Realizan inversiones en la frontera norte para atender necesidades de EU y México
Antes que Fox lo planteara, firmas extranjeras tomaron posiciones para generar electricidad
Varias empresas son las mismas que defraudaron a consumidores en Estados Unidos
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Meses antes de que el presidente Vicente Fox Quesada hiciera pública la intención de su gobierno de buscar una reforma constitucional para que la iniciativa privada invirtiera en electricidad, por lo menos dos decenas de empresas, principalmente estadunidenses, comenzaron a tomar posiciones para construir plantas de generación en la frontera norte del país, con miras a crear "una vasta zona de exportación de energía" para atender las necesidades de la región suroeste de Estados Unidos.
Varias de las empresas eléctricas que realizan inversiones en la frontera norte de México son las mismas que realizaron fraudes y estafas a los consumidores en aquel país, al estilo de la quebrada Enron, que también realizó proyectos aquí y participó en el diseño de la política energética del gobierno del presidente Fox, de acuerdo con varios testimonios.
Compañías como Sempra Energy International, con sede en San Diego, California, e Inter-Gen, con casa matriz en Boston, y la también estadunidense Dynergy realizan desde hace tiempo operaciones en la región de Baja California, orientadas a la construcción de instalaciones de generación de energía eléctrica tanto para el sur de Estados Unidos como para el norte de México, al tiempo que se perfilan para ser las principales inversionistas en caso de que prospere la iniciativa de privatización presentada el viernes por el presidente Fox y hecha pública ayer por el Senado.
"Alrededor de 20 grandes compañías de energía están planeando desarrollar proyectos en Baja California y en otras regiones de la frontera norte de México para vender gas natural y electricidad a consumidores estadunidenses y mexicanos", expuso J.P. Ross, autor de un informe de Greenpeace sobre los efectos ambientales de estos proyectos.
La toma de posiciones que han hecho empresas estadunidenses en varios puntos de la frontera norte mexicana, a la espera de mayores oportunidades de inversión en el país, ha ido acompañada de una creciente preocupación sobre los efectos ambientales de los proyectos, pero también de serias dudas sobre la solvencia y métodos de negocios de las compañías eléctricas estadunidenses, después de la estrepitosa quiebra de Enron, que fue la séptima empresa más importante de aquel país y cuyas prácticas fraudulentas causaron un quebranto de aproximadamente 50 mil millones de dólares al estado de California.
Un reporte de Greenpeace difundido en mayo pasado, del que Ross fue autor, documenta, por ejemplo, que Sempra Energy, una empresa a la que el grupo ecologista acusa de devastar el ambiente y de falta de ética en sus prácticas corporativas, está desarrollando un "megaproyecto" que busca convertir la frontera norte de México en una "vasta zona de exportación de energía".
La idea de empresas estadunidenses para desarrollar plantas generadoras de energía en México para abastecer a Estados Unidos fue calificada por Greenpeace como "una clara muestra de una compañía en un país del norte explotando a un país del sur por razones ambientales y económicas".
Cuando Greenpeace difundió su reporte, Sempra Energy rechazó las acusaciones de falta de ética y de ser una empresa contaminante.
En entrevista con La Jornada, realizada hace un mes, el representante demócrata por un distrito de California, Robert Filner, confirmó que "varias compañías estadunidenses están construyendo plantas de electricidad, tanto para abastecer a Estados Unidos como para vender la energía en México. Pero esas empresas son las mismas que robaron y defraudaron en Estados Unidos. Entonces, la pregunta es Ƒpor qué hay que confiar en que no harán lo mismo en México, o por qué los mexicanos deben confiar en ellas?".
Entre las empresas que citó el congresista Filner están Sempra Energy e Inter-Gen. "Estas empresas están deseosas de invertir aquí, aunque en los proyectos que desarrollan en México no cumplirían los estándares de protección al ambiente requeridos en Estados Unidos", señaló.
México ha sido centro de atención de empresas eléctricas estadunidenses desde hace tiempo. Poco después de que Enron se declaró en quiebra, en diciembre del año pasado, una investigación de La Jornada descubrió que la firma texana, que tuvo estrechos nexos con la administración del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y que ahora es ejemplo mundial de la corrupción corporativa, creó en México por lo menos 64 empresas filiales, la mayoría de ellas con domicilio en paraísos fiscales.
Enron, a través de algunas de sus filiales, operaba sistemas de agua potable en varias ciudades de Quintana Roo.