ATENCO: EL CONFLICTO
Servicios Periciales ignoró petición de realizar exámenes
de salud al hoy occiso
Evidencias de negligencia legal y médica en
el tratamiento del labriego Espinoza Juárez
La declaración ministerial del habitante de Atenco es clave en las
investigaciones
SILVIA CHAVEZ GONZALEZ CORRESPONSAL
Tlalnepantla, Mex., 27 de julio. José Enrique
Espinoza Juárez, habitante de San Salvador Atenco fallecido el miércoles,
fue perseguido el 11 de julio por policías estatales y municipales,
quienes frente a una casa del municipio de Acolman lo alcanzaron y golpearon;
así quedó asentado en su declaración ministerial,
la cual fue integrada a un expediente de 33 hojas. Dicho documento fue
proporcionado por la Procuraduría de Justicia del estado de México
a las instancias correspondientes para "facilitar" el seguimiento médico
aplicado al ahora occiso.
A las 10:50 de la noche del 11 de julio -después
del enfrentamiento entre policías estatales y ejidatarios-, Espinoza
Juárez rindió su declaración preparatoria ante el
Ministerio Público de la Subprocuraduría de Tlalnepantla.
Narró
que policías estatales impidieron el paso a un grupo de al menos
170 ejidatarios de San Salvador Atenco, que pretendía sostener una
entrevista con el gobernador Arturo Montiel Rojas.
Espinoza Juárez dijo tener 49 años de edad
y no ser ejidatario, aunque aseguró no estar de acuerdo en la construcción
del aeropuerto en tierras ejidales, porque en ellas está la propiedad
de su suegro, Rito Merino Ramos, y además su casa sería afectada
al quedar en el polígono de tierras expropiadas por la Federación,
"por eso es que hacemos nuestras peticiones, pero no nos hacen caso y tenemos
que hacer manifestaciones, ya que van a afectar mi vivienda", declaró.
Dijo que en un foro promovido por el quinto regidor perredista
del ayuntamiento de Texcoco conoció un plano con sello del gobierno
del estado de México, de esa forma supo que su colonia y seis ejidos
desaparecerían.
El 11 de julio al mediodía, Espinoza Juárez,
en un microbús de la ruta Valle de Texcoco y acompañado por
30 personas más (entre ellas su esposa María Merino García),
llegó al punto en donde, dijo, dos grupos se agredían, uno
de policías y otro de ejidatarios, estos últimos llevaban
palos y machetes, y que al momento descendió de la unidad para auxiliar
a sus compañeros.
Narró que los policías estatales lanzaron
gases lacrimógenos "y nos empezaron a replegar, nosotros empezamos
a retroceder y corrimos hasta llegar al pueblo de Santa Catarina Acolman,
unos tratamos de subirnos en camionetas, microbuses y coches particulares.
Yo traté de meterme a una casa, pero me cerraron la puerta, en ese
lugar me golpearon policías tanto estatales como municipales".
De acuerdo con el expediente proporcionado por la procuraduría
estatal, el agente del Ministerio Público de Ecatepec, Antonio Alonso
Durán, solicitó a la Subdirección de Servicios Periciales
aplicar distintos estudios médicos a Espinoza Juárez, entre
ellos el de "química sanguínea"; sin embargo, en la relación
de documentos no aparecen los resultados de estos análisis, centrándose
en la existencia de más de 11 lesiones físicas visibles y
no se especifica el tipo sanguíneo, ni que padecía diabetes.
En el expediente proporcionado por la Procuraduría
de Justicia estatal, el subprocurador Roberto Figueroa Velázquez
consideró fundamental la secuencia del trato legal y hospitalario
dado a Espinoza Juárez. Destacó la existencia del oficio,
con fecha del 12 de julio, enviado al director general del hospital de
traumatología del IMSS de Lomas Verdes, Juan Carlos de la Fuente
Zuno, para que a Espinoza se le diera atención médica, pero
dijo desconocer por qué no se le diagnosticó la diabetes
que padecía.
Figueroa Velázquez consideró que este documento
es fundamental como "prueba" del primer momento en que Espinoza Juárez
ingresó a la sala de urgencias del hospital referido, en donde 20
minutos después fue dado de alta. Pero al día siguiente ingresó
por segunda ocasión en estado crítico, para perecer días
después.