Groucho Marx siempre será recordado por sus ironías
contra el establishment
Hace 25 años murió el anarquista perfecto
PATRICIA VEGA
A 25 años de su muerte, Groucho Marx -el
más popular y talentoso de los hermanos Marx, posiblemente el grupo
de comediantes más famoso del mundo- sigue siendo el anarquista
y el antifascista perfecto, calificado de "anticonvencional", "inventivo",
"listo" y "grosero".
Nacido el 2 de octubre de 1890 en Nueva York como Julius
Henry Marx, Groucho, el tercero de cinco hijos sobrevivientes de
Sam y Minnie Marx, murió de neumonía a los 86 años,
en el Centro Médico Cedros Sinaí, el 19 de agosto de 1977.
Nunca
abandonó su sarcasmo: "He estado por aquí tanto tiempo que
puedo recordar a Doris Day antes de que fuera virgen".
De él, David Steinberg ha dicho: "Groucho
Marx es el único anarquista verdaderamente revolucionario que existe
en el mundo. Las personas más influyentes que jamás hayan
vivido son Jesucristo y Groucho Marx, y no necesariamente en ese orden".
De pensamiento liberal, algunas de los principios de Groucho
-como su postura en favor de mantener relaciones amistosas con la Unión
Soviética en plena guerra fría-, sus críticas
y sarcásticos comentarios en contra del orden establecido fueron
tomados demasiado en serio por la FBI y, a partir de 1953, estuvo bajo
la vigilancia e investigación de esa agencia estadunidense debido
a que se pensó que el comediante, además de subversivo, era
miembro del partido comunista, afiliación que, por cierto, nunca
fue probada.
Groucho Marx cree que todo el sistema es absurdo,
así que vive la vida de un satirista activo, poniéndolo en
evidencia y mostrando su tontería. Entre sus muchas frases famosas,
se encuentran: "cíteme diciendo que fui mal citado", "inteligencia
militar es una expresión contradictoria en sí", "no sé
lo que tengan que decir, pero aun así no me importa. Sea lo que
sea, estoy en contra", y "no me interesa pertenecer a un club que acepte
como miembros a personas como yo".
De una feroz y disparatada comicidad rayana con el surrealismo
(Román Gubern), Groucho Marx participó en 26 películas,
de las cuales 15 fueron rodadas con sus hermanos Chico y Harpo, y de esas
sólo 14 fueron estrenadas.
En su Historia mundial del cine, Georges Sadoul
establece: "la irrupción en la pantalla de los hermanos Marx fue
un acontecimiento. Estos comediantes, ya experimentados, continuaron después
de Mack Sennett la tradición de la insensata comicidad anglosajona,
y hasta rebasaron los límites de lo insensato. Groucho fue la caricatura
del hombre de negocios y decía chistes de almanaque; Chico, un tipo
italiano emigrado, y el asombroso Harpo, un mudo con peluca rubia, estaba
poseído por el frenesí de la destrucción, la glotonería
y la salacidad. Estos payasos hicieron gran uso de la utilería o
de los trucos extravagantes [...] Cocoanut y Animal Crackers
fueron un cúmulo de fantasías delirantes llevadas a un ritmo
endiablado. Se limitaban en gran parte a filmar los dos espectáculos
de ese título que anteriormente habían estado en el cartel
durante varios años. Poco después los cómicos llegaron
a su culminación con Duck Soup, donde Groucho encarnaba
a un dictador bastante parecido, en ciertos aspectos, al de El último
multimillonario. La declaración de guerra, con su Parlamento
que cantaba y bailaba al ritmo de un espiritual negro ¡Queremos
la guerra!, valía tanto como la batalla extravagante en que
el general Groucho, después de haber tirado sobre sus propias
tropas, compraba por un dólar el silencio de los testigos..."
Después de analizar cada una de sus películas,
Allen Eyles (El fabuloso mundo de comedia de los hermanos Marx,
traducido por Juan Tovar y editado por la Organización Editorial
Novaro en 1967) concluye que los hermanos Marx "se oponen a la educación,
a la cultura y a todas formas de reglamentación, pues creen que
destruyen la vida natural y la dignidad innata del hombre. Son los primeros
ciudadanos en el Estado republicano donde el hombre común es el
rey descrito por Oscar Wilde. Su ejemplo es sumamente valioso hoy en día,
en un mundo donde el pesimismo y la falta de elección son frecuentes
y donde los comediantes tienen dificultades para darnos alegría
y esperanza incluso en la vida cotidiana..."
¿Podemos imaginar cómo sería el mundo
si Groucho Marx hubiese sido presidente de Estados Unidos y Charlie
Chaplin su vicepresidente?