Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 29 de julio de 2002
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Cultura

Testimonio de Raquel Tibol

Impulsora del arte, pero también figura cercana al poder

MERRY MAC MASTERS

Para la crítica de arte y periodista Raquel Tibol, "hay cosas que agradecerle" a la fallecida Dolores Olmedo Patiño, como la creación del museo que lleva su nombre, pero también "habrá cosas que analizar, y ver qué tanto es legítimo que los coleccionistas se arrimen al poder público, como lo hizo Lola".

Conocida por las obras que poseía de Diego Rivera y Frida Kahlo -a pesar de que a la coleccionista no le simpatizaba ni le gustaba la pintura de esta última-, doña Lola "se fotografió con todos los presidentes y a muchos les debía grandes favores, pero a ninguno tanto como a Miguel Alemán. Fue una alemanista de hueso colorado y gran colaboradora de grandes negocios del alemanismo. Además, tenía como padrino, consejero y alma pater a Carlos Hank González. De modo que todo esto habrá que contarlo con seriedad histórica, que está hecha de verdades", sostiene Tibol.

De hecho, Dolores Olmedo fue "la única mujer que coleccionó en grande", porque otras, como Natasha Gelman, eran "esposas de su maridos". Pero, continúa Tibol, habrá que saber cómo la fallecida hizo su fortuna: "Históricamente la colección allí está, y se valorará como museo. Hay que decir que Lola murió satisfecha de haber podido armar uno de los museos más visitados de la ciudad de México. De modo que hay cosas que agradecerle".

Antes de la presentación, ayer, de su libro Ser y ver. Mujeres en las artes visuales (Plaza&Janés), en la Sala Manuel M. Ponce, Tibol dijo que a veces se llevaba ''a las patadas'' con Dolores Olmedo, ''pero nos volvíamos a hablar".

La crítica la visitó no hace mucho, a los pocos días de salir la segunda edición de su antología Escrituras de Frida Kahlo, para llevarle el libro: "Ella me había apoyado en eso (mediante la fundación), aunque nunca me dio copias de cartas. Me prometió unas cartas raras que tenía de Frida a María Félix".

En esa ocasión Olmedo Patiño le insistió a Tibol en que "la colección era para el pueblo de México, porque sus cuatro hijos estaban superbien en lo económico. Incluso, habrá que ver su testamento, una sección de su casa se podría convertir en museo chino".

Sus siempre tórridos amores

A Tibol le llamó la atención en sus últimas visitas a Dolores Olmedo una "enorme fotografía de Alejandro Gómez Arias. Digamos que un rasgo de juventud en la supertercera edad de Lola era tener una competencia histórica con Frida (Gómez Arias fue el primer novio de ésta). Ella no podía exhibir cartas de amor como Frida, pero entonces había mandado ampliar una foto de Gómez Arias, joven, a tamaño ventana, lo había rodeado de terciopelos, y lo tenía como para verlo de cerca.

"Ya no era el mito Diego, allí, enfrente, para estarlo viendo todo el día. No eran sus grandes amores reales, como debió haber sido en su momento Howard Phillips, padre de sus hijos; como debió haber sido en su momento el más conflictivo amor que tuvo, el rejoneador Hugo Olvera, al que fue a sacar de la cárcel para casarse, aunque después lo tuvo que echar de la casa, porque tenía vocación por las mujeres más jóvenes".

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