OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA EDUCACION
Comunicado No. 81
Educación, tarea pendiente de la transición
El pasado 5 de julio concluyó el ciclo escolar
2001-2002. Comenzaron las vacaciones para más de 20 millones de
alumnos de educación básica y alrededor de un millón
de profesores y directivos. A las autoridades educativas, sin embargo,
les convendría recordar que es el segundo ciclo lectivo bajo su
responsabilidad y que varios compromisos siguen pendientes.
En la ceremonia oficial de fin de cursos, sin la presencia
del titular del sector educativo, la subsecretaria de Servicios Educativos
para el DF, Sylvia Ortega, informó que las instituciones cumplieron
con 200 días efectivos de clases y señaló como logros
el trabajo cotidiano, el incremento en el aprovechamiento escolar, menores
tasas de deserción y disminución de los índices de
reprobación en secundaria (Boletín SEP, No. 158). A diferencia
de años anteriores, no se precisaron las cifras que permitieran
confirmar esas afirmaciones y tampoco se presentó un balance del
ciclo escolar.
También en este mes se cumplieron dos años
del triunfo electoral del presidente Vicente Fox y la ocasión ha
sido propicia para discutir si esta gestión gubernamental ha representado
o no un cambio y de ser el caso en qué ha consistido. En los medios
se han confrontado diferentes opiniones y la polémica persiste.
La apreciación del gobierno federal es, desde luego, que el cambio
está en marcha. El cambio en México ya nadie lo para,
señala una de las frases que se reitera en los medios a propósito
del segundo aniversario de la alternancia y es también leyenda de
un cómic que editó la Presidencia para difundir sus
logros.
En el ámbito educativo es importante examinar los
cambios que resalta el gobierno federal y ponderarlos, pues en otros sectores
persiste la idea de que poco se ha logrado e incluso que los compromisos
principales no se han cumplido.
"Calidad y oportunidades educativas"
El
gobierno federal difundió la serie de acciones que, en su opinión,
reflejan el cambio inexorable en el terreno económico, social y
político (www.presidencia.gob.mx). En el campo educativo se afirma
que el cambio en marcha está bajo el impulso de una nueva política
social: "con una educación de calidad y accesible a todos". Según
esta apreciación, entre los principales resultados que darían
contenido a la afirmación está la ampliación de la
cobertura: "hoy se atiende a 30.2 millones de estudiantes en el sistema
educativo nacional, cifra 1.8 por ciento mayor a la población atendida
en el ciclo educativo anterior". Se agrega que en el medio indígena,
se crearon 130 escuelas de preescolar y 105 de nivel primaria.
Cabe señalar que el porcentaje de 1.8 de ampliación
de la cobertura no representa un crecimiento notable en la matrícula.
En términos absolutos significa la incorporación de poco
más de 500 mil nuevos alumnos al sistema educativo, cifra similar
o aun menor a la registrada en años de la última década.
Por ejemplo, en el paso del ciclo escolar 1996 a 1997 ingresaron 708 mil
nuevos alumnos, y entre 1999 y 2000, ciclos escolares previos a la actual
administración, la incorporación fue de 598 mil nuevos estudiantes.
La creación de 235 escuelas de prescolar y primaria
en regiones indígenas tampoco es excepcional. El incremento es de
2 por ciento, respecto del ciclo escolar anterior, mientras la tasa anual
promedio en la última década fue de 3 por ciento. Aunque
el incremento más importante fue entre 1995 y 1996, a raíz
del conflicto en Chiapas, donde se sumaron al sistema educativo nacional
665 escuelas de nivel prescolar (pasaron de 7 mil 254 a 7 mil 919) y 842
de primaria (de 7 mil 581 a 8 mil 423).
Ampliar las oportunidades escolares y hacerlas "accesibles
a todos" es un reto pendiente que requiere mayor esfuerzo. El problema
no sólo es enfrentar el rezago educativo -más de 30 millones
de personas mayores de 15 años que no han concluido su enseñanza
básica--, sino atender a los diferentes grupos de edad que hoy demandan
acceso a la educación. En el caso de prescolar, recientemente declarada
obligatoria, sólo 82 por ciento de los niños de cinco años
asiste a la escuela y los porcentajes son mucho más bajos para los
de cuatro y tres años (57 y 14 por ciento, respectivamente). En
secundaria, cerca de un millón de adolescentes en edad de cursar
este nivel educativo no lo hace; la cobertura cubre 85 por ciento de los
adolescentes entre 12 y 14 años. El desafío es mayor para
la educación media superior y superior, pues en la primera únicamente
la mitad de jóvenes entre los 16 y 18 años tiene acceso a
este nivel educativo y en superior sólo dos de cada 10 jóvenes
del grupo de edad están matriculados. Ofrecer mayores oportunidades
educativas es un proceso de largo alcance; no hay indicadores de que se
esté acelerando.
Otra acción que destaca el gobierno federal es
el incremento en 36.7 por ciento de las becas en efectivo para estudiantes.
Desafortunadamente no se sabe cuál es la cifra base de referencia
para señalar el aumento ni si se trata de becas para todo el sistema
educativo o para un nivel determinado. En el Presupuesto de Egresos de
la Federación de este año se proyectó gastar 702.3
millones de pesos en el programa de becas; no se informa cuánto
se ha gastado. En realidad, el programa novedoso que puso en marcha esta
administración es el Programa de Becas para Estudios Superiores
(Pronabes), mediante el cual se otorgaron 100 mil becas el año anterior;
éste parece un logro notable.
