MEXICO, SA
Carlos Fernández-Vega
LA CRECIENTE PARTICIPACION de mexicanos y mexicano-estadunidenses en la economía del vecino del norte genera fértiles beneficios en ambos territorios y se traduce en una permanente inyección de recursos para el país de origen de ese segmento poblacional y en un voluminoso nivel de consumo en la nación receptora. Sin embargo, la diferencia entre un indicador y otro resulta abismal: alrededor de 58 veces.
AÑO TRAS AÑO, la economía mexicana se ve fortalecida con el creciente volumen de dólares provenientes de las remesas que mexicanos y mexicano-estadunidenses en-vían puntualmente a sus familias. Por este concepto, tan sólo en 2001 México obtuvo alrededor de 10 mil millones de dólares, aunque algunos expertos del mercado cambiario consideran que ese monto puede fácilmente duplicarse, si se considera que un sector importante de trabajadores migrantes -especialmente indocumentados- no abandona la práctica de enviar dichos dineros por la vía tradicional, es decir, el servicio postal, toda vez que las comisiones cobradas por las distintas agencias privadas de traslado de recursos se mantienen en niveles muy elevados.
SI BIEN LA CIFRA mencionada es significativa para efectos mexicanos, en realidad representa la rebanada más delgada del pastel: el poder de compra de la población de origen mexicano, en particular, y de habla hispana, en general, se traduce en un consumo anual en Estados Unidos de más de 580 mil millones de dólares en 2001, según un detallado estudio del Centro Selig de la Universidad de Georgia, divulgado recientemente y publicado por el diario La Opinión de Los Angeles. Para dar una idea de la magnitud, ese monto equivale a 92 por ciento, a precios actuales, del producto interno bruto mexicano.
PARA EL DIRECTOR del Centro Selig, Jeff Humphreys, autor del estudio, el creciente poder de compra de ese segmento poblacional debe atribuirse, en gran parte, a factores puramente demográficos. Se estima que la población hispana en Estados Unidos reportará un crecimiento cercano a 125 por ciento entre 1997 y 2007, mientras que el cálculo para la población no hispana supera ligeramente 13.1 por ciento en igual periodo. Sin embargo, también debe considerarse que los primeros están teniendo acceso a más y mejores trabajos y actividades económicas, entre las que destacan los negocios.
EL VOLUMEN DE consumo -580 mil millones de dólares- de los hispanoparlantes en Estados Unidos (principalmente mexicanos y mexicano-estadunidenses) en 2001 resulta superior en alrededor de 35 por ciento a los cerca de 430 mil millones de dólares reportados cinco años atrás.
LA CIFRA CRECE año tras año, aunque la geografía del consumo se mantiene: 10 entidades concentran 80 por ciento del total. En este contexto, California, estado en el que la población hispanoparlante es arrasadoramente de origen mexicano, sigue ocupando la primerísima posición: 170 mil 700 millones de dólares en 2001, es decir, 30 por ciento del total. En orden de importancia (todas las cifras en miles de millones de dólares) aparecen Texas (93.7), Florida (52.4), Nueva York (48.1), Illinois (25.6), Nueva Jersey (22.3), Arizona (17.5), Colorado (13), Georgia (11.3) y Nuevo México (11). Paralelamente, los cinco estados donde el poder de compra hispano reportó mayor crecimiento entre 1990 y 2001 son: Carolina del Norte (912 por ciento), Arkansas (778), Georgia (711), Tennessee (655) y Alabama (466)
POR LO QUE TOCA a los renglones de consumo, el estudio de la Universidad de Georgia revela que el de alimentos ocupa la primera posición, seguido de servicios telefónicos, mobiliario, ropa para hombres y niños, y calzado. "Esto es lo que muestran los datos empíricos... Se desconocen las razones de las preferencias hispanas a la hora de gastar... Muchas tienen su origen en aspectos puramente demográficos, como que compran más comida porque son familias más grandes, y gastan más en teléfono porque mantienen el contacto con sus familiares en sus países de origen."
EL ANTERIOR SERIA el capítulo agradable de la historia, porque algunos expertos destacan -aun reconociendo que es indudable que los hispanos están ganando posiciones en cuanto a capacidad económica- que existe un notorio desfase entre ese poder adquisitivo y su representatividad en la sociedad estadunidense. Ana Escobedo Cabral, presidenta de la Asociación Hispana de Responsabilidad Corporativa, institución con sede en Wash-ington, sostiene que la estructura empresarial y de negocios de Estados Unidos "se interesa por los hispanos como clientes, pero no como participantes de su estructura de dirección. Algunas de las grandes compañías han triplicado sus gastos publicitarios para hispanos entre 2000 y 2001. Sin embargo, cuando echamos una mirada a la fuerza de trabajo en las empresas vemos que los hispanos continúan estando infrarrepresentados... Las empresas deben ir más allá de incrementar los gastos de publicidad e invertir a largo plazo en la comunidad. Deben promover a más hispanoparlantes a puestos importantes, facilitar la creación de negocios con propietarios de ese origen, invertir en la comunidad e incluir más latinos en sus juntas directivas."
EL ESTUDIO DEL Centro Selig también establece que el gasto de los hispanoparlantes se orienta en menor medida a servicios médicos, educación, servicios financieros, seguros de vida, planes de pensiones y aportaciones al seguro social. Sin embargo, algunos analistas consideran que tal aseveración puede llevar a engaño. Otros informes sobre el mismo tema revelan que el ingreso promedio de los hispanoparlantes es menor al del anglosajón, y pese a ello dedican proporcionalmente más dinero a la educación de sus hijos en relación con lo que ganan. De hecho, 96 por ciento de este segmento poblacional manifiesta esperanza de que sus hijos tengan acceso a la educación universitaria.
EN VIA DE MIENTRAS, el peso específico de los hispanoparlantes y sus 580 mil millones de dólares sigue en aumento.
Las rebanadas del pastel:
EL INEGI INFORMO ayer que en el quinto mes de 2002 la actividad económica de México, medida por el indicador IGAE, reportó un incremento de 1.6 por ciento en comparación con mayo de 2001, aunque la variación fue 0.41 por ciento menor en relación con el registro de abril pasado... Crecen las posibilidades de un acuerdo de libre comercio entre México y Japón, el primero que firmaría el país asiático con una nación no regional. En el primer trimestre de 2002, la balanza comercial fue superavitaria para los nipones en poco más de mil 965 millones de dólares... Feliz fin de semana, y nos encontramos el lunes.
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