Concurrida marcha
Rotundo no al aeropuerto, la consigna
Los campesinos de San Salvador Atenco regresaron ayer a la ciudad de México con los machetes en alto. Los ejidatarios, que apenas unas horas antes estaban en su pueblo rodeados por centenas de policías y elementos del Ejército, avanzaron libremente hasta la residencia oficial de Los Pinos, donde fueron recibidos ''rapidito y sin espera alguna''.
Llegaron para advertir al gobierno federal que la única solución al conflicto será la derogación del decreto de expropiación de sus tierras: ''No venimos a negociar ni por dinero, venimos por la cancelación del proyecto para construir un aeropuerto en nuestro pueblo'', sentenció David Pájaro, a nombre de los labriegos.
Al final de la jornada los campesinos regresaron a su tierra sin una respuesta definitiva del gobierno. Será este día, alrededor de las 10 de la mañana, cuando los emisarios del presidente Vicente Fox informen, a través de una llamada telefónica, si asisten al diálogo con los ejidatarios, a la reunión que éstos convocaron para las 17 horas en el auditorio Emiliano Zapata de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh). Ahí, los campesinos estarán ''vaya o no vaya el gobierno... si no van, esa es su bronca'', dijeron.
Emoción
Los de San Salvador Atenco no llegaron a la ciudad de México triunfantes, pero sí con ''mucha emoción'' por haber logrado, por primera vez, entrada libre y ''rápida'' a Los Pinos, después de que varias veces -al menos en cinco ocasiones anteriores- habían convocado de manera pacífica al Presidente de la República al ''diálogo directo'', pero éste nunca respondió.
''Hemos descubierto en Atenco una fórmula importante que se llama unidad, la cual se va conociendo con la participación real de las distintas organizaciones sociales'', expresó Ignacio del Valle, uno de los líderes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, ya entrada la noche, poco antes de regresar a su tierra.
Los preparativos
Este martes, la vida cotidiana volvió a la normalidad en Atenco después de días de tensión. Sólo permanece cerrado, en un sentido, el tramo carretero La Grande-Pastoría, de la vía federal Texcoco-Lechería, y se observan algunos patrullajes de la Policía Federal Preventiva (PFP) para realizar cortes a la circulación. La mayoría de los comercios fueron reabiertos y los campesinos volvieron a sus actividades de labranza.
Apenas amanecía cuando los pobladores de San Salvador Atenco comenzaron los preparativos de su caravana hacia la ciudad de México. Primero, en la plaza principal el mayor contingente estaba formado por reporteros, pero poco a poco los ejidatarios fueron congregándose.
Algunos empezaron a realizar recorridos para distribuir volantes informativos entre los habitantes de los diferentes pueblos. Otros salían en busca de los camiones para transportarse. Mientras, en el único retén que permanece en la entrada principal de Atenco, la guardia era renovada.
Por cientos se reunieron habitantes de San Salvador Atenco, Acuexcomac, Pastoría, Magdalena Panoaya, Tocuila y Nexquipayac. Frente al templete comentaban y celebraban aún la liberación de sus compañeros.
Antes de salir, minutos antes de las cuatro de la tarde, América del Valle leyó ante los pobladores el documento que más tarde sería entregado en la oficina del presidente Vicente Fox. Enseguida, aproximadamente 800 labriegos abordaron los autobuses e iniciaron la caravana, a la que se sumaron, al paso por los pueblos, otros campesinos con carros particulares y camionetas. Al final, doce camiones se enfilaron por la carretera federal Texcoco-Lechería.
Sobre la vía permanecen tres vehículos que fueron quemados a la altura del poblado Acuexcomac, y otros dos siguen en la entrada de Atenco, así como dos tráileres que impiden la circulación.
A paso lento y durante casi tres horas, la caravana avanzó hasta el Angel de la Independencia. Durante el trayecto, sobre todo en entronques y semáforos, los automovilistas hicieron sonar el claxon en señal de apoyo a la caravana, y algunos transeúntes también mostraron con aplausos su apoyo a la lucha campesina.
Desde las tres de la tarde, las organizaciones sociales que apoyan a los ejidatarios de San Salvador Atenco empezaron a llegar al Angel de la Independencia. Ahí estuvieron los contingentes del Frente Popular Francisco Villa, Asamblea de Barrios, Movimiento Proletario Independiente, UPREZ, ex Consejo General de Huelga, Central Unitaria de Trabajadores, organización Patria Nueva y los jubilados y pensionados que integran la llamada Revolución Blanca.
También participaron miembros del Comité 68; normalistas de Mexe, Hidalgo; estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional; representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, y trabajadores de la universidades Chapingo, Autónoma Metropolitana (UAM) y Nacional Autónoma de México (UNAM), así como de Ford y Euzkadi, entre muchos más, que en pequeños grupos refrendaron su solidaridad con la lucha de los campesinos de Atenco.
Los grupos de apoyo resistieron el aguacero, el frío y el retraso de más de tres horas de la caravana que en punto de las 18:15 llegó a Paseo de la Reforma lanzando cohetones al aire y haciendo chocar, más fuerte que nunca, sus machetes.
Ayer, como la noche del domingo, cuando la policía del estado de México liberó a los ejidatarios detenidos, los manifestantes armaron multitudinaria valla para dar una bienvenida de héroes a los campesinos que enjundiosos empuñaban sus machetes, símbolo de su lucha desde el 22 de octubre del año pasado, cuando el gobierno emitió el decreto expropiatorio de 4 mil 835 hectáreas, aquellas a las que dio un valor de siete pesos por metro cuadrado.
Los campesinos saben que la victoria de su movimiento todavía no está en sus manos aunque, como dijo Ignacio del Valle, siempre sonriente: "no hemos triunfado aunque ya se abrió el canal de diálogo. Ahora que el gobierno cumpla su palabra y que sepa que no estamos de acuerdo con su decreto expropiatorio. Falta mucho por hacer por el bienestar del pueblo".
David Pájaro, quien avanzaba por Paseo de la Reforma sin poder ocultar su alegría, dijo que los de Atenco están "cerca" de echar abajo el decreto, porque "este movimiento es como un fluido eléctrico y aquí ya se prendió el primer foco... El gobierno está fallando en sus estrategias porque al intentar sacarnos de nuestras tierras nos condenan a la muerte. Por eso decimos que de aquí para adelante se prenderán más focos".
Otra vez, como ocurre en todas las marchas que pretenden llegar a Los Pinos, los campesinos se toparon con las rejas metálicas resguardadas por un nutrido grupo de granaderos. Pero en esta ocasión ya los esperaba un funcionario de Seguridad Pública para abrirles paso hasta la residencia oficial. Por ese camino, antes inaccesible para ellos, avanzó la comisión con Martha Pérez, quien alzó, como trofeo, una mazorca de maíz.
Durante la marcha, los campesinos no dejaron de gritar consignas y de poner como único blanco de crítica al Presidente y su equipo de gobierno: "šRancho San Cristóbal, a siete pesos sí que vale, porque ahí viven puros animales!... šChiquillo, malcriado, Atenco te ha chingado!"
ANGELICA ENCISO Y FABIOLA MARTINEZ, Y JAVIER SALINAS Y RENE RAMON ALVARADO, CORRESPONSALES