Tropas españolas retoman el islote Perejil
Marruecos: ''declaración de guerra''; es un acto de legítima defensa: Aznar
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 17 de julio. Un destacamento de 28 soldados de la Legión Española, apoyado por cinco helicópteros de asalto, un buque de la armada, un submarino y fuerzas de los Grupos Rurales de Seguridad de la Guardia Civil, desalojó hoy por la fuerza el islote Perejil, situado a 200 metros de las costas de Marruecos, que desde el pasado 11 de julio había sido ocupado por soldados de este último país.
Marruecos, que calificó la acción militar de equivalente "a una declaración de guerra" y un "nuevo" gesto del "colonialismo español", aseguró que ambas partes ya habían llegado a un acuerdo para resolver el diferendo.
El presidente del gobierno español, José María Aznar, consideró un "acto de legítima defensa" la operación militar, que personalmente dirigió y que fue ordenada por "sorpresa", después de que en días pasados se movilizaron buques de guerra y fueron reforzados los destacamentos militares en las zonas limítrofes con Marruecos, sobre todo en las ciudades norafricanas de Ceuta y Melilla.
La acción de desalojo duró una hora, durante la cual, tras la retención de los seis soldados magrebíes que permanecían en el islote, dos efectivos izaron sendas banderas españolas, gesto que para las autoridades de Madrid significó un "retorno al status quo".
El islote Perejil -para los españoles- o Leila -para los marroquíes- es una porción de tierra deshabitada del tamaño de un campo de futbol, situada dentro de las aguas territoriales de Marruecos, a 14 kilómetros de la península española y a 8 de la ciudad de Ceuta. Esta zona en disputa no figura en ninguno de los tratados que han firmado las dos naciones, si bien Marruecos la consideró parte de su territorio tras la firma de independencia en 1956, que puso fin al protectorado español del norte de Marruecos.
Este enclave, que sólo se usa ocasionalmente como base de operaciones policiales contra el tráfico de drogas, contrabando y lucha contra la migración ilegal, fue escenario de la primera acción militar española contra Marruecos desde la restauración de la democracia. Una acción que se suma a una serie de desencuentros diplomáticos entre Madrid y Rabat.
Durante la operación, que terminó a las 6:15 de la mañana, hora española, no hubo heridos ni fue necesario disparar, a pesar del aparatoso despliegue militar. Los seis soldados marroquíes desplegados desde ayer para sustituir a la docena que ocupó el islote el pasado 11 de julio no opusieron resistencia. Los militares españoles retuvieron a los seis magrebíes, los trasladaron a unas dependencias judiciales donde, "tras asearlos y darles de desayunar", fueron enviados a su país.
En el islote permanece un grupo de 12 miembros de la legión, en un improvisado cuartel militar, mientras patrullan los alrededores los buques de guerra e incluso los antimisiles trasladados a Ceuta por el ejército español.
Aznar, tras el informe anual de gobierno del martes, solicitó a los grupos parlamentarios su apoyo para resolver la situación creada tras la ocupación del islote, y comenzó también conversaciones con las autoridades marroquíes, por lo que la acción militar sorprendió incluso a los partidos políticos que un día antes le habían dado su respaldo.
Ante la incertidumbre creada tras la acción militar unilateral, los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa españoles, Ana Palacio y Federico Trillo, respectivamente, comparecieron en el Congreso para dar un informe pormenorizado de la ofensiva militar contra el país vecino.
Palacio, recién nombrada canciller, explicó que ante todo "el objetivo del gobierno de España, ayer como hoy, es restablecer el imperio de la ley, volver a la situación anterior al 11 de julio pasado y sobre esa base dialogar con Marruecos".
Añadió que "el objetivo político de seguridad es volver al status quo, que permitía desde hace más de 40 años el libre acceso al islote tras la salida de las tropas españolas. Este objetivo permitirá que en adelante la Guardia Civil pueda seguir usando el islote Perejil para las misiones de persecusión en casos de contrabando, tráfico de drogas e inmigración ilegal, como venía haciéndose hasta el pasado jueves 11 de julio.
"España no tiene interés en tener presencia militar permanente en el islote Perejil. No pretendemos imponer ninguna solución de fuerza ni conseguir ventaja alguna que derive de la actual situación de hecho, pero pedimos que se respeten nuestros derechos y no estamos dispuestos a ser colocados ante hechos consumados", aseguró.
