ATENCO: EL CONFLICTO
La reunión, sujeta al consenso entre las partes, afirma
Kuri convoca a campesinos a sostener hoy un encuentro
La zona, un dormitorio; las empleos, en otra parte, expresa
ALONSO URRUTIA
Francisco Kuri, coordinador para el Desarrollo y la Atención
del Nuevo Aeropuerto, convocó a Ignacio del Valle, dirigente de
los ejidatarios de San Salvador Atenco, a reunirse este martes a las 16
horas en las oficinas alternas de la Secretaría de Gobernación,
ubicadas en Reforma 99. El llamado fue hecho a pesar de conocer la propuesta
de los ejidatarios de que el encuentro sea el miércoles. Pero hay
disposición de iniciar el diálogo en el lugar que pacten
ambas partes, siempre y cuando haya condiciones propicias para el intercambio
de posturas, dijo el funcionario.
Kuri
también delineó con mayor amplitud los alcances del "replanteamiento
integral" de las negociaciones que ha propuesto el gobierno federal, consistentes
en cuatro grandes ámbitos: precio de las tierras, reubicación
de los pobladores a quienes se les expropien terrenos, incorporación
de los ejidatarios al proyecto del aeropuerto y construcción de
infraestructura para detonar el desarrollo de la región.
Al desglosar las acciones que se realizarán, explicó
que sin duda el precio en que se ha tasado la tierra es un "piso" para
la negociación y que hay disposición para replantear el pago
a un precio comercial, siempre y cuando ello no ponga en riesgo la viabilidad
financiera del proyecto.
Precisó que con ello desaparecería un precio
diferencial de la tierra en función de las tierras de riego y las
de temporal, pues "evidentemente nos estaríamos moviendo a un precio
comercial".
Un segundo rubro del ofrecimiento es lo relacionado con
la reubicación de los ejidatarios que deberían dejar la zona
tras la expropiación. En este renglón se buscarán
alternativas que incluirán programas sociales de vivienda, salud
y educación.
La tercera vertiente es lo relativo a la incorporación
de los ejidatarios al proyecto del aeropuerto en Texcoco, lo cual tendría
dos facetas. La primera sería la incorporación en los empleos
que se genera-rían durante la construcción del aeropuerto
y la otra correspondería a los empleos que requeriría la
operación del mismo.
Para esta última fase, el Ejecutivo propone un
paquete de empleos, capacitación y becas, pues son puestos más
especializados. Esto ya se ha planteado a los otros 10 núcleos ejidales
que ya aceptaron dialogar.
El último rubro es el relativo a la inversión
pública federal y estatal para detonar el desarrollo de la zona.
Indudablemente, se requerirá la creación de infraestructura
acorde a las necesidades de una obra de esas dimensiones.
Se preguntó a Kuri sobre la negativa reiterada
de los ejidatarios de Atenco a vender sus tierras y la utilidad que tendría
la negociación. Contestó que es optimista. Lo que nos interesa
es poder sentarnos a negociar para explicar el ofrecimiento gubernamental
en condiciones propicias, en un foro adecuado, expuso.
En este sentido está el llamado a dialogar este
martes a las 16 horas, aunque dijo estar dispuesto acudir adonde se consense
con los ejidatarios.
Sólo
manifestó que no podría haber diálogo en una asamblea
pública, pues en "el anonimato" de un encuentro de ese tipo es difícil
exponer un planteamiento, se puede abuchear al negociador si algo no les
gusta o se puede hablar de que salió corriendo rechazado. Es decir,
donde quieran, pero en condiciones para dialogar con las autoridades ejidales,
agregó.
-¿Existe un plan B?
-El plan B seguramente se tiene, porque en un gobierno
siempre hay necesidad de platicar y de plantearse todas las salidas a los
temas, pero mi calidad de coordinador me hace desconocerlo, evidentemente.
El plan A es negociar el aeropuerto, es llegar a un acuerdo con los ejidatarios;
sí existe este plan B, y no tengo duda, y probablemente haya un
plan C y uno D, pero yo le apuesto a convenir entre el gobierno y los ejidatarios.
Más adelante se le preguntó sobre el sentido
de justicia social que tiene la oferta gubernamental. "No sé que
tan justo sea que si el aeropuerto no se construye ahí, esa zona
mantenga los índices de pobreza que tiene. No sé qué
tan justo sea para ellos. A lo mejor el sentido de justicia es que una
obra de esa magnitud dé una expectativa mucho más amplia
a los hijos de los ejidatarios y a ellos mismos", respondió.
Expresó que actualmente la zona "es un gigantesco
dormitorio; lo único que hace la gente es dormir ahí, porque
no hay trabajo y sale a emplearse a otra parte". En 10 años, aventuró,
"les podría garantizar que veremos ahí una zona urbana con
servicios muy malos, o definitivamente sin ellos, y quién sabe qué
injusto sería eso".