Un dato más que destaca el Ejecutivo federal es
la disminución, respecto de 2000, de 40 por ciento en el costo de
los libros de texto. Esta disminución representó un ahorro
de 450 millones de pesos, dice el comunicado gubernamental, los cuales
fueron canalizados a la creación de 750 mil bibliotecas de aula.
La adecuada gestión de los recursos es un aspecto fundamental para
avanzar en la mejora del servicio educativo; por esta razón son
imprescindibles la transparencia y la rendición de cuentas. Sería
conveniente que se aclare si, como señala el actual director de
la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos, el ahorro
se debe a que en la administración anterior hubo irregularidades
y un manejo discrecional de recursos (La Jornada, 12/07/02). Igualmente,
respecto de las "bibliotecas de aula" es importante conocer los criterios
de selección de los acervos que integran la colección del
programa y muy en especial el tipo de convenios que se celebran entre entidades
públicas y privadas, sobre todo por la controversia que se ha suscitado
en torno a la participación de la fundación Vamos México
y las secretarías de Educación y Salud en la publicación
de uno de los textos (Cómo proteger a tus hijos contra las drogas)
que ahora forman parte de esa colección, sin que a la fecha se conozcan
las normas que determinaron su inclusión.
Finalmente otra acción que también se reporta
y que parece más acorde con la intención gubernamental de
mejorar la educación es el Programa Escuelas de Calidad, que otorga
a las escuelas participantes recursos adicionales públicos y privados
para que puedan mejorar su infraestructura, adquirir equipo, destinarlo
a capacitación o becas. Se destaca que se establecieron normas de
este programa en 12 mil 261 planteles. Sin embargo, aparte de las dificultades
que persisten para canalizar y administrar los recursos generales del programa,
así como los desacuerdos al interior de las escuelas que las obligaba
a gastar determinados porcentajes en ciertos rubros (notablemente 60 por
ciento para infraestructura), el problema es que también tiene un
alcance muy limitado. En el ciclo escolar que concluyó participaron
2 mil 236 escuelas de educación básica, menos de uno por
ciento del total de escuelas en el país, y para el siguiente ciclo
se prevé incorporar otras 10 mil, que representarán apenas
5 por ciento del total.
Promesas incumplidas
A pesar de que el Programa Nacional de Educación
2001-2006 está en marcha y sus múltiples líneas de
acción anticipan resultados en el mediano y largo plazos, de todas
formas el esfuerzo realizado hasta ahora ha sido insuficiente en áreas
en las que se podía y se esperaba más. Un ejemplo es la prioridad
que tendría la educación en esta administración. El
presidente Fox, a lo largo de su campaña y aun al asumir el cargo
reiteró: "Me comprometo a hacer de la educación la tarea
central y más importante de mi gobierno". Ni las acciones ni los
resultados en estos dos años lo han demostrado.
En el importante asunto de los recursos financieros no
se ha visto avance sustantivo. El Ejecutivo federal se comprometió
a destinar mayores recursos hasta alcanzar 8 por ciento respecto al PIB
al final de su sexenio; es posible que la meta se cumpla pero quizá
no será la participación del gasto federal el impulso fundamental.
En el Presupuesto de Egresos de 2001 el Ejecutivo federal propuso un gasto
educativo total de 245.7 mil millones -5 por ciento de incremento respecto
de 2000 y que el mismo Presidente reconoció insuficiente-, mientras
que los legisladores autorizaron 4 mil millones más, para alcanzar
249.9 mil millones. La misma situación se presentó en el
gasto de este año: los diputados incrementaron en poco más
de 15 mil millones de pesos la propuesta presidencial.
Otros temas de crucial importancia tampoco avanzan. Por
ejemplo, la restructuración del Consejo Nacional de Participación
Social y el funcionamiento de los consejos de participación a nivel
estatal y municipal, cuyas deficiencias se conocen. O bien, el "gran acuerdo
nacional" a favor de la educación que mencionó el titular
de la SEP en septiembre del año anterior al presentar el programa
sectorial, y al que convocó a profesores, alumnos, padres de familia
y a la sociedad en su conjunto, pero que no se ha vuelto a mencionar. Tampoco
nada se conoce del acuerdo que establecerían la SEP y el sindicato
de profesores para mejorar la calidad de la educación y que está
indicado en el programa sectorial (p. 97). En el Consejo Nacional de Educación
para la Vida y el Trabajo, el organismo que tendría bajo su responsabilidad
enfrentar el rezago educativo, el avance ha sido muy lento y está
por demostrar su efectividad.
Son escasos los adelantos en la federalización
educativa: el Consejo Nacional de Autoridades Educativas, órgano
que reunirá al conjunto de entidades federativas, cuya constitución
formal estaba prevista para 2001, sigue sin personalidad jurídica.
Es el mismo caso del Instituto Nacional de Evaluación, que espera
los acuerdos entre autoridades educativas, el Congreso y el sindicato de
profesores.
Aunque sea comprensible que los resultados deseados no
se alcancen en un par de años, sobre todo considerando el tamaño
de los rezagos y el tiempo de maduración de iniciativas en el terreno
de la educación, se ha desaprovechado la oportunidad de estos dos
años y que las expectativas estuvieron por encima de los resultados.
Interrogantes
En este texto hay asuntos suficientes sobre los cuales
las autoridades de la SEP podrían reaccionar completando su información
o apuntando sus comentarios. Las vías de comunicación con
la sociedad civil de que disponen las autoridades son suficientes (aunque
tampoco en este aspecto se advirtieron innovaciones). Esperamos sus respuestas.
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