El intelectual visita México por vez primera para impartir una serie
de conferencias
La conciencia moral decae frente al auge de la tecnología
bélica: Berman
La empatía es mi principal valor; lo pongo por encima de la razón,
dice
Los zapatistas sorprenden al pensador porque ostentan una seria conciencia
global
TANIA MOLINA RAMIREZ
Lo primero que impresiona de este neoyorquino de 60 años
es su desarreglada barba y su cabellera gris. Marshall Berman parece una
mezcla entre Karl Marx y Allen Ginsberg. Mueve su gran cuerpo con lentitud,
arrastra los pies al caminar. Lleva puesta una playera negra con la imagen
del disco El circo, de La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto
Patio, unos desgastados pantalones vaqueros, tenis negros y una chamarra
roja, en cuya solapa trae un pin del movimiento israelí por
la paz.
Marshall Berman es uno de los grandes pensadores críticos
de la actualidad, urbanista, profesor de tiempo completo de ciencia política
en el City College of New York y autor de Todo lo sólido se desvanece
en el aire, un clásico sobre la modernidad, y del recién
publicado Adventures in Marxism (todavía sin traducción
al español).
Una de sus grandes pasiones es la música, es fan
de Bruce Springsteen (''pondría mi vida en sus manos", ha llegado
a decir) y Bob Dylan, y recurre a fragmentos de canciones suyas en sus
explicaciones.
Berman está por vez primera en México para
dar una serie de charlas sobre la modernidad, el marxismo, el arte y los
signos de la calle en la Universidad Nacional Autónoma de México
y la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Viene con su esposa
Shelley y Dani, su hijo de ocho años.
''Optimista, soy optimista por naturaleza", dice Berman
con una gran sonrisa. ''En eso me identifico con Marx".
Sentimiento vengador
-¿Cómo llegó al marxismo?
-Después
de que murió mi padre, a quien sentí que la sociedad comercial
destruyó (durante la mayor parte de su vida fue trabajador en una
fábrica de ropa), me entró un sentimiento vengador, sentí
que debía haber algo mejor, pero la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS) no parecía ser el camino. Un
maestro (en Columbia University) me dijo que si leía los Manuscritos
de 1844 podría tener una perspectiva marxista mejor que la que
ofrecían los partidos comunistas locales, y ahí comenzó
mi camino de estos 40 años.
-Otro tema importante para usted es la música.
-Definitivamente. Es un tema importante en mi vida. Nunca
he podido tocar un instrumento, lo cual me entristece, pero trato de escribir
sobre la música, y me conmueve que los que tocan en bandas (en específico
se refiere a Pacho Paredes, baterista de La Maldita Vecindad) puedan
encontrar que les ayude algo en lo que escribo.
-¿Cuál es su opinión sobre los movimientos
musicales en la actualidad?
-Lo más interesante es la globalización,
que gente en todo el mundo puede oír a gente de todo el mundo. Pero,
¿encuentro algún mensaje maravilloso? No, o quizá
sea que estoy fuera de onda. Desde que nacieron mis hijos salgo poco a
escuchar música. Elloy, mi hijo de 17 años, oye rap.
-¿Qué opina Elloy sobre el marxismo?
-Sus padres son intelectuales, así que ha optado
por no leer; quizá cuando se aleje de nosotros podrá hablar
de este tipo de cosas. Por ahora, el gangster rap es con lo que
se siente más cómodo. Yo antes escuchaba mucho gangster
rap, pero terminó abrumándome.
-¿Qué música escucha ahora?
-Traje cuatro cd: Bob Dylan, Neil Young, Elvis Costello
y Lucinda Williams, y un casete de Bruce Springsteen.
''Bob Dylan creó un ambiente en el que nada era
ajeno al rock, se podía expresar cualquier cosa, cambió el
juego en el mundo, lo hizo más profundo, más universal. La
primera generación de rock tenía un nivel muy bajo de alfabetismo,
era música de fiesta, muy primitiva. Con Dylan, el rock ya no era
sólo algo para consumir, sino algo que podía producir.
''¡Ah! Y también traje un cd de Mozart.''
Valores y razón
-Usted ha trabajado a profundidad la experiencia de la
modernidad. Después del 11 de septiembre, el terrorismo se puso
en el centro de la agenda mundial. ¿Qué relación encuentra
entre terrorismo y modernidad?
-El terrorismo viene de muy atrás, es totalmente
premoderno. La diferencia es que ahora hay mejores bombas, la tecnología
de guerra ha mejorado muchísimo más que la conciencia moral.
