Subsidios en EU, actos de guerra contra el campo nacional
Proponen expertos suspender tres años apartado
agrícola del TLC
Ana de Ita, Isabel Cruz y Víctor Suárez hablan en foro organizado
por Casa Lamm y La Jornada; invitaron a Usabiaga, pero no fue
ISRAEL RODRIGUEZ J.
El campo mexicano se verá severamente afectado
por la ley agrícola de Estados Unidos, aprobada el pasado 13 de
mayo, mediante la cual se aplicarán subsidios a los agricultores
de ese país por 183.5 mil millones de dólares, y por la entrada
en vigor del noveno año del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN), el próximo primero de enero de 2003, advirtieron
los especialistas Ana de Ita, Isabel Cruz y Víctor Suárez.
Durante la exposición del tema La ley agrícola
de Estados Unidos y el TLCAN, organizado por Casa Lamm y La Jornada,
Víctor Suárez Carrera, director ejecutivo de la Asociación
Nacional de Empresas Comercializadoras y Productoras del Campo, aseguró
que estos hechos constituyen verdaderos actos de guerra económica
contra la agricultura y la soberanía alimentaria en el país.
En el foro México después del 2 de julio
y el mundo actual, destacó la ausencia de los invitados Javier Usabiaga,
secretario de Agricultura, y de Armando Paredes, presidente del Consejo
Nacional Agropecuario.
Suárez
Carrera explicó que la ley mencionada incentiva en Estados Unidos
la sobreproducción agrícola, reproduce y profundiza un sistema
de precios por debajo de costos de producción y favorece la alta
volatilidad de los mercados, al combinar mayores subsidios a los productores
con eliminación de todo programa de manejo de oferta.
A partir del primero de enero de 2003, añadió,
México será el país con el sector agroalimentario
más liberalizado del mundo. Este hecho, sumado a la nueva ley agrícola
estadunidense y a la persistencia de la política de continuidad
del llamado gobierno del cambio, representa la última etapa de la
guerra económica contra el campo nacional y la soberanía
alimentaria.
Sin embargo, Víctor Suárez consideró
que la guerra contra la economía campesina puede y debe cesar. "No
es un hecho de la naturaleza, todavía no es un fenómeno irreversible.
El actual modelo agrícola y comercial impuesto por Estados Unidos,
aplicado con extrema sumisión por las elites políticas y
económicas de México, es indefendible, racional y éticamente."
Suárez Carrera propuso que el Poder Legislativo
mexicano expida una ley mediante la cual se instruya al Ejecutivo para
iniciar un proceso de renegociación y suspensión por tres
años del apartado agropecuario del TLCAN con los gobiernos de Estados
Unidos y Canadá, a partir de los mandatos de la Constitución
y las orientaciones de la nueva ley de desarrollo rural sustentable.
Dijo que deberían incluirse en el articulado transitorio
de la Ley de Ingresos de 2003 salvaguardas, aranceles y cuotas a los productos
estratégicos a proteger; lograr un presupuesto justo para una nueva
política agropecuaria y de desarrollo rural en el próximo
año.
Angel Guerra, quien fungió como moderador del acto,
señaló que esta ley agrícola de Estados Unidos es
la mayor hipocresía porque, por un lado, esta potencia demanda a
los demás países desmantelar todos los mecanismo de apoyo
a los sectores agrícolas y, por otro, está agregando 77 mil
millones de dólares adicionales, para un total de 183 mil millones,
en subsidios para sus agricultores.
Ana de Ita, Investigadora del Centro de Estudios del Campo
Mexicano, afirmó que con la baja en los precios de los productos
agropecuarios, sólo las grandes multinacionales se beneficiarán,
apoyadas también por el gobierno mexicano, como en el caso de las
importadoras de maíz, entre ellas, Arancia, Corn, Minsa, Maseca,
ADM, Diconsa, Cargill, Bachoco, Pilgrims y Purina.
El problema con el TLCAN y la Organización Mundial
de Comercio(OMC), dijo, es que los precios se emparejarán en el
mercado internacional, y Estados Unidos va a incidir y definirá
cotizaciones bajas.
"Los productores mexicanos tendrán que competir
con esos precios bajos artificiales, y además sin recibir subsidios",
destacó.
Mientras Estados Unidos, ejemplificó, otorga en
subsidios alrededor de 18 mil millones de dólares anuales, y la
Unión Europea 42 mil millones, México da a sus productores
sólo 2 mil millones de dólares.
Isabel Cruz, directora general de la Asociación
Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social, advirtió
que esta situación se puede convertir en un problema político
y de paz social, debido a que 39 por ciento de los mexicanos dependen de
la agricultura.
Sostuvo que la economía nacional no ha sido capaz
de absorber el empleo urbano, menos el rural, además de que, después
de los 80, se carece de un modelo agrícola, por lo que se tiene
que redefinir, porque sólo hasta esa década tuvimos una política
de soberanía alimentaria.
En México, agregó, el Estado se debe separar
de los negocios, porque esto genera corrupción y conflicto de intereses,
como ocurrió con el presidente Vicente Fox, que eliminó en
un decreto los aranceles a la fructosa. Afortunadamente, la Suprema Corte
de Justicia de la Nación resolvió que era improcedente, pero
la sociedad mexicana debe de tener mayor capacidad de reacción.