Las 50 mil almas en el Foro Sol, el sábado, vieron pasar el concierto
como en un video
A Britney Spears le faltaron voz y carisma para atrapar
al público
Muchos abandonaron el lugar antes de la mitad de la hora con 10 minutos
del espectáculo
Incluyó un blues, que más bien desesperó a quienes
anhelaban frenéticos movimentos de cadera
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
A la cantante curvilínea, además de voz,
le faltó carisma para atrapar a los espectadores que el sábado
vieron transcurrir la hora y 10 minutos del espectáculo como en
un interminable video de MTV. Muchos, decepcionados, abandonaron el lugar
antes de llegar siquiera a la mitad del concierto.
Fue
la primera de dos presentaciones que Britney Spears ofreció este
fin de semana en el Foro Sol, apoyada por coristas, bailarines y un equipo
de luz y sonido que incluyó una plataforma aérea, cuya única
gracia era recorrer el escenario de atrás hacia delante y viceversa
y permitir, al menos en dos canciones, que descendiera de las alturas amarrada
con ligas colocadas en la cintura.
Hay que sumar fuegos artificiales, una cascada de agua,
dos pantallas gigantes colocadas a los costados, una más pequeña
en el centro del escenario, y numerosos cambios de vestuario, además
de las coreografías que la han hecho famosa (claro, aparte de la
parafernalia comercial que la rodea).
Después de las primeras canciones se hizo evidente
que la llamada sucesora de Madonna no tenía la capacidad de cumplir
las expectativas de sus fans y que ella tampoco quería ganarse
al público mexicano. Pocas fueron las canciones que corearon de
principio a fin, pocos fueron también los que se aventaron todo
el concierto de pie. La mayoría se quedaron sentados plácidamente
y otros optaron por abandonar el foro. Faltaron también los tradicionales
piropos que suelen acompañar a quien presume uno de los mejores
cuerpos del medio del espectáculo.
Intentos por agradar
Hizo dos intentos por agradar: el primero después
de entonar Stronger, cuando se le ocurrió decir, en su idioma
natal, "son un buen público" (dijo algo más pero sólo
ella supo qué, porque el sonido en ese punto se tornó pésimo),
y el segundo casi al final cuando, como parte de la coreografía,
dos de sus bailarinas salieron a escena con sombreros, de esos que identifican
plenamente al mexicano dormido, cobijado con un sarape al lado de un cacto
en mitad del desierto.
Si bien la niña-mujer-femme fatale no desafinó
en ninguna de las canciones, lo cierto es que su voz no alcanzó
a llenar el Foro Sol y atrapar a las más de 50 mil personas que
estaban en el lugar. Sus palabras se perdieron y sólo fue posible
seguir las letras gracias a quienes hicieron la tarea y se las aprendieron
antes de llegar.
Quiso sorprender también con un blues. Sentada
a mitad del escenario y acompañada de un piano, la Spears dejó
caer las palabras lentamente pero, más que agradar, desesperó
a quienes querían ver los movimientos casi frenéticos de
su cadera. Tuvieron que aguantar otra canción lenta, I'm not
a girl, not yet a woman, antes de que sacudiera el escenario con el
cover I love rock and roll, que prendió sin llegar
a convertirse en la parte apoteósica del concierto que, dicho sea
de paso, no llegó en ningún momento.
El público coreó sólo parte de
sus temas más conocidos
Oops I did it again, Crazy, Overprotected,
Lucky y Stronger, sus temas más conocidos, medio despertaron
al público que coreó sólo parte de ellos. El resto
de los temas -incluyendo Boys, What it's like to be me, Don't
let me be the last to know- pasaron sin pena ni gloria.
Llegó la última canción, I'm slave
4 u, aquella con la que rompió su imagen de niña buena
para convertirse en adelante en una vampiresa postadolescente y afianzar
la moda del ombligo al aire, que adolescentes y adultas siguen fielmente
aunque el cuerpo no se acerque ni tantito al de la estrella.
Las luces se encendieron y unos cuantos, nada más
para no fallar en la tradición, pidieron otra. La señorita
regresó para despedirse con Baby one more time, que la llevó
a la fama hace cuatro años. La canción no era para complacer
la ¿demanda? del público. Sólo fue el acto bien planeado
que marcó el final de un show insulso que confirmó,
una vez más, que a la Spears le queda grande la corona de reina
del pop.