Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 11 de agosto de 2002
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Espectáculos
Crece la polémica por la cinta de Carlos Carrera que se estrena el viernes

El crimen del padre Amaro desprestigia a la Iglesia católica: Felipe Arizmendi

El obispo de San Cristóbal de las Casas invitó a los feligreses a que se abstengan de ver el filme

En lugar de pagar películas, el Estado debería invertir en infraestructura: Sandoval Iñiguez

ELIO HENRIQUEZ Y ERICKA MONTAÑO CORRESPONSAL Y REPORTERA

La oposición a la cinta El crimen del padre Amaro, que se estrena este viernes en todo el país, sigue creciendo y ahora jerarcas católicos como el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmedi Esquivel, y el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, se pronunciaron contra la película de Carlos Carrera argumentando que atenta contra esa doctrina religiosa.

Hasta el momento, la campaña contra la cinta estaba encabezada por organizaciones ultraconservadoras como Pro Vida, Cultura para la vida y otro grupo más pequeño a través de una página en internet. Gracias a ellos, el interés por la película aumenta en diversos sectores de la población, sea o no católica.

Arizmendi Esquivel afirmó que con el estreno del largometraje "amenazan vientos contrarios y olas de desprestigio contra la Iglesia católica" e invitó a los "verdaderos católicos" a enviar mensajes a las autoridades para que "eviten su exhibición o al menos se abstengan" de verla.

La película protagonizada por Gael García Bernal y Ana Claudia Talancón es una adaptación de la novela homónima del escritor portugués Eca de Queiroz que relata la relación amorosa entre un sacerdote y una adolescente. En el guión de la cinta, realizado por Vicente Leñero, se habla también de las narcolimosnas y la teología de la liberación.

Arizmendi dijo: "todos juntos hemos de remar a contracorriente, para que ésta no nos ahogue, pues la vulgaridad, lo que degrada, la obscenidad y la violencia amenazan con hundir a toda la sociedad; eso es lo que ahora priva en cine, televisión, teatro, radio y algunos medios impresos".

En su acostumbrado mensaje dominical, enviado por adelantado a los reporteros y titulado "Que no se hunda el país", aseguró que "al permitir ese tipo de cintas, se violan las leyes civiles que nos rigen" y "quienes defienden el libertinaje en las costumbres, como una forma de legitimar su conciencia y su quizá licenciosa forma de vida, van a querer hundirnos con sus comentarios diciendo que estamos contra la libertad de expresión, que somos enemigos de lo que para ellos es 'cultura'".

Arizmendi insistió: "Después de los días tan cargados de gracia que vivimos con la visita del santo padre Juan Pablo II, amenazan vientos contrarios y olas de desprestigio contra la Iglesia católica" con la exhibición de El crimen del padre Amaro, que "lamentablemente ha sido financiada con recursos oficiales, es decir, con los impuestos de los ciudadanos, la mayoría de los cuales somos católicos".

El financiamiento de la película con recursos estatales es uno de los principales argumentos que esgrimen los grupos ultraconservadores en contra de la cinta. Al respecto, el Instituto Mexicano de Cinematografía precisó en un comunicado difundido el jueves que el apoyo económico se dio en el marco del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine) después de analizar el proyecto que, al momento de solicitar recursos, ya tenía 80 por ciento del dinero. Foprocine entregó 3.5 de los 18 millones de pesos que costó la cinta.

Al respecto, Sandoval Iñiguez, en un artículo publicado en la revista Semanario, órgano de información de la arquidiócesis a su cargo, sostiene que el filme se hizo con dinero del Estado y por lo tanto del pueblo: "Ya dije (...) que el gobierno no tiene por qué pagar películas. Lo que nos hace falta es infraestructura en carreteras, escuelas, hospitales, universidades, electricidad, energía, etcétera" y sentenció que la película atenta contra la Iglesia católica y con ello ofende a la mayoría de la población mexicana que profesa el catolicismo.

Se refiere además a la posibilidad de que el largometraje haya sido concebido por enemigos de la Iglesia y confió: "Ojalá que nuestras autoridades muestren capacidad de discernimiento y sentido común, y no permitan que esa película se exhiba en público".

Agrega que El crimen del padre Amaro va en contra del artículo sexto constitucional, que garantiza la libertad de expresión siempre y cuando no atente contra los valores morales.

Uno de los primeros jerarcas católicos en referirse a la película de Carrera fue el vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y obispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, quien afirmó que la intención del filme era "prolongar" el desprestigio de la Iglesia católica y sostuvo que detrás de la cinta "hay grupos interesados en causar daño a la Iglesia". (La Jornada 29/07/2002)

Las declaraciones de Arizmendi, Sandoval Iñiguez y Martín Rábago contradicen la versión del presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura de la CEM, monseñor Ramón Godínez, quien afirmó que la Iglesia católica no intervenía en materia de cine, sino que las protestas quedaban en manos "de organizaciones de católicos laicos que tienen el derecho de intervenir". (La Jornada 23/07/2002)

A todo esto, Carlos Carrera ha respondido que El crimen del padre Amaro no es un ataque contra la Iglesia, que las opiniones en contra no tienen sustento y además quienes se oponen a ella no la han visto.

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