Crece la polémica por la cinta de Carlos Carrera que se estrena
el viernes
El crimen del padre Amaro desprestigia a la
Iglesia católica: Felipe Arizmendi
El obispo de San Cristóbal de las Casas invitó a los
feligreses a que se abstengan de ver el filme
En lugar de pagar películas, el Estado debería invertir
en infraestructura: Sandoval Iñiguez
ELIO HENRIQUEZ Y ERICKA MONTAÑO CORRESPONSAL
Y REPORTERA
La oposición a la cinta El crimen del padre
Amaro, que se estrena este viernes en todo el país, sigue creciendo
y ahora jerarcas católicos como el obispo de San Cristóbal
de las Casas, Felipe Arizmedi Esquivel, y el cardenal de Guadalajara, Juan
Sandoval Iñiguez, se pronunciaron contra la película de Carlos
Carrera argumentando que atenta contra esa doctrina religiosa.
Hasta el momento, la campaña contra la cinta estaba
encabezada por organizaciones ultraconservadoras como Pro Vida, Cultura
para la vida y otro grupo más pequeño a través de
una página en internet. Gracias a ellos, el interés por la
película aumenta en diversos sectores de la población, sea
o no católica.
Arizmendi
Esquivel afirmó que con el estreno del largometraje "amenazan vientos
contrarios y olas de desprestigio contra la Iglesia católica" e
invitó a los "verdaderos católicos" a enviar mensajes a las
autoridades para que "eviten su exhibición o al menos se abstengan"
de verla.
La película protagonizada por Gael García
Bernal y Ana Claudia Talancón es una adaptación de la novela
homónima del escritor portugués Eca de Queiroz que relata
la relación amorosa entre un sacerdote y una adolescente. En el
guión de la cinta, realizado por Vicente Leñero, se habla
también de las narcolimosnas y la teología de la liberación.
Arizmendi dijo: "todos juntos hemos de remar a contracorriente,
para que ésta no nos ahogue, pues la vulgaridad, lo que degrada,
la obscenidad y la violencia amenazan con hundir a toda la sociedad; eso
es lo que ahora priva en cine, televisión, teatro, radio y algunos
medios impresos".
En su acostumbrado mensaje dominical, enviado por adelantado
a los reporteros y titulado "Que no se hunda el país", aseguró
que "al permitir ese tipo de cintas, se violan las leyes civiles que nos
rigen" y "quienes defienden el libertinaje en las costumbres, como una
forma de legitimar su conciencia y su quizá licenciosa forma de
vida, van a querer hundirnos con sus comentarios diciendo que estamos contra
la libertad de expresión, que somos enemigos de lo que para ellos
es 'cultura'".
Arizmendi insistió: "Después de los días
tan cargados de gracia que vivimos con la visita del santo padre Juan Pablo
II, amenazan vientos contrarios y olas de desprestigio contra la Iglesia
católica" con la exhibición de El crimen del padre Amaro,
que "lamentablemente ha sido financiada con recursos oficiales, es decir,
con los impuestos de los ciudadanos, la mayoría de los cuales somos
católicos".
El financiamiento de la película con recursos estatales
es uno de los principales argumentos que esgrimen los grupos ultraconservadores
en contra de la cinta. Al respecto, el Instituto Mexicano de Cinematografía
precisó en un comunicado difundido el jueves que el apoyo económico
se dio en el marco del Fondo para la Producción Cinematográfica
de Calidad (Foprocine) después de analizar el proyecto que, al momento
de solicitar recursos, ya tenía 80 por ciento del dinero. Foprocine
entregó 3.5 de los 18 millones de pesos que costó la cinta.
Al respecto, Sandoval Iñiguez, en un artículo
publicado en la revista Semanario, órgano de información
de la arquidiócesis a su cargo, sostiene que el filme se hizo con
dinero del Estado y por lo tanto del pueblo: "Ya dije (...) que el gobierno
no tiene por qué pagar películas. Lo que nos hace falta es
infraestructura en carreteras, escuelas, hospitales, universidades, electricidad,
energía, etcétera" y sentenció que la película
atenta contra la Iglesia católica y con ello ofende a la mayoría
de la población mexicana que profesa el catolicismo.
Se refiere además a la posibilidad de que el largometraje
haya sido concebido por enemigos de la Iglesia y confió: "Ojalá
que nuestras autoridades muestren capacidad de discernimiento y sentido
común, y no permitan que esa película se exhiba en público".
Agrega que El crimen del padre Amaro va en contra
del artículo sexto constitucional, que garantiza la libertad de
expresión siempre y cuando no atente contra los valores morales.
Uno de los primeros jerarcas católicos en referirse
a la película de Carrera fue el vicepresidente de la Conferencia
del Episcopado Mexicano (CEM) y obispo de León, José Guadalupe
Martín Rábago, quien afirmó que la intención
del filme era "prolongar" el desprestigio de la Iglesia católica
y sostuvo que detrás de la cinta "hay grupos interesados en causar
daño a la Iglesia". (La Jornada 29/07/2002)
Las declaraciones de Arizmendi, Sandoval Iñiguez
y Martín Rábago contradicen la versión del presidente
de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura de la CEM,
monseñor Ramón Godínez, quien afirmó que la
Iglesia católica no intervenía en materia de cine, sino que
las protestas quedaban en manos "de organizaciones de católicos
laicos que tienen el derecho de intervenir". (La Jornada 23/07/2002)
A todo esto, Carlos Carrera ha respondido que El crimen
del padre Amaro no es un ataque contra la Iglesia, que las opiniones
en contra no tienen sustento y además quienes se oponen a ella no
la han visto.