El fármaco Zavene Me es igual de eficaz que el Neoral, sostiene
el Seguro Social
Sustituye el IMSS medicamento clave para el éxito
de trasplantes; nula explicación a expertos
A escala internacional la nueva droga no se usa de manera rutinaria, señalan
especialistas
ANGELES CRUZ
La oferta de un precio más bajo determinó
que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cambiara un medicamento
inmunosupresor, básico para pacientes trasplantados, por otro con
la misma fórmula química, pero que no ha demostrado científicamente
ser igual de eficaz que el original. Tampoco es genérico intercambiable.
Federico Juárez, jefe de Trasplantes del Centro
Médico Nacional de Torreón del IMSS, donde se practica el
mayor número de cirugías de este tipo en el Seguro Social
-cuatro o cinco semanales-, y Armando Soberanes, presidente de la Fundación
Mexicana de Donación de Organos con fines de Trasplante, afirmaron
que los trasplantes son procedimientos clínicos de muy alto riesgo.
Requieren un manejo escrupuloso, del que depende la vida de los pacientes.
Entrevistados por separado, explicaron que cuando se pretende
introducir un nuevo medicamento inmunosupresor, es decir, que evita el
rechazo del paciente hacia el órgano trasplantado, se debe hacer
una serie de estudios clínicos para garantizar la eficacia terapéutica
del fármaco, aunque la sustancia activa ya haya sido sometida a
esos análisis.
Javier
Castellanos Coutiño, ex director del Centro Nacional de Trasplantes,
explicó que los precios de los inmunosupresores, en particular la
ciclosporina de marca Neoral es "extremadamente cara" y las instituciones
tienen la obligación de buscar los mejores precios, pero nunca a
costa de la calidad y eficacia de las sustancias químicas.
El trasplantólogo, actual director de la clínica
Londres, mencionó que aun cuando la ciclosporina ha mejorado su
eficacia terapéutica, cualquier nueva presentación tiene
que ser probada y validada antes de suministrarse a los pacientes. Hacerlo
de otra manera es muy riesgoso, advirtió.
Durante años el IMSS ha usado la ciclosporina de
marca Neoral, producida por Novartis. Los médicos la tienen perfectamente
evaluada mediante estudios de control sobre los niveles del fármaco
en sangre, explicó Soberanes.
Se sabe, continuó, que el medicamento se absorbe
rápido en el organismo y se mantiene estable en sangre por un largo
periodo. Lo anterior garantiza que el órgano trasplantado no será
rechazado, y por lo tanto que el paciente tendrá una buena calidad
de vida.
Zavene Me, el inmunosupresor que ganó la reciente
licitación del IMSS en las regiones occidente y norte, es de origén
hindú. Se distribuye en México por conducto de la empresa
Kendrichs. Tiene el registro de la Secretaría de Salud, pero a escala
internacional no se utiliza de manera rutinaria ni existen estudios científicos
que hablen de su efectividad, comentaron los especialistas consultados
por La Jornada.
Castellanos Coutiño mencionó que es posible
para el IMSS tener un ahorro económico con la compra de otros fármacos
que existen en el país, los cuales ya han comprobado su calidad
y eficacia.
Al respecto, el IMSS informó que el medicamento
Zavene Me actúa igual que Neoral y, efectivamente, presentó
el mejor precio (el más bajo) para el instituto. Señaló
que no hay ningún trabajo científico serio que demuestre
alguna desventaja terapéutica de este fármaco con respecto
a Neoral. A juicio de la institución, los pacientes que requieren
ciclosporina microemulsionada, "pueden estar seguros de la eficacia de
Zavene Me".
El medicamento empezará a distribuirse en las regiones
occidente y norte del Seguro Social a partir de la próxima semana,
sin que las peticiones de explicación por parte de los médicos
trasplantólogos hayan tenido respuesta de las autoridades administrativas.
Tanto Federico Juárez, Armando Soberanos como Javier
Castellanos recordaron un incidente ocurrido también en el Seguro
Social en 1994, cuando en un procedimiento similar al actual, se introdujo
una ciclosporina que no había comprobado su eficacia terapéutica.
Algunos pacientes la empezaron a utilizar y al poco tiempo se registraron
las complicaciones: el rechazo del órgano trasplantado.
En ese entonces, comentaron, los médicos dejaron
de prescribir el fármaco, los almacenes estaban llenos y el IMSS
lo tuvo que cambiar. Seguramente en esta ocasión ocurrirá
lo mismo, expresaron.