Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 5 de agosto de 2002
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Sociedad y Justicia

Temen investigadores una transformación de trámite

La reforma de la UNAM, estancada en un mar de crisis

Autoridades clausuraron las vías para realizar el congreso universitario, considera Imanol Ordorika

KARINA AVILES

La reforma de la UNAM se encuentra entrampada entre un gobierno universitario "esclerotizado", un régimen político de la universidad en el que no hay acuerdos para realizar la transformación, la ausencia de un proyecto de cambio estructural manifiesto, y normas jurídicas que atan la reforma a las decisiones del Congreso de la Unión, advierten investigadores de la máxima casa de estudios.

En entrevista, Humberto Muñoz y Roberto Rodríguez, especialistas en educación superior pública y expertos en el sistema universitario, e Imanol Ordorika, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas y ex líder estudiantil, realizan una reflexión sobre el estado en que se encuentra el proceso hacia la transformación de la UNAM.

De una u otra forma los investigadores llegan a la misma conclusión: los tiempos para la realización pronta de un congreso están agotados. Incluso, Imanol Ordorika afirma que el "proceso de las autoridades -respecto de lo que se ha llamado congreso- ha quedado clausurado en versiones no oficiales, porque se dice que ya no hay condiciones para realizarlo".

Sin embargo, coinciden en que aunque no se quiera, la UNAM sí necesita una restructuración que responda a los nuevos tiempos. Si la Universidad Nacional "pierde esta oportunidad para reformarse, su papel como institución líder comenzará a desgastarse seriamente", alerta Roberto Rodríguez, coordinador asociado de la Red de Investigadores sobre la Educación Superior.

El sociólogo sostiene que para llegar a la reforma de fondo que es la académica, el primer paso es hacer la reforma política de la UNAM. Pero ese paso depende en buena medida del Congreso de la Unión, porque esa instancia es la única que puede modificar la Ley Orgánica de la UNAM, legislación en la que están sancionadas sus formas de gobierno.

Replantear la autonomía

El rector Juan Ramón de la Fuente señala que la Ley Orgánica no sería tabú para una eventual reforma, "pero deja un tema tabú que es la autonomía. De ese no se habla, está ausente cuando es el tema central. Sin un replanteamiento de la autonomía es impensable una reforma de la Ley Orgánica, porque no está en manos de la universidad hacer los cambios de esta norma", apunta Rodríguez.

Humberto Muñoz, coordinador del libro de reciente publicación Universidad: política y cambio institucional, destaca que una reforma estructural requiere la ampliación del concepto de autonomía, para lo cual es necesaria la modificación de leyes o el establecimiento de una norma específica.

El también ex cordinador del Subsistema de Humanidades de la UNAM advierte que desde el gobierno de Carlos Salinas hasta la actual administración foxista el proceso de autonomía se ha caracterizado por restringir cada vez más la capacidad de las universidades para hacer su propia vida académica y política.

Pero por otro lado, existe una paradoja muy fuerte: "mientras el gobierno universitario sufre una especie de parálisis, al mismo tiempo no puede hacer cambios a su régimen de gobierno, porque depende del Congreso".

Explica que la "esclerosis" del gobierno universitario obedece, entre otros motivos, a que las autoridades colegiadas dejaron de ser contrapeso de las autoridades personales: "No hay un juego de equilibrios de poder entre la autoridad personal y la autoridad local... este es un proceso de los años 60 para acá, periodo en el queunam-rectoria el sistema de gobierno de la UNAM se hace muy fuerte y mientras hubo recursos no hubo problema, pero en el momento en que se te acaban los apoyos, todos juegan a la distribución de los recursos y para ello hay que tener control político de tus bases".

Pero hay otros elementos que intervienen en el juego de la reforma y que traban la marcha de la misma, indica: "no hay acuerdos para hacer la reforma en el régimen político universitario y no hay un proyecto de reforma político, administrativo y académico por parte de las autoridades universitarias". Están con el temor de que una presentación de proyecto pueda ser rechazada porque "perderían la poca legitimidad de capital político que les queda".

Humberto Muñoz manifiesta que "los gobiernos universitarios son muy vulnerables cuando no tienen un juego político interno ágil y cuando no tienen relación con los poderes públicos. Entonces, Ƒqué pasa? Se rompe la vinculación entre el gobierno de la universidad y la Presidencia de la República, y a lo que juegas es a desplazarte sobre la estructura de poder público con la separación de poderes, tienes que jugar con el Congreso, con el gobierno local, con las secretarías de Estado, que es como una especie de política de resistencia para evitar que te suenen más".

En tanto, el investigador Imanol Ordorika afirma que hoy en la UNAM existe una situación de abandono a las comunidades académicas y una "hipercentralización" de funciones y recursos en unos pocos puestos claves de la universidad.

Afirma que la administración de Juan Ramón de la Fuente está muy poco conectada con los problemas locales de la institución y se ha orientado más a emitir declaraciones políticas hacia el exterior que no tienen una correspondencia interior, es decir, en la institución: "el rector habla de democracia y, sin embargo, en la universidad mantiene las estructuras antidemocráticas y anquilosadas, habla de que no debe haber recortes presupuestales y en la institución hay recortes permanentes para los trabajadores académicos, hay cancelación de plazas, no hay recursos para los estudiantes..."

Volcarse hacia fuera, destaca, ha producido una situación de abandono y de poca interacción de la administración central con los funcionarios de las dependencias y con las comunidades, agrega.

Ordorika afirma que si no hay cambios profundos la universidad enfrentará grandes riesgos: "Si no se realiza una estrategia de formación académica y mejora de las condiciones laborales de los profesores por hora, la universidad seguirá deteriorándose, al igual que si no se hace frente a las políticas que vienen del exterior, como las formas de evaluación y del presupuesto.

"Si no se discute una estrategia de fortalecimiento del posgrado, sin perder la autonomía de éste frente a las nuevas políticas del Conacyt, se profundizará la crisis y polarización de los programas. Si no cambian las formas de gobierno para ampliar la participación de los universitarios en la elección de autoridades y en la conducción estratégica de la Universidad Nacional, la crisis y la erosión de la legitimidad de las autoridades y los órganos de gobierno seguirán creciendo."

Humberto Muñoz añade un elemento al contexto que mantiene atorada la reforma de la universidad. Considera que mientras no se dé un acuerdo sobre la reforma del Estado será muy difícil que otras cosas sucedan. Frente a dicho panorama, la opción en estos momentos es construir y crear las condiciones para hacer una reforma, la cual es el resultado de un proceso político muy largo. Una reforma "no se hace en cinco minutos", subraya.

Roberto Rodríguez, miembro del Instituto de Investigaciones Sociales, considera que existen dos escenarios: "el de que no pase nada, se patine la reforma o se haga una reforma de trámite que significaría dilapidar el capital político que recibió el rector De la Fuente. Ese es el escenario más probable. El otro es que las autoridades universitarias tomen la iniciativa, presenten un proyecto que abarque distintos niveles, Ley Orgánica, Estatuto General, Estatuto del Personal Académico, etcétera, y lo sometan a la discusión en las comunidades, lo cual abriría un debate seguro. De lo contrario, Ƒcómo puedes llamar la atención de la gente, a que participe en torno qué cosa?"

Finalmente, Ordorika considera que los universitarios deben presionar para arrancar un proceso de cambio "sin moldes previos, como el del congreso del 90". Es necesario abrir verdaderos debates en la comunidad para generar propuestas que posteriormente sean decididas colectivamente bajo la figura de un referéndum, puntualiza.

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