Washington pone énfasis en combatir el terrorismo y olvida los derechos humanos, dice
Quería continuar en la ONU, pero EU se opuso, afirma Mary Robinson
La alta comisionada siente que fue víctima de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos
Vieira de Mello, su sucesor, "traerá habilidades que no tengo: contactos dentro del sistema", señala
REUTERS
Ginebra, 30 de julio. La saliente alta co-misionada de derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Mary Robinson, dijo que estaba dispuesta a permanecer en su cargo y enfrentar las crecientes amenazas a los derechos humanos en el mundo, pero dejó entender que Washington quería que dejara su labor.
La funcionaria, quien será remplazada en septiembre próximo por el brasileño Sergio Vieira de Mello, un veterano de la organización mundial, señaló este martes que su posición había cambiado desde que a comienzos del año 2001 dijo al secretario de la ONU, Kofi Annan, que deseaba permanecer en el puesto por un año más.
"(La situación) se ha hecho más difícil para los derechos humanos en el mundo. No soy de los que simplemente se alejan", declaró en entrevista. "Si se me hubiera presionado mucho, me habría quedado... parece haber fuerte resistencia de sólo un país", agregó.
La elección del puesto de alto comisionado para los Derechos Humanos recae en el secretario general de Naciones Unidas, pero un puesto tan delicado involucra sondear a las grandes potencias.
Robinson, la segunda persona encargada del puesto creado en 1994, conocida por su estilo franco y directo, criticó a Rusia por su manejo de la situación en Chechenia y a China por el Tibet y otros temas, pero ella siente que fue víctima de las secuelas de los ataques del 11 de septiembre.
La mano de Bush
En este sentido, criticó nuevamente la negativa de Washington de concederle estatus de prisioneros de guerra a los talibanes y a los miembros de Al Qaeda capturados en Afganistán y recluidos en Guantánamo, Cuba.
También expresó su profunda preocupación por el posible uso de tribunales militares estadunidenses para enjuiciar a los acusados de participar en los atentados suicidas con aviones secuestrados en Estados Unidos, así como la detención de sospechosos sin so-meterlos a proceso judicial.
"Sí, reconozco que Estados Unidos estuvo muy traumatizado por los atentados, y se preparó para una situación de guerra", dijo. Pero eso, agregó, "significó que no puso el mismo énfasis en los parámetros de los derechos humanos, y mi trabajo era decir que los parámetros de los derechos humanos se aplican más en tiempos como estos".
Washington adoptó un papel de liderazgo para asegurar que el respeto a los derechos humanos fuera un pilar de la ONU, y también al crear la Comisión de Derechos Humanos radicada en Ginebra, recordó. Es por eso que eran preocupantes ciertas medidas tomadas por las autoridades estadunidenses después del 11 de septiembre.
"Creo que el énfasis ha estado en la guerra contra el terrorismo y se han desdibujado los límites y hubo una falta de precisión. Una falta de precisión significa una falta de protección (de los derechos humanos)", sostuvo.
Incluso en Afganistán, Estados Unidos debería estar haciendo más para usar su influencia y asegurar que los prisioneros fueran tratados decentemente, señaló.
Sobre su gestión, la ex presidenta de Irlanda dijo que confiaba en haber fortalecido el trabajo del alto comisionado durante sus cinco años en el cargo.
"Cuando entré a ejercer mis funciones era muy preocupante ver cuán desmoralizada y carente de recursos y de sentido de visión estaba la oficina", sostuvo.
Robinson, profesora de leyes, sustituyó en 1997 al ecuatoriano José Ayala Lasso, criticado por organizaciones de derechos hu-manos que lo acusaron de no exponer públicamente los abusos.
En cuanto a su sucesor, dijo que Vieira de Mello, quien ha ocupado varios puestos de alto rango en la ONU, "traerá habilidades que no tengo, contactos dentro del sistema de la ONU. También tendrá la ventaja que yo no tuve de entrar en una oficina fuerte".
La víspera, al intervenir durante la 54 sesión de la Subcomisión para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos -la última antes del término de su mandato en septiembre-, advirtió que "los riesgos contra la promoción y protección de los derechos humanos, debido al número creciente de medidas antiterroristas, deben ser reconocidos y combatidos" por la comunidad internacional y los propios países que buscan poner un alto al terrorismo.
Divisiones políticas e ideológicas
Robinson recordó cómo hace un año, antes de los atentados de septiembre, expertos de la ONU pi-dieron un estudio sobre el papel de los tribunales militares, según consignó la corresponsal de este diario en Ginebra, Kyra Núñez.
Aparte de la lucha contra el te-rrorismo internacional, se refirió el lunes a otros dos temas: la Conferencia Mundial contra el Racismo, realizada en Sudáfrica, y las dificultades en los trabajos de la Comisión de Derechos Humanos.
En este último sentido, consideró que hay que intentar evitar las divisiones políticas e ideológicas, y operar de acuerdo con los más altos estándares de independencia e integridad.
La Subcomisión para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos -integrada por 26 ex-pertos independientes- empezó el lunes tres semanas de trabajos en Ginebra bajo la presidencia del brasileño Paulo Sergio Pinheiro.
Entre los temas que abordará figuran la prevención de la discriminación, con énfasis en la situación de poblaciones indígenas, mi-norías y migrantes; derechos económicos, sociales y culturales; po-breza extrema, derecho al desarrollo, impacto de la mundialización y propiedad intelectual. También se analizará la administración de la justicia, el terrorismo y la situación de las mujeres y niñas.
Esta es la primera subcomisión creada después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, y sesionará en momentos en que, según Robinson, "se ob-servan los derechos humanos bajo ataques de varios sectores".