en la Plaza de Espanya, y de
ahí no cesaron las protestas que ya son parte ineludible de la rutina
de estos encuentros.
El ambiente se vuelve festivo y alegre durante la pausa
que precede a la ceremonia final. En improvisado número musical,
la numerosa delegación sudafricana le ponerle color y sabor, desde
sus butacas, a la larga espera.
Entusiasman de manera más efectiva al auditorio,
que los sigue con palmadas, que el grupo catalán de teatro Les Comediants,
encargado del entretenimiento. Cantan Khomanani (Cuidándonos
todos), que han convertido en un himno de la lucha contra el sida.
Los discursos vuelven y con ellos los reclamos y las razones.
"Si la Coca-Cola puede llegar a Africa, no debe ser imposible
hacer lo propio con los tratamientos", afirma el nuevo presidente de la
Sociedad Internacional de Sida, principal organizadora de estas conferencias.
El comentario parece frívolo pero no lo es, pretende ilustrar la
posibilidad real de suministrar los sofisticados tratamientos antirretrovirales
en países con precaria infraestructura sanitaria