El terrorismo que involucra bombardear a muchas personas,
crea una situación de, ''bueno, ellos nos matan, nosotros los matamos",
algo así está pasando ahora en Medio Oriente. El gobierno
israelí es manejado por alguien que piensa exactamente al mismo
nivel de los terroristas islámicos, se siente cómodo bombardeando
pueblos.
-¿Qué relación encuentra entre fundamentalismo
y modernidad?
-Se dice que el fundamentalismo es antimoderno, pero la
palabra fue acuñada en el siglo XX por los protestantes estadunidenses.
Tomaron toda la Biblia y la redujeron a unos cinco puntos; le quitaron
la complejidad humana, redujeron la religión a las matemáticas.
''Irónicamente, muchos fundamentalistas son muy
versados en manejar la tecnología moderna. Se quejan de la vida
moderna, pero son capaces de usar las fuerzas de la modernidad que encuentro
más problemáticas para destruir la fuerza de la modernidad
que para mí es la más importante: la empatía universal.''
-¿Qué lugar ocupan los valores de la Ilustración
hoy día?
-No creo que los valores principales se puedan establecer
mediante la razón. Mi valor principal es la empatía, me parece
mucho más valioso que la razón. No quiero decir que la razón
no sirva, sino que la razón es universal y puede ayudar a transmitir
la empatía a todo el mundo. ''La razón es la esclava de las
pasiones", dijo Hume, así que creo que la razón puede ser
la esclava de la empatía o de la misantropía. No es la razón
en sí la que junta a la gente o la destruye, sino el corazón,
pero ¿cómo miras dentro de las profundidades del corazón
para hacer que la gente quiera amarse? No lo sé. A través
de la historia, gente completamente diferente logró tener empatía.
Ha pasado suficientes veces como para que crea que pueda volver a suceder.
Obsesión por Estados Unidos
-¿Cuál es su opinión sobre el movimiento
contra el neoliberalismo?
-El movimiento tiene valores completamente contradictorios
en su seno. Un valor es lograr la justicia global; el otro, abolir el horizonte
global, erradicar la posibilidad de comunicarte con otras personas que
no sean con quienes creciste. Simpatizo inmensamente con una parte del
movimiento, la que de nuevo encontró el horizonte global. Mi generación,
los radicales de los años 60, no lo pudo hacer. Quizá hubiéramos
podido si no hubiera estado presente la guerra de Vietnam, que absorbió
toda nuestra energía, nos obsesionó con nuestro propio país,
nos hizo sentir que había otros países que tenían
una esencia humana que era mejor que la nuestra (yo nunca creí en
eso, pero sí estaba obsesionado con mi país), nos hizo sentir
que Estados Unidos era el problema, cuando en realidad sólo era
un síntoma del problema.
''Ya que ganamos estábamos tan exhaustos, de cierta
manera tan amargados, que era difícil retomar el camino anterior.
American tune, de Paul Simon, trata sobre esto (Berman canta la
canción): 'y no conozco un alma que no esté golpeada... no
conozco un sueño que no se haya roto...' Refleja tan bien la desesperanza
de la gente, justo cuando estaban ganando la lucha por la que entregaron
su vida. Muchas veces, los que ganan pierden.''
Rehacer las cosas injustas
-Tras el 11 de septiembre, muchos estadunidenses se preguntaron
por qué los odian tanto, ¿por qué cree que sea?
-Mucha gente nos odia porque somos grandes y ricos. Y
no hay mucho que se pueda hacer al respecto. Hemos hecho un montón
de cosas malas en política exterior, pero también cosas buenas.
El odio es tan estructural, que no creo que debamos de rehacer las cosas
para que nos odien menos. Debemos rehacer las cosas injustas, pero no rehacer
las cosas para ser queridos.
-¿Cuál es la vigencia del marxismo como
herramienta emancipatoria?
-Su horizonte global. El marxismo es un discurso global
que habla de manera universal sobre las necesidades humanas. Marx dijo
que el mercado mundial era el mayor logro de la burguesía moderna,
con eso lo que quiso decir, entre otras cosas, es que su grandeza estaba
precisamente en su alcance global.
''El creía que se podía crear un movimiento
a partir de ese alcance global, pero con un sentido más empático
con lo que la gente necesita. Y yo creo que es posible. ¿Sé
cuándo sucederá? No, pero creo que mucha gente retomó
el sentido global de Marx.
''La sorpresa, para mí, de los zapatistas, es que
parecen tener una seria conciencia global, eso es buena onda.''