La ANP condena el ataque, y responsabiliza a Israel del "ciclo de represalias"
Atentado de Hamas en el norte de Israel provoca 10 muertos
Acusa Israel a la Autoridad Palestina de no hacer nada para detener a organizaciones terroristas
Senador de EU llama a cortar el presunto apoyo de Irán, Irak y Siria a grupos radicales islámicos
AFP, PL, REUTERS Y DPA
Jerusalen, 4 de agosto. La violencia en Medio Oriente cobró la vida este domingo de 16 personas, 10 de la cuales murieron en un ataque suicida contra un autobús, en el norte de Israel, que fue reivindicado por el movimiento radical islámico Hamas.
El ataque contra el autobús -condenado por Israel, la Autoridad Nacional Palestina y la comunidad internacional- ocurrió cerca de la ciudad israelí de Sahfed, en la Alta Galilea. Un vocero de la policía israelí indicó que entre los muertos se encuentran dos filipinos que trabajaban en Israel. El número de heridos alcanza el medio centenar, agregó la fuente.
Testigos y equipos de socorro dijeron que el autobús quedó convertido en una bola de fuego y que el techo se le desprendió y voló. Algunos de los heridos "quedaron atrapados en el autobús en llamas y pedían ayuda a gritos", narró uno de los socorristas.
Las Brigadas Ezzedin al Qassam, grupo armado del movimiento Hamas, se atribuyeron la acción y confirmaron que se trató de un atentado suicida. El vocero de Hamas, Majmud al Sahar, anunció desde Gaza más atentados en Israel y calificó el ataque de venganza por los "crímenes que perpetran los sionistas a diario contra nuestro pueblo".
El ataque al autobús ocurre cuatro días después de que otra ofensiva de Hamas matara a siete estudiantes y trabajadores de la Universidad Hebrea de Jerusalen.
Manifestación de apoyo en Gaza
Más de 10 mil simpatizantes de Hamas desfilaron por las calles de Gaza para manifestar su apoyo al atentado de hoy, mientras decenas de refugiados palestinos se dieron cita en la frontera entre Israel y Líbano para solidarizarse con la lucha palestina en los territorios autónomos reocupados.
La reacción de las autoridades de Tel Aviv no se hizo esperar. "Está claro que tras este atentado especialmente sangriento Israel deberá continuar con una lucha sin tregua contra las organizaciones terroristas que están detrás de estas atrocidades", declaró el vocero oficial Avi Pazner.
Agregó que la Autoridad Nacional Palestina "no ha hecho nada desde hace 22 meses -cuando comenzó la intifada- para controlar a las organizaciones terroristas como Hamas".
El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, se declaró determinado "a luchar contra el terrorismo por todos lo medios posibles", al reconocer que no existe ninguna presión internacional que obstaculice esta lucha.
Pero la ANP responsabilizó del atentado a Israel. "El gobierno de Ariel Sharon asume la responsabilidad de estas violencias por haber seguido adelante con sus agresiones contra el pueblo palestino y haberse negado a volver a la mesa de negociaciones", declaró Nabil Abu Rudeina, consejero del presidente palestino Yasser Arafat.
La dirección palestina condenó el atentado, que calificó de "operación terrorista", pero puntualizó que la violencia se ve alimentada por la persistencia de Sharon en querer imponer una solución militar al conflicto, lo cual, subrayó, paraliza todas las acciones de la ANP en materia de seguridad.
Advirtió además que "el ciclo de ataques y represalias está escapando a todo control debido a la política del gobierno israelí".
A su vez, el ministro palestino de Cooperación Internacional, Nabil Chaat, denunció la "táctica de los radicales islamistas" y aseguró que "nadie les pide que acaben con la resistencia, pero podrían dejar de matar civiles".
Horas después del atentado contra el autobús, un palestino abrió fuego cerca de la puerta de Damasco, en la parte este de Jerusalén, contra un vehículo de una compañía telefónica, causando la muerte de un israelí antes de que la policía matara al asaltante.
Otro palestino, un transeúnte, perdió la vida en el intercambio de disparos, y otras 16 personas resultaron heridas, confirmó la policía de Jerusalén.
Este segundo ataque se lo adjudicaron las Brigada de los Mártires de Al Aqsa, grupo armado ligado a Fatah, movimiento del presidente de la ANP, Yasser Arafat.
El atentado contra el autobús en el norte de Israel empañó las posibilidades de nuevas conversaciones, que Tel Aviv había dicho que mantendría con altos responsables palestinos para poner fin a la violencia.
En otro ataque contra un autobús de colonos, militantes palestinos hirieron a cuatro israelíes que viajaban cerca de la ciudad cisjordana de Tulkarem. Los atacantes abrieron fuego entre los asentamientos judíos de Awnei Chefez y Einaw.
Asimismo, dos colonos murieron en el norte de Ramallah a consecuencia de disparos palestinos, informó una fuente militar israelí.
Al comentar el atentado suicida de hoy en Israel, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, aseguró que "existen unos cuantos asesinos que pretenden detener el proceso de paz que hemos comenzado, pero nosotros no los dejaremos. Llamo a todas las naciones a hacer lo que puedan para detener estos asesinatos terroristas", añadió.
El senador demócrata Joseph Lieberman afirmó, por su lado, que Estados Unidos y su aliados deben tomar medidas para "cortar el apoyo proveniente de países como Irán, Irak, Arabia Saudita y Siria" hacia Hamas y otros grupos palestinos, al tiempo que se inclinó por un alejamiento de Arafat de la escena política.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Kofi Annan, emitió un comunicado de condena tanto a los palestinos como a los israelíes. "Todos los días parecen traer nuevas muertes, destrucción y sufrimiento entre civiles inocentes, tanto israelíes como palestinos. Una parte recurre al terrorismo indiscriminado, mientras que la otra toma represalias, lo que también es devastador", indicó.
En riesgo, una salida pacífica
Francia y Alemania también condenaron el atentado contra el autobús. Para el vocero adjunto del Ministerio de Relaciones francés, Bernard Valero, este ciclo de violencia "sólo llevará a más sufrimiento", mientras el ministro alemán del Exterior, Joschka Fischer, mencionó que los atentados son iniciativas pensadas para hacer fracasar, con la fuerza de la violencia y el terror, una solución pacífica.
En otras acciones militares, el ejército israelí informó haber dado muerte a un buzo palestino armado que intentó infiltrarse en el asentamiento judío de Dugit, en la franja de Gaza.
En tanto, las tropas israelíes continuaron, por tercer día consecutivo, con su operativo en la ciudad cisjordana de Nablus, donde otras cuatro casas fueron destruidas con explosivos en busca de activistas palestinos y de fábricas de bombas, mientras que otras cinco viviendas de familias de presuntos terroristas fueron destruidas en el norte de Cisjordania.
Asimismo, el ejército emitió una tercera orden de expulsión de Cisjordania a la franja de Gaza para la hermana de un palestino buscado por participar en el atentado contra un autobús en la colonia judía de Emanuel, el 16 de julio.