Fracaso de medio siglo de políticas educativas: experta
Terminan la primaria sólo 24 de cada 100 niños indígenas inscritos
Sus escuelas son de "tercera", como en el porfiriato: Berteley
Debe incluirse a grupos étnicos en planes de enseñanza, dice
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
De cada 100 niños indígenas inscritos en primaria, apenas 24 egresan, y de todos los infantes que hablan un dialecto, sólo dos quintas partes sabe leer y escribir a los siete años, afirmó la investigadora María Bertely, quien atribuyó este rezago a la mala calidad de la educación que se imparte a los grupos étnicos en México.
En pleno siglo XXI, las escuelas para indígenas son similares a los planteles de "tercera clase" a los que asistían los niños en el porfiriato, pues cuentan con instalaciones escasas y de baja calidad, y sus maestros tienen un deficiente nivel profesional, señaló la especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
Al participar en el ciclo de conferencias La educación básica en México: balance y perspectivas, organizado por la revista Cero en conducta, señaló que medio siglo de políticas indigenistas no han servido para que en nuestros país exista una escuela incluyente que tome en cuenta las diferencias culturales y sociales de los diversos grupos étnicos.
Consideró que en este gobierno no hay muchas esperanzas de que se impulsen cambios desde los mandos altos de la Secretaría de Educación Pública, sino desde los intermedios, particularmente la Coordinación Intercultural Bilingüe, así como desde las comunidades, que ya están realizando proyectos innovadores.
Para desgracia de los indígenas, refirió que sus hijos son atendidos por medio de los llamados programas compensatorios, que calificó como subsistemas de enseñanza precarios, lo que indica que estos infantes son excluidos de la escuela regular a la que asisten la mayoría de los mexicanos.
De acuerdo con estudios realizados a mediados de los años 90, indicó que sólo 70 por ciento de los menores nativos en edad escolar cursa la primaria, en comparación con 87 por ciento a escala nacional.
El origen de los rezagos en la educación indígena se debe a que por décadas el Estado ha tenido la disyuntiva de "ciudadanizar" y "aculturar" a los niños vía la escuela, mediante una enseñanza igual y equitativa para todos, o de diseñar un modelo especial que fortalezca la cultura de los menores y tome de la ajena sólo ciertos saberes.
Además, en el salón de clases los maestros no toman en cuenta los diversos rasgos culturales de los niños indígenas. Por ejemplo, señaló que son más independientes que los demás, y por eso aprenden por sí mismos, más que siendo enseñados; son observadores y aprenden a partir de experiencias cotidianas; les gusta trabajar en equipo y defienden su sentimiento de pertenencia a determinado grupo social.
La llave para resolver este asunto, dijo, es que las escuelas sean incluyentes y diseñen métodos de enseñanza de acuerdo con las necesidades y la cultura de los niños, y que el gobierno se abra y tome en cuenta las propuestas educativas de los grupos étnicos.
Para ello, consideró que los maestros deben promover en sus aulas el aprender haciendo, más que los tradicionales métodos de enseñanza, así como diseñar actividades variadas y paralelas, ofrecer ayuda de acuerdo con el interés, los ritmos y los niveles de aprendizaje de los alumnos, y respetar los procesos de aprendizaje y los tiempos de los menores. Señaló que tanto mentores como pediatras y terapeutas infantiles tienen que profundizar en las razones culturales que pueden originar algunas actitudes "agresivas", "violentas" y "defensivas" con las que se descalifica al estudiante.
Los planes de estudio y los libros de texto deben ser modificados para que en vez de enseñar a los niños las diferencias que tienen respecto a la mayoría de los estudiantes en México, se les enseñen los rasgos en común. La investigadora explicó que grupos huicholes, zapotecos y purépechas ya están promoviendo programas educativos que superan las propuestas del centro.