Sin embargo, Palacio fue incapaz de citar documento alguno en el que se identificara al islote en disputa como español, y dio una serie de datos históricos que en ningún caso avalan esa tesis: "Desde 1415 a 1581 Ceuta y su zona de influencia que abarcaba Perejil fue portuguesa, en el tratado hispano-portugués de 1638 España devolvió al país vecino las plazas y dominios portugueses, excepto el de Ceuta y sus zonas. Desde su traspaso a España el islote careció de ocupación efectiva hasta 1746. Y otra fecha, en 1887, España construyó un faro e izó la bandera española en el islote. En 1912, el tratado hispano-francés que delimita la zona del protectorado español de Marruecos no hace referencia al islote Perejil, pero tras la finalización de dicho protectorado el islote pasó a plena ocupación española, estando ocupada militarmente hasta principios de los años 60".
Además, confirmó que "en 1975, cuando se realiza en Marruecos una delimitación de espacios marítimos que deja al islote dentro de sus aguas interiores, se produjo la consiguiente protesta de España".
Trillo, por su lado, explicó a los parlamentarios que "desde todos los puntos de vista, creo que es evidente que el paso dado por Marruecos al utilizar la fuerza para ocupar un territorio en el que no ejercía soberanía alguna ponía en peligro el equilibrio que la comunidad internacional había venido imponiendo al cabo de los siglos en contra del uso de la fuerza".
Añadió que la acción de esta madrugada es un "acto de legítima defensa" amparado en la Carta de Naciones Unidas, pues a su juicio "ha quedado claro que la fuerza se utiliza no sólo cuando existe una confrontación armada, sino cuando por la amenaza o el uso de la fuerza se impone una decisión a otra nación que ésta no considera de modo alguno aceptable. Militarmente, pues, estamos ante un claro supuesto de legítima defensa".
Trillo señaló que se optó por la acción militar cuando se comprobó "la inutilidad" de las vías diplomáticas. "Diseñamos una misión de operaciones especiales, pues debía tratarse de una actuación en la que predominase el factor sorpresa, como lo había sido la propia ocupación del islote por Marruecos. En segundo lugar tenía que ser en términos que garantizasen su capacidad resolutiva. Además tenía que ser una misión totalmente limpia, es decir, que no causara bajas en nuestras fuerzas armadas ni daños en las fuerzas de ocupación marroquí".
Todas las fuerzas parlamentarias del Congreso, excepto el Partido Nacionalista Vasco, refrendaron las actuaciones militares de Aznar, si bien desde Izquierda Unida y el Grupo Mixto -de nacionalistas catalanes, vascos y gallegos- criticaron el "sorpresivo" uso de la fuerza para resolver el conflicto e instaron a Aznar a volver a los cauces diplomáticos.
Declaración de guerra
Tras una reunión urgente del Consejo de Ministros, Rabat afirmó que esta acción militar es una "agresión flagrante" con la que España quiere "transformar una diferencia política en un conflicto militar". La sesión extraordinaria fue presidida por Mohamed VI, quien criticó al gobierno español por querer "imponer los hechos consumados", por lo que "frente a esta agresión, el reino de Marruecos exige, antes que nada, la retirada inmediata y sin condiciones de las fuerzas del ejército español del islote de Leila".
Sin embargo, el canciller marroquí, Mohamed Benaissa, fue más contundente: "Lo que ha hecho hoy España es una declaración de guerra, porque ayer en las discusiones bilaterales se habló de una retirada sin condiciones, pero Marruecos está dispuesto a defender su territorialidad sobre la base de la legalidad internacional".
Asimismo, apeló al Consejo de Seguridad de la ONU, la Liga Arabe y la Organización de la Conferencia Islámica para que intercedan en esta "agresión".
Otras formaciones políticas marroquíes, como el Movimiento Nacional Popular y el Partido Marroquí Justicia y Desarrollo, consideraron también como "una declaración de guerra" la ocupación española del islote, al sostener que "los problemas no se arreglan a cañonazos", por lo que es un gesto de "colonialismo español".
La disputa por el islote Perejil provocó también la división en la comunidad internacional, ya que si para la alianza atlántica y para la Unión Europea la actuación española está "justificada" y responde a una "agresión" previa de Marruecos, para la ONU se trata de una acción "unilateral" que dijo "lamentar".
Koffi Annan, secretario general de la ONU, dijo en un comunicado que "ha seguido con preocupación los recientes acontecimientos entre España y Marruecos, ha estado en contacto con líderes de ambas partes" y "lamenta toda acción unilateral llevada a cabo hasta el momento y espera que ambas partes se adhieran a su entendimiento original para resolver el asunto por medios pacíficos". La Liga Arabe, por su parte, manifestó su "hondo pesar por el uso de la fuerza" e instó a España a entablar negociaciones con Marruecos.