Prepara Washington el más extenso ejercicio de guerra jamás
intentado: Pentágono
La guerra antiterrorista incentiva la violación
de los derechos humanos, denuncia Mary Robinson
Los países menos democráticos aprovechan el ejemplo estadunidense
para reprimir, afirma
Viena, 19 de julio. La guerra antiterrorista desatada
después del 11 de septiembre del año pasado está incentivando
a los países me-nos democráticos a violar los derechos hu-manos
en nombre de la seguridad, teniendo como base lo que hacen Estados Unidos
y los países europeos, denunció hoy la alta comisionada de
Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson.
En paralelo, el presidente estadunidense, George W. Bush,
reafirmó sus planes militaristas en el mundo para "contener" a los
regímenes que buscan adquirir armas de destrucción masiva,
en alusión a su agenda para atacar eventualmente a Irak.
Además, ordenó acelerar los preparativos
para su propuesta de crear un Departamento de Seguridad Territorial.
El jefe de la Unión Patriótica de Kurdistán,
Jalal Talabani, comentó que Estados Unidos está decidido
a derrocar a Saddam Hussein, y apuntó que el pueblo iraquí
ne-cesita un cambio radical y democrático, no un nuevo dictador,
y que deben hacerlo "iraquíes nacionalistas e independientes".
En esa tónica, esta madrugada aviones de combate
estadunidenses y británicos lanzaron un nuevo ataque sobre el sur
de Irak, causando la muerte de cinco civiles y heridas a otros 17 al arrojar
sus bombas sobre una zona residencial de la localidad de Al Diwaniya, denunciaron
las autoridades de Bagdad. Cuatro de los muertos pertenecían a una
misma familia.
Robinson expresó su preocupación, tanto
ante la prensa como ante la Organización para la Seguridad y la
Cooperación en Eu-ropa (OSCE), al señalar que "estamos en-contrando
una situación muy grave de erosión de las libertades civiles
en nombre de la lucha contra el terrorismo", y agregó que esto se
refleja en "países sin una fuerte tradición democrática".
La
respuesta de tales naciones, dijo, es por qué nos están sujetando
a esos estándares cuando no se están cumpliendo en Estados
Unidos y numerosos países europeos.
Es decir, explicó, "su respuesta es: 'Bien, mire
lo que está pasando en Estados Unidos, el número de gente
que está siendo retenida bajo las leyes de inmigración sin
un abogado; mire lo que está sucediendo en los países europeos,
el maltrato a los que piden asilo y a los inmigrantes'".
Robinson dijo estar de acuerdo en que debe enfrentarse
al terrorismo, pero enfatizó que las acciones de los estados deben
enmarcarse de conformidad con los derechos humanos.
Lamentó que pese a los muchos discursos en la materia,
la misma comisión de Naciones Unidas que preside no ha sido "capaz
de consensuar una propuesta para establecer un mecanismo específico
para vigilar el impacto de las medidas antiterroristas sobre los derechos
humanos".
Las preocupaciones vuelven a salir a flote luego de que
grupos de derechos humanos han denunciado estos hechos, entre ellos Amnistía
Internacional, que en mayo acusó a Estados Unidos y Corea del Sur
por apresurarse a sancionar leyes desde el 11 de septiembre asumiendo poderes
de emergencia con poca o nula consideración hacia los derechos ciudadanos.
"Recibimos informes de defensores de los derechos humanos,
sindicalistas, periodistas de países de todo el mundo que están
adoptando medidas diciendo que combaten el terrorismo, pero que en realidad
lo que hacen es reprimir a la oposición política, la libertad
de prensa, catalogando de terroristas actividades que no lo eran antes
del 11 de septiembre", expresó Robinson.
Por tanto, instó a los 55 países que integran
la OSCE a supervisar a sus miembros para evitar que los derechos humanos
sufran un retroceso tras décadas de progreso continuo.
Mientras, Bush insistió en su característico
discurso de calificar a sus enemigos de "satánicos y destructivos",
al hablar en un acto militar en Fort Drum, estado de Nueva York. Allí,
defendió su posición de no permitir que los soldados estadunidenses
se sometan a la Corte Penal Internacional, bajo el alegato de que Estados
Unidos coopera con muchos otros países en tareas para garantizar
la paz.
De acuerdo con teorías del secretario de Defensa,
Donald Rumsfeld, Estados Unidos prepara el más extenso ejercicio
de guerra que jamás haya intentado, en una maniobra llamada Desafío
Milenio 2002, a efectuarse entre el 24 de julio y el 15 de agosto en
zonas de entrenamiento del sudoeste de su territorio, acción que
se situará en el 2007 ante un adversario ficticio.
El general William Kernan informó que participaran
13 mil 500 efectivos. Junto a las tropas habrá funcionarios de la
CIA, de los departamentos de Estado y de Energía, así como
de la Agencia para el Desarrollo Internacional.
En tanto, decenas de miles de iraníes se manifestaron
en las calles de Teherán y de varias ciudades más del interior
del país, en repudio a Estados Unidos y Israel, coreando "muerte
a George W. Bush".
El líder supremo, ayatola Alí Jamanei, convocó
a las protestas en rechazo a la reciente declaración de Bush, que
abogó por reformas en Irán y calificó al régimen
local de "destructivo".
Las manifestaciones tuvieron lugar en Teherán,
Tabriz, Ispahan, Chiraz y Machhad. La policía en la capital afirmó
que se congregaron unos 800 mil manifestantes, y la prensa citó
en cambio que eran 300 mil.
Pero, se destacó, a las marchas acudieron todas
las corrientes, desde reformistas hasta conservadores, que repudiaron las
"amenazas" e "injerencias" de los estadunidenses en política interna
iraní.
El jefe de operaciones de Naciones Unidas en Afganistán,
Lajdar Brahim, afirmó ante el Consejo de Seguridad del organismo
que los talibanes y la red Al Qaeda, que lidera Osama Bin Laden, seguían
representando una amenaza, pero que la cuestión planteada hace seis
meses sobre su número sigue sin resolverse.
Por último, se reportó que el Departamento
de Estado impuso sanciones a 10 empresas y particulares, entre ellas ocho
compa-ñías chinas, por supuestas transferencias de tecnologías
de armas a Irán e Irak.
Esta es la cuarta vez, desde diciembre, que Washington
sanciona a Pekín por violar resoluciones de Naciones Unidas sobre
la materia y consideradas un riesgo para el gobierno estadunidense