Fracasa la política alimentaria; las importaciones de maíz y arroz, al alza
En el gobierno foxista se ha desplomado el acceso a productos de la canasta básica, plantea estudio
En 2001 se podían comprar con un minisalario 8.3 kilos de tortilla y hoy sólo 7.6
CAROLINA GOMEZ MENA
La política alimentaria en los dos primeros años de la administración foxista ha sido un fracaso. Las acciones emprendidas en la materia son la expresión más radical de un mero continuismo; además, al gobierno le ha faltado estrategia de desarrollo para el sector agropecuario, pero ésta no parece ser la preocupación del jefe del Ejecutivo, plantea el estudio Balance del medio rural a dos años del gobierno del cambio, realizado por la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC).
Dicho análisis, realizado por el profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh) Emilio López Gámez y por Federico Ovalle Vaquera, secretario general de la CIOAC, refiere que a poco menos de 24 meses del gobierno foxista "el pueblo de México tiene menos acceso a la compra de tortilla, frijol, leche, maíz y huevo".
Y es que mientras en "2001 con un salario mínimo promedio de 37.5 pesos se compraban 8.3 kilogramos de tortilla, hasta julio de 2002 y con un salario mínimo de 42.15 pesos se adquieren 7.6 kilogramos"; en el caso del frijol, y con los sueldos antes mencionados, el año pasado se compraban 3.1 kilos y ahora 2.4. En huevo 3.7 kilos en 2001 y 3.5 en 2002, y en leche se podían comprar el año pasado 5.3 litros del lácteo y ahora sólo 5.2.
En el análisis, el también doctor en economía y secretario de Prensa de la CIOAC se refiere a la necesidad de consumo de granos básicos en el país, el cual "está por encima de las 40 millones de toneladas"; no obstante, en 2001 sólo se produjeron "31 millones de toneladas y para 2002 la producción se prevé cercana a la del año anterior, lo que muestra una tendencia en la que la producción futura de los 10 principales granos básicos estaría por debajo de la serie histórica".
Aunado a ello, establece el análisis, las importaciones de maíz, soya, sorgo, arroz, avena y cebada van al alza. "En 2001 alcanzó 20 millones de toneladas, nunca se había tenido una cifra de importación tan alta", refiere López Gámez.
El hecho de que el poder de compra haya disminuido, que no se ha logrado elevar la producción de granos y que las importaciones se incrementen incide en que "actualmente exista una gran vulnerabilidad en materia de seguridad y soberanía alimentaria".
Según Gámez, la política agropecuaria es un "continuismo de los gobiernos anteriores, pues gira alrededor de Alianza para el Campo, Procampo y los apoyos a la comercialización, los que han estado orientados a promover la rentabilidad de los productores altamente comerciales. A ello se añade el abandono de la producción de alimentos para el mercado interior, circunstancia que repercute negativamente en la dieta de los mexicanos".
El especialista sugiere que "se debe insistir en crear una política agropecuaria que tenga como eje reorientar la política alimentaria hacia la soberanía, puesto que a nivel internacional se está gestando, en el caso de los granos (la nueva ley agrícola estadunidense, aprobada en mayo de 2002), una guerra de subsidios". Por ello insta al gobierno a "variar la estrategia y revalorar el papel de los pequeños productores, ejidatarios y comuneros".
López Gámez refiere que durante el sexenio pasado "no se pudo revertir el saldo deficitario de la balanza comercial agropecuaria ni el crecimiento de la cartera vencida, ni la recuperación del nivel de ingresos, ni detener las importaciones de granos básicos, y el PIB agropecuario se estancó, y que esas situaciones no se han modificado aún, debido a que se ha privilegiado la globalización sobre los intereses del pueblo".
Tampoco se ha podido detener el deterioro de los precios de los granos básicos, entre ellos el maíz y el trigo, el primero con tasas de crecimiento anual de menos 2.1 por ciento y el segundo con menos 16.5 por ciento.
Para la CIOAC, superar todas estas deficiencias "implicaría emprender una política novedosa y firme, la que hasta el momento, a casi un tercio de la actual administración, no vemos".