ANP, Estados Unidos y el fiscal general del gobierno de Tel Aviv rechazan
la medida
Pretende Israel vengarse expulsando a 21 familiares
de activistas suicidas
Sus casas fueron demolidas; el ejército estudia desterrarlos de
Jerusalén a la franja de Gaza
Salam Fayad y Abdel Razak al Yehya, posibles sucesores de Yasser Arafat,
dice Colin Powell
AFP, DPA Y AFP
Jerusalen, 19 de julio. En un intento por impedir
nuevos atentados, el ejército de Israel detuvo la madrugada de este
viernes a 21 familiares de extremistas palestinos responsables de ataques
con la intención de expulsarlos hacia la franja de Gaza, medida
que fue rechazada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Estados Unidos
e in-cluso por el fiscal general israelí, Elyakin Rubinstein.
Además, tropas israelíes detuvieron en Cisjordania
a 16 palestinos acusados de supuestas "actividades terroristas", y destruyeron
las casas de dos de los hombres más buscados por Tel Aviv.
La radio estatal israelí informó que "21
padres y hermanos de te-rroristas" implicados en atentados que esta semana
mataron a 11 personas en Israel y en las afueras del asentamiento judío
Emmanuel, en Cisjordania, fueron detenidos por los militares.
La ANP advirtió a Tel Aviv acerca de su intención
de deportar a los familiares de los palestinos suicidas, al calificar la
acción del ejército como "castigo colectivo" e "ilegal",
pues va contra el derecho internacional.
Nabil Abu Rudeina, consejero del presidente palestino
Yasser Arafat, aseguró que esta acción sólo provocará
más problemas. "Advertimos a Israel en contra de llevar a cabo esta
medida", dijo.
Por su parte, el principal negociador de la ANP, Saeb
Erekat, señaló: "Veo esto como un crimen de guerra... como
un crimen contra la humanidad".
Castigo por actos de otros
La
organización palestina defensora de los derechos humanos Law Society
ya anunció que apelará ante el Tribunal Supremo de Israel
para detener cualquier or-den de aprehensión que sea emitida, al
considerar que es "ilegal castigar a la gente por los actos de otras personas",
sostuvo Shawki Issa, su director ejecutivo.
Rubinstein, consejero jurídico del gobierno de
Israel y quien de-sempeña el papel de fiscal general, se pronunció
en contra de la medida porque la expulsión de Cisjordania hacia
la franja de Gaza de los familiares de los activistas suicidas o de quienes
hayan organizado atentados, sólo se puede aplicar si hay pruebas
tangibles de su implicación directa en actividades terroristas.
Por el contrario, Rubinstein se mostró de acuerdo
con la destrucción de casas de las familias de los llamados kamikazes
o de pa-lestinos acusados de haber organizado atentados antisraelíes.
Sin embargo, el ministro israelí de Relaciones
Exteriores, Shimon Peres, apoyó la planeada deportación y
la destrucción de viviendas, pues "hasta donde sé, se ha
probado la legalidad de estas acciones".
También Washington denunció la decisión
de Tel Aviv, al considerar que este tipo de acciones no resolverá
los problemas de seguridad de Israel, afirmó el portavoz del Departamento
de Estado, Ri-chard Boucher, quien manifestó que se le plantearán
estas preocupaciones al gobierno del primer ministro Ariel Sharon.
Conjuntamente con la planeada deportación, el ejército
detuvo en Cisjordania a 16 palestinos acusados de "actividades terroristas",
al tiempo que destruyó las casas de los dos hombres que aparecen
en la lista israelí de los más buscados por el gobierno de
Tel Aviv.
Trece de ellos fueron capturados en una incursión
militar a la localidad de Tel, y otros tres en el campo de refugiados de
Askar, cerca de Nablus.
En Tel, las tropas derribaron la casa de Nasser Edin Assidi,
jefe local de las Brigadas Ezzedine al Qassam, brazo armado del movimiento
de resistencia Hamas, al que Israel acusa de haber organizado el atentado
contra el autobús de la colonia Emmanuel.
Sus padres y sus hermanos formaron parte de los arrestados.
En Askan, los militares destruyeron la casa de Mohamed
Ah-med Adjuri, dirigente de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa,
grupo armado vinculado a Fatah, movimiento de Arafat.
En la acción fueron arrestados el padre y dos de
los hermanos del presunto activista, que está acusado por Israel
de haber planificado el atentado en Tel Aviv.
Precisamente el movimiento Hamas también reaccionó
contra la medida de expulsar a familiares de los palestinos implicados
en actividades antisraelíes, y afirmó su brazo armado que
"nuestra respuesta será fuerte y sangrienta. Enviaremos mensajes
explosivos a los sionistas en todas partes a donde podamos ir".
En este contexto, el secretario de Estado estadunidense,
Colin Powell, citó por primera vez a dos posibles sucesores del
presidente Arafat, y ellos son el ministro pa-lestino de Finanzas, Salam
Fayad, y el nuevo ministro del Interior, Abdel Razak al Yehya, informó
el diario Washington Post.
"Ellos son dos de los que quizá podrían
desempeñar el papel que yo considero que tiene que ser cumplido
urgentemente", dijo Po-well, de acuerdo con el rotativo. Los dos políticos
están impulsando reformas en el seno de las estructuras del gobierno
palestino.
Reunión de alto rango
En el plano diplomático, fuentes oficiales palestinas
informaron que este sábado se celebrará una reunión
de alto rango encabezada por Shimon Peres, por la parte is-raelí,
y por Saeb Erekat, del lado palestino, luego de que fue suspendida el pasado
miércoles debido al atentado contra el autobús de colonos
israelíes.
Además, los ministros de Relaciones Exteriores
de tres países árabes -Arabia Saudita, Egipto y Jordania-
se declararon optimistas tras su reunión, durante la víspera,
con el presidente estadunidense, George W. Bush, en Washington, e informaron
este día los resultados de dicho encuentro al presidente de la ANP.
El compromiso estadunidense con la paz en Medio Oriente
y la creación de un Estado palestino independiente al lado de Israel,
de aquí a tres años, "es más sólido de lo que
pensábamos", declaró este viernes el canciller jordano, Marwan
Moasher.
Pero mientras se buscan caminos diplomáticos para
detener la violencia, Muyahid, el jefe militar de los Comités de
las Fuerzas Na-cionales e Islámicas, una organización de
13 movimientos palestinos, consideró en Gaza que no hay más
que una solución: luchar para lograr el fin de la ocupación
israelí, el regreso de los palestinos refugiados y la soberanía
palestina en Jerusalén.
De otro lado, una fuerza de inteligencia del gobierno
autónomo palestino dio muerte a un miembro del extremista grupo
Jihad Islámica en la ciudad de Gaza, durante una persecución
con la intención de interrogarlo.