México, comprometido a destinar a enseñanza 8% del PIB, sin incluir recursos privados, señala

Debe AL anteponer la educación al pago de la deuda, dice la UNESCO

Que todas las niñas de Latinoamérica asistan a la escuela, otro reto: representante del organismo en el país

CLAUDIA HERRERA BELTRAN /I

Los países de América Latina deben anteponer el presupuesto social y educativo al pago de la deuda externa y, en consecuencia, cumplir el compromiso de destinar a la enseñanza 8 por ciento del producto interno bruto (PIB), afirmó Gonzalo Abad Ortiz, director de la oficina en México de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

El diplomático ecuatoriano explicó que México, junto con los países que suscribieron las conferencias internacionales de educación de Jomtien (1990) y de Dakar (2000), se comprometió a elevar el presupuesto educativo a 8 por ciento del PIB, pero sin incluir el gasto privado.

Contrario a las metas de la SEP, que incluyen la inversión pública y privada, el sociólogo refirió que el compromiso de los países no considera el gasto privado, porque "quienes pueden comprometerse a alcanzar una cifra de presupuesto son los Estados. La sociedad civil puede ir más allá, pero no tiene la capacidad de compromiso".

Abad Ortiz tiene profundas ligas con México. A principios de los 70, cuando una junta militar tomó el poder en Ecuador, era dirigente universitario, y por eso tuvo que salir exiliado a México. Durante siete años hizo sus estudios de posgrado en El Colegio de México; en esa época, su padre, Gonzalo Abad Grijalva, también fue representante de la UNESCO en el país.

En entrevista con La Jornada analizó los desafíos de América Latina en materia educativa, sobre todo en materia de acceso de las niñas a la escuela (20 por ciento están fuera de las aulas) y en mejorar los recursos para la enseñanza.

-ƑCómo se encuentra la inversión educativa en América Latina y qué efectos han tenido las crisis económicas?

Sólo 5% del PIB

-Debemos reconocer, en primer lugar, que hay una conciencia mucho más alta de la necesidad de mantener la inversión en el sector. Esto se refleja de manera diferenciada. Ciertos países como Ecuador, Bolivia y Venezuela han incluido la cifra de inversión en educación (8 por ciento del PIB o más) como norma constitucional. También hay naciones como México que están más cerca de destinar 6 por ciento (según cifras de la SEP, el gasto público federal y estatal equivale a 5 por ciento del PIB, y el privado a 1 por ciento).

"El segundo problema es que las crisis económicas han tenido intensidades cada vez mayores. Desde esa perspectiva, las medidas de emergencia que se deben tomar afectan a lo social de manera brutal.

"Por eso, en la UNESCO sostenemos la tesis de que el acceso a la educación y los derechos económicos, sociales y culturales tienen que ser tomados seriamente como compromisos internacionales de los Estados involucrados, y que por lo tanto deben tener prioridad sobre otras decisiones. Es el caso del pago de la deuda, que debería ser segunda prioridad.

-Pero habría que convencer a los organismos financieros internacionales para que aceptaran renegociar el débito.

-El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional acaban de llegar a un acuerdo, y están proponiendo a las otras agencias del sistema de Naciones Unidas que cuando los países tengan una estrategia de reducción de pobreza se haga un esfuerzo para condonar deuda o hacer una renegociación. Nicaragua, Bolivia y Haití ya lo están haciendo en América Latina.

-ƑMéxico puede obtener esos beneficios?

-Muy difícilmente, porque ya no pertenece al grupo de naciones más pobres y más endeudadas del mundo. Además, forma parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que agrupa a los países más desarrollados. En términos de programas de asistencia y de ayuda internacional, México casi es un país donante, no receptor.

-En el discurso y en los documentos México es desarrollado, pero la realidad es otra.

--Desde el punto de vista de su desarrollo económico está en esa categoría de países, lo que no implica ausencia de contrastes internos. Sin embargo, los organismos internacionales no han hecho diferenciación entre partes desarrolladas y retrasadas de una